La Gestalt, autoapoyo y apoyo ambiental

Autoapoyo y apoyo ambiental.
El pasaje del apoyo ambiental al autoapoyo implica el proceso del pasaje de lo «enfermo» a lo «sano».
En nuestra infancia buscamos movilizar los recursos del medio ambiente para el logro de nuestras necesidades. En dicho caso, el desarrollo emocional implicaría establecer un equilibrio entre el afecto y la frustración. Frustración en cuanto a hacer que el niño lo logre por sí mismo. Es así que entre el afecto y la frustración es como se llega a desarrollar el arte de criar un niño.
Se necesita de la frustración para poder crecer y ello implica el establecimiento de límites, de negar cosas. Implica el frustrar la manipulación mediante la cual obligamos a otro(s) a que nos de(n) lo que necesitamos, cambiándola así por la obligación de desarrollar su propio potencial para lograr lo que necesita.
Y esa frustración también es necesaria en todo proceso terapéutico. La persona que llega a consulta lo hace con su «carácter» (frustraciones, acting, etc.); entonces si entramos en el juego que la persona trae y nos convierte en uno más de sus introyectos, no va a ocurrir nada y permaneceremos estancados. Es decir, que hasta que no frustremos esa manipulación no va a haber contacto, ergo, no va a haber crecimiento, maduración.
El crecimiento implica el pasar de la movilización del apoyo ambiental al autoapoyo.
El autoapoyo es poder reconocer mis necesidades y satisfacerlas. El hecho de buscar satisfacerlas implica la sensación de poder que se vivencia como centrada en uno mismo.
Cuando nos arriesgamos estamos posibilitándonos el crecimiento. Al desarrollar nuestro apoyo empezamos a elegirnos a nosotros mismos como seres en situación de relación. Cuando una persona logra desarrollar ese centro de autoapoyo en sí misma, entonces podemos decir que el proceso terapéutico ha concluido.
El proceso de crecer sólo puede estar basado en la experiencia del presente; nunca puede ser un «verticalazo» del terapeuta.
La persona sana se autoelige a sí misma y toma sus propios riesgos.
La neurosis es una forma de ser y de estar en el mundo y no una enfermedad. La neurosis es en cierto sentido la mejor identidad que una persona pudo lograr en el proceso de su vida. En ese sentido es nuestra mayor riqueza y nuestra mayor pobreza. Es nuestra mayor riqueza en tanto que configura nuestra historia de supervivencia y es en ese sentido todo lo que tenemos. Es así que una persona no tiene una neurosis sino que se es un neurótico. Y al mismo tiempo se constituye en nuestra mayor pobreza en cuanto es nuestra mayor limitación, nuestra mayor tristeza, angustia; es el no encontrarnos con los demás y el no encontrarnos sinceramente con nosotros mismos.
Pero para bien y/o para mal, nuestra neurosis es nuestra identidad.
Cualquier cambio entonces amenaza la estructura de nuestra identidad, la que fue creada para defendernos del mundo. Y es por este motivo que nadie en su sano juicio quiere cambiar. A la experiencia de cambio llegamos dolorosamente. Es muy difícil nacer nuevamente, porque para poder re-nacer hay que primeramente morir. Tiene que perecer una forma de ser para que pueda nacer una nueva.