Diccionario de Psicología, letra F, Freudismo

Diccionario de Psicología, letra F, Freudismo

Alemán: Freudianismus. Francés: Freudisme. Inglés: Freudianism. En la historia de la psiquiatría dinámica, se llama Freudismo a la escuela de pensamiento fundada por Sigmund Freud. El Freudismo incluye el conjunto de las corrientes que se basan en él, sean cuales fueren sus divergencias. La historia del Freudismo y su identificación teórica, sociológica y política, se confunde entonces con la historia de las interpretaciones sucesivas de la doctrina original estructurada por Freud. Sus herederos, a quienes se llama «Freudianos», la han modificado a lo largo de por lo menos cuatro generaciones de pensadores, comentadores, intérpretes, terapeutas o jefes de escuelas, agrupados o no en diversas instituciones, entre las cuales la más antigua y de lejos la más poderosa es la International Psychoanalytical Association (IPA). Desde su creación en 1910, ella se asignó la tarea de redefinir las tareas de la enseñanza teórica y de la formación llamada didáctica de los terapeutas denominados psicoanalistas, con independencia de su otra formación (médica, psiquiátrica, profana). El Freudismo es la alianza de un sistema de pensamiento y un método terapéutico. El sistema Freudiano se basa en: 1) una concepción del inconsciente que excluye toda idea de subconciencia y supraconciencia; 2) una teoría de la sexualidad extendida a todas las formas sublimadas de la actividad humana, y por lo tanto irreductible a la actividad sexual y sus transgresiones; 3) finalmente, a una aprehensión de la relación terapéutica en términos de transferencia. Aunque haya nacido de la medicina y la psiquiatría (y a menudo sea practicado por médicos o psiquiatras), el método terapéutico Freudiano es el psicoanálisis, y únicamente el psicoanálisis. Se caracteriza por tratar mediante la palabra, y únicamente mediante la palabra, las enfermedades del alma (psicosis, melancolía), de los nervios (neurosis) y la sexualidad (perversión), excluyendo deliberadamente cualquier otra forma de intervención -como el análisis clínico y los cuidados corporales adaptados a cada parte del organismo, los masajes, la cirugía, la hipnosis, la hidroterapia, la farmacología, la sugestión, el encierro, las terapias conductistas y cognitivas, la presión moral mediante la persuasión o la autopersuasión, la confesión, el trance o el exorcismo, la coacción física y moral (con o sin abuso sexual) basada en el reclutamiento, la alienación, el delirio (sectas), la homeopatía, la bioenergía (medicinas paralelas y parapsicología) y, finalmente, los métodos ligados al ocultismo (astrología, videncia, espiritismo, telepatía). Con respecto a las otras medicinas del alma y del psiquismo que se basan también en la cura mediante la palabra, y que se agrupan en diversas escuelas de psicoterapia, el psicoanálisis es la única exclusivamente fundada en el sistema de pensamiento Freudiano, y la única que aplica una técnica de la cura y de la transmisión de la clínica erigida sobre la transferencia y sobre la obligación del terapeuta de recurrir él mismo al psicoanálisis (llamado didáctico, y después de control o supervisión), así como sobre una concepción del psiquismo en la que entran en juego las definiciones Freudianas del inconsciente y la sexualidad. En este sentido, el Freudismo está dividido en seis grandes componentes principales que se originaron entre 1930 y 1960: el annaFreudismo, el kleinismo, la Ego Psychology , los Independientes, la Self psychology y el lacanismo. Las cinco primeras están en gran medida admitidas y diseminadas en la IPA , mientras que la sexta creó, a partir de 1964, su propio modelo institucional (la École Freudienne de Paris). En 198 1, ésta se atomizó en una multitud de corrientes, entre las cuales sólo una ha fundado una nueva internacional: la Association mondiale de psychanalyse (AMP). Otros métodos psicoterapéuticos, escuelas o corrientes, dicen basarse más o menos en el Freudismo, sin adoptar su sistema de pensamiento, ni su técnica, ni su principio didáctico. En algunos casos han surgido de una escisión, de una disidencia o de una colaboración con el Freudismo, conservando o no las huellas de esa pertenencia (psicología individual, psicología analítica, neoFreudismo, terapia guestáltica, neopsicoanálisis, análisis existencial, etnopsicoanálisis, psicología de las profundidades, etcétera), y otras veces son independientes del Freudismo y se desarrollaron en sus márgenes, según una dialéctica de la interioridad y la exterioridad (psicodrama, psicología clínica, medicina psicosomática, psicoterapia institucional, terapia familiar). Como sistema de pensamiento, el Freudismo ha influido sobre las artes y sobre los ámbitos del saber preexistentes a él (psicología, psiquiatría, filosofía, historia, religión, literatura, pintura); también sobre todos los que se constituyeron al mismo tiempo que él, planteándose interrogantes comparables (antropología, sexología, criminología, lingüística). Habiendo atravesado el siglo XIX, el Freudismo se cruzó por otra parte con la historia de dos grandes corrientes de pensamiento que se desarrollaron mundialmente y dieron forma a movimientos: el marxismo y el feminismo. También atravesó la historia del cinematógrafo, nacido al mismo tiempo que él. En tanto que escuela de pensamiento que realiza la alianza de un saber clínico con una teoría y un movimiento institucional, el Freudismo ha producido una historiografía oficial basada en la idealización de sus orígenes (idolatría del maestro fundador), y un dogmatismo. Por las mismas razones, debido a la diversidad de sus escuelas y sus corrientes, suscitó en su propio seno las condiciones para una crítica de ese dogmatismo.