GUIA DE ORIENTACIÓN: Recomendaciones frente a la discapacidad (DISCAPACIDAD VISUAL)

GUIA DE ORIENTACIÓN: Recomendaciones frente a la discapacidad

Elaborado por :
– Carmen Rosa Benítez Peñate. Psicóloga.
– Mª del Carmen Hidalgo Zerpa. Pedagoga.
– Ana Mª Dolcet Pérez. Maestra y Psicopedagoga.
– Mª del Sol Fortea Sevilla. Psicóloga.
– Carmen Delia Díaz Bolaños. Directora de Atención Psicosocial.
– Mª Dolores Cabello Naranjo. Trabajadora Social.

DISCAPACIDAD VISUAL

ASPECTOS GENERALES SOBRE DISCAPACIDAD VISUAL
En España, se considera ciego legal a la persona que tiene una agudeza visual igual o inferior a 0,1 (igual a 1/10 según la escala de Wecker) obtenida con la mejor corrección óptica posible, o la persona que posee un campo visual igual o inferior a 10 grados.
Hemos de considerar que las personas con discapacidad visual presentan diferente grado de visión, por lo que las adaptaciones y ayudas, que cada uno requiere, estarán determinadas el tipo de déficit visual y por su funcionalidad visual.
Así, siguiendo la clasificación establecida por la Dra. Barraga, podemos clasificarlas en:
Ciego total: Sólo percepción de luz, sin proyección, o aquellos que carecen totalmente de visión.
Ciego parcial: Tienen mayores posibilidades visuales: percepción de luz, de bultos y contornos, matices de colores, etc.
Baja visión: Resto visual que les permite ver objetos a pocos centímetros. Pero para obtener un mayor resultado en tareas necesitan el Braille.
Visión límite: Ven objetos y caracteres impresos con ayudas ópticas iluminación correcta, etc.

Los alumnos/as con discapacidad visual siguen el mismo currículum establecido para todo el alumnado de la universidad. Las adaptaciones curriculares que requieren son generalmente adaptaciones de acceso y adaptaciones en la metodología y la evaluación.
Señalaremos a continuación las adaptaciones generales que el profesorado puede realizar para atender a las necesidades educativas especiales del alumnado con discapacidad visual, independientemente del tipo de estudios universitarios que cursen.
ASPECTOS ORGANIZATIVOS Y ESPACIALES
Corresponden a la adaptaciones que se pueden realizar en los elementos físicos del centro (aulas, bibliotecas, laboratorios,…) para facilitar el acceso y que permiten al alumno/a con discapacidad visual tener una buena ubicación y desplazarse por su entorno de forma segura e independiente.
De ellas destacamos:

– Para que el alumnado con discapacidad visual pueda realizar los desplazamientos, con seguridad, autonomía y eficacia, por las diferentes dependencias de la universidad, es necesario que éstas sean accesibles.
– Señalar adecuadamente las distintas dependencias universitarias utilizando: carteles en Braille, rótulos bien contrastados para las personas con visión reducida, texturas diferentes en el suelo, etc. de manera que sean accesibles.
– Desde el inicio de curso el alumno/a con discapacidad visual deberá ser informado de la situación y posición de los elementos del centro. Asimismo se debe respetar el orden y la ubicación de los diferentes elementos, y si cambiamos la disposición de los mismos debemos advertir al alumno/a y, si es necesario, acompañarlo a reconocerlos.
– Ayudarlo para que pueda guiarse siguiendo puntos de referencia, estos deben ser estables (fijos y duraderos) con el fin de que, en un momento determinado, pueda orientarse correctamente. Por ejemplo: puntos de referencia válidos pueden ser la puerta de entrada a la facultad o de su clase. No deben darse como puntos de referencia, por ejemplo, un banco o una papelera puesto que se pueden cambiar de sitio en cualquier momento. Si tenemos que guiarle, debemos ofrecerle el brazo, no coger a la persona con discapacidad visual de forma que vaya por delante de nosotros.
– El alumno/a debe disponer de un lugar en el aula (estantería, mesa amplia) para colocar su material, ya que el alumnado que trabaja en Braille utiliza un material que ocupa mucho espacio (libros en braille, material específico, etc.)
– Es conveniente que el alumno/a esté situado en clase en el lugar que mejor acceso visual y/o auditivo tenga, generalmente en primera fila. Adecuando los espacios en cuanto a luminosidad, ruidos…
– Cuidar que las aulas estén bien iluminadas para los alumnos/as con algún resto visual, evitando situarlos frente a la luz.
– Procurar que las puertas y ventanas estén cerradas o abiertas por completo, para seguridad de la persona con discapacidad visual.

ADAPTACIONES METODOLÓGICAS TENIENDO EN CUENTA LOS CANALES DE ACCESO A LA INFORMACIÓN
Son las recomendaciones que el profesorado debe seguir en el proceso enseñanza-aprendizaje:
– Es conveniente ponerse en contacto con el alumno/a con discapacidad visual para conocer sus necesidades específicas y poder desarrollar en el aula una metodología que favorezca su participación en la dinámica de la misma.
– Las tutorías constituyen un elemento de apoyo importante para el alumno/a al proporcionarle orientaciones e información adicional individualizada.
– Usar con naturalidad palabras como ver, mirar, estas palabras forman parte del vocabulario de la persona con discapacidad visual y como cualquier otra, las usa para expresar su manera de ver.

– Al dirigirnos al alumno/a con discapacidad visual, hemos de identificarnos, así mismo hemos de avisarlo cuando nos vayamos o nos alejemos de su lado.
– Las explicaciones deben ser de tipo descriptivo y muy concreto. Debemos dar descripciones verbales precisas, claras, de los sucesos visuales de la clase. Por ejemplo: decir en voz alta lo que se escribe en la pizarra, o lo que aparece en los diferentes tipos de soportes visuales.
– Para el alumnado que trabaja en braille, siempre que sea posible aportar las transcripciones en braille del material que se explica con soporte visual: presentaciones de power point, transparencias,…
– El alumno/a con discapacidad visual requerirá más tiempo para la realización de las tareas. Sobre todo en pruebas y exámenes podemos ampliar el tiempo de realización hasta un 50% más del tiempo establecido.
– Las referencias espaciales tales como “aquí”, “allí”, “ahí”… que carecen de significado para la persona con ceguera, serán sustituidas por referencias verbales más concretas, como por ejemplo: “a tu derecha”, “delante de ti”, “arriba”, etc.
– Explicarle los pasos que ha de seguir para la ejecución de un trabajo, siempre que sea posible mostrarle uno ya terminado para que sepa lo que se pretende conseguir.

ADAPTACIONES EN LOS RECURSOS MATERIALES Y TÉCNICOS.
Para que el alumnado con discapacidad visual pueda contar con los materiales y ayudas necesarias, en tiempo y forma, se han considerar los siguientes aspectos:
– Es necesario que el profesorado informe al alumno/a de la bibliografía y material didáctico que ha de usar durante el curso con la suficiente antelación para que pueda disponer de los mismos, bien sea en Braille o en soporte sonoro, y utilizarlos en el aula al mismo tiempo que sus compañeros. Así mismo, se ha de prever el material adicional necesario, por ejemplo: apuntes, gráficos,… con la antelación suficiente (al menos un mes) para que desde el servicio de producción de la ONCE se pueda realizar su adaptación.

– Procurar que las fotocopias y todos los materiales que se entreguen tengan buena calidad en la impresión, tanto para facilitar su transcripción, en el caso del alumnado que trabaja en braille, como para que los que tienen visión funcional puedan percibirlos adecuadamente. Resultará más efectivo preguntar al alumno/a cuál es el tamaño y tipo de letra que mejor percibe, con el fin de facilitarle la documentación en ese formato.
El universitario con discapacidad visual deberá disponer de los recursos tiflotécnicos (recursos específicos para personas con discapacidad visual) necesarios que le permitan seguir adecuadamente las clases, y realizar el estudio y trabajo personal. Actualmente los más utilizados son los dispositivos informáticos de acceso a la información, como el programa JAWS, de síntesis de voz o la línea braille, o los magnificadores de pantalla, como el “Zoomtext”, utilizado por los alumnos/as que poseen visión funcional.

– Como PC portátil de almacenamiento y procesamiento de información los más utilizados son el “Braille hablado” y el “PC Mate”.
Las ayudas ópticas son instrumentos que permiten una mejor percepción, se ha de favorecer su uso por parte de los alumnos/as con discapacidad visual que lo requieran. Por ejemplo, para acceder a la información que se escribe en la pizarra pueden necesitar hacer uso de un telescopio monocular; para percibir
letra pequeña pueden usar lupas, etc.

Debido a la corta distancia de trabajo en tareas de cerca algunos alumnos/as requieren el uso de atril, para mantener una postura adecuada.
– Para la recogida de información pueden utilizar diversos aparatos de grabación.
-Siempre que sea posible es necesario que el profesorado aporte los apuntes y material didáctico en soporte informático lo que permite un procesamiento de los mismos más rápido.
Procurar que existan, en aulas y bibliotecas, materiales adaptados para que el alumnado con discapacidad visual pueda utilizar los recursos de la universidad: sistemas informáticos adaptados, escáner, etc.
En general, las ayudas técnicas las proporciona la ONCE a cada alumno/a, facilitando la orientación y formación a través de profesionales especializados. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria cuenta, en diversas facultades y bibliotecas, con aparatos tiflotécnicos que permiten el acceso y manejo de información al alumnado con discapacidad visual (JAWS, impresora braille, zoomtext,…) y al profesorado.

ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN LAS EVALUACIONES
Habitualmente se utiliza el mismo sistema de evaluación que para el resto de sus compañeros, pudiendo consensuar con el estudiante la forma de evaluación que resulte más cómoda.
• Si se realiza el examen de forma oral, como con los demás estudiantes, es conveniente grabarlo, sobre todo en pruebas finales o eliminatorios.
Si el examen es escrito el alumno/a con discapacidad visual puede requerir:
– Debido al ritmo más lento que impone la limitación visual y el uso de materiales específicos, debe disponer de más tiempo para su ejecución (hasta un 50% más del tiempo establecido). Si esto no es posible se podría reducir el número de preguntas
o ejercicios (sin que esto tenga que suponer una reducción de contenidos).
– Adaptación del examen en Braille (a través de los profesionales de la ONCE), o con la ampliación de los caracteres, en el caso de los alumnos/as con resto visual, para ello se ha de consultar con el alumno/a y determinar el tipo y tamaño de letra más adecuado.
– Si se realiza la prueba con la máquina Perkins de escritura en braille puede ser necesaria otra aula ya que el ruido puede molestar a los compañeros.
– El empleo de dispositivos tiflotécnicos como, por ejemplo, el PC Mate, permite una comunicación fluida y directa entre el alumno/a con discapacidad visual y el profesor, ya que tiene conexión para impresora, ordenador, pen drive, etc.
– En el caso de evaluaciones que contengan un elevado componente visual, puede realizarse una adaptación en relieve de tales componentes. Cuando esto no sea posible, será necesario sustituir los apartados o elementos en cuestión por otras preguntas de contenido no visual y que evalúen similares destrezas y capacidades.