Estrés postraumático y salud laboral: diagnóstico diferencial del TEPT

La clave del diagnóstico diferencial del TEPT y de los procesos
relacionados con el estrés traumático es la presencia del factor
estresante
. Aunque el acontecimiento desencadenante debe
cumplir el criterio de ser un acontecimiento o situación
ajeno a la gama de experiencias normal, las personas responden
de distinta forma ante estímulos similares.
Un suceso que precipita una reacción clínica de estrés en una
persona puede no afectar significativamente a otra
. Por tanto, la
ausencia de síntomas en otros trabajadores que hayan sufrido
una experiencia similar no permite descartar la posibilidad de
una auténtica reacción de estrés postraumática en un sujeto
dado. La vulnerabilidad individual al TEPT depende en tan
gran medida del impacto emocional y cognitivo que la experiencia
ejerce en la víctima como de la intensidad del propio
acontecimiento desencadenante.
Un factor de vulnerabilidad
fundamental es el antecedente de trauma psicológico debido a
una exposición traumática previa o una pérdida personal de
algún tipo. Ante una sintomatología sugestiva de TEPT, es necesario
determinar si se ha producido un acontecimiento que
cumpla el criterio de traumático. Este aspecto es de la mayor
importancia, puesto que la propia víctima puede no haber establecido
la conexión entre sus síntomas y el suceso. Esta incapacidad
suele ser consecuencia de la reacción de “embotamiento”
habitual, que puede causar el olvido o la disociación del acontecimiento,
y también de que los síntomas aparecen a menudo
semanas o incluso meses después de aquél. En ausencia del diagnóstico
y tratamiento adecuados, suelen manifestarse una depresión
crónica y a veces grave, ansiedad y trastornos somáticos.
En
consecuencia, el diagnóstico precoz es especialmente importante,
tanto a causa de la naturaleza con frecuencia oculta del
proceso, incluso para el propio afectado, como por las implicaciones
terapéuticas del mismo.