Denise Jodelet: representaciones sociales

El eje de las distintas líneas del trabajo de la Dra. Jodelet podría caracterizarse como “la necesidad de dar cuenta de los procesos sociales, de integrar lo psicológico dentro del conjunto de la vida social”estudia los distintos paradigmas de la representación, el papel del discurso en los distintos modelos, y también la memoria. Su preocupación es entender la manera en la cual el pensamiento social construye la realidad actual en nuestras sociedades, lo que la llevó a interesarse por cuestiones como la psicología de la religión y la noción de higiene en el campo de la salud. La representación social actualmente esta siendo considerada y que permite repensar de manera nueva la psicología. Está siempre en construcción. Hay una necesidad de dar cuenta de los procesos sociales, de integrar lo psicológico dentro del conjunto de la vida social. Hay sujetos sociales con una particularidad, una subjetividad propia que también tiene que ver con la producción de representaciones. Pero son individuos, actores sociales que tienen que estar tomados dentro de la consideración de la producción del saber de sentido común. Partir del modelo francés encontramos el núcleo central y la idea de que una representación está estructurada. Ahora hay efectivamente técnicas para aislar el núcleo central, se puede decir que hay un riesgo de reificación de la representación porque busca los elementos que son comunes a una unidad social, sea un grupo, una profesión, una sociedad, etc., y de ahí puede salir una cierta verificación pero también debe volverse al sistema completo del modelo. Cuando este está puesto en relación con las prácticas busca los elementos de las prácticas que intervienen para cambiar. el modelo de W. Doise, que usa la representación social como principio de toma de posición. Este modelo fue ampliado bastante y ha dado lugar a estudios interculturales sobre los derechos humanos. Esto siempre con la idea de que la representación del derecho va a permitir ver que está ligada a influencias sociales o a pertenencias sociales que dan lugar a aceptación, rechazo, tolerancia, etcétera. la preocupación es siempre la misma: la manera en la cual el pensamiento social construye la realidad actual dentro de nuestras sociedades. Hay que ver que el concepto de representación es un concepto transversal, es utilizado en todas las disciplinas humanas y sociales. Es algo importante, aunque se puede refutar que el saber científico, la historia moderna del psicoanálisis, no da la imagen verdadera de un mundo que no sabemos cómo es. Es verdad que la noción de representación funciona como una noción que está tomada –como lo decía– de la lingüística, del psicoanálisis, que dio una de las mayores elaboraciones de esa noción, que continúa actualmente. En Jodelet las representaciones se presentan como una forma de conocimiento social, un saber del sentido común constituyéndose para él en «…modalidades de pensamiento práctico orientado hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno laboral, social, material e ideal…” . Estas representaciones permiten a los actores laborales interpretar, dar sentido a lo inesperado, clasificar las circunstancias, los fenómenos y los individuos, permitiendo actuar en consecuencia, plantear teorías que permiten establecer hechos sobre ellos; a menudo, cuando se los comprende dentro de la realidad concreta de nuestra vida social las representaciones sociales son todo ello junto. Jodelet propone cinco maneras para formular la construcción psicológica y social de una representación social. La primera se refiere a la actividad puramente cognitiva, con una dimensión de contexto y una de pertenencia. El trabajador se halla en situación de interacción laboral o ante un estímulo y la representación aparece como un caso de cognición social. La segunda pone énfasis en los aspectos significantes de la actividad representativa. Se considera que los actores laborales expresan el sentido que da su experiencia en el mundo del trabajo. Por consiguiente la representación es considerada la expresión de una sociedad determinada. Cuando es propia de sujetos que comparten una misma experiencia social, o una misma condición social, la representación frecuentemente se relaciona con una dinámica que hace que intervenga lo imaginario. En nuestro caso se refiere al control en el proceso de trabajo, lo que permite compartir y crear formas de explicación o imaginarios frente a ellos. Un tercer elemento trata la representación como una forma de discurso y desprende sus características de la práctica laborales de los trabajadores situados en el proceso de trabajo. Sus propiedades provienen de la situación de comunicación, de la pertenencia laboral de los trabajadores que hablan y de la finalidad de su discurso. Este elemento puede referirse a los discursos laborales de los trabajadores, de los directivos y a la influencia de los mandos medios. El cuarto elemento hace referencia a la práctica laboral de los trabajadores, la cual está influenciada por el lugar que ocupan éstos en el proceso de trabajo. El quinto elemento plantea las relaciones intergrupales, las cuales determinan la dinámica de las representaciones. Parafraseando a Moscovici, lo laboral transforma un conocimiento en representación y esta representación transforma lo laboral enfatizando la interdependencia entre la actividad psicológica y sus condiciones sociales de ejercicio. Por ser las representaciones sociales mecanismos necesarios para el establecimiento de identidades colectivas y, por ende, para la coexistencia y estabilidad social, se les plantea cierta continuidad en el tiempo, sin que por ello se conviertan en nociones estáticas.