Lacan y el Edipo freudiano

LACAN Y EL EDIPO FREUDIANO
Alejandro Luis Viviani
Voy a tratar de transmitirles una síntesis – con el riesgo de imprecisión que esto implica – y, en parte, una reproducción de lo que Lacan dice sobre el Complejo de Edipo en ese retorno que hace a la obra freudiana.
Es la clínica, la clínica freudiana, la que descubre la existencia del inconsciente. La problemática edípica, aquella que surge cada vez que comenzamos el análisis del inconsciente, es lo que encontramos como núcleo de las neurosis. El Edipo es la propia constitución del sujeto en su palabra que en relación a un tercero produce su significación.
Hay una trayectoria marcada por el descubrimiento freudiano. No hay manera de leer la teorización de Lacan sobre el Edipo sin hacer la trayectoria de Freud. Es sobre el Edipo freudiano que Lacan trata de precisar la que el llama función paterna y, para esto, ordena el Complejo de Edipo en tres tiempos. El Complejo de Edipo es un nudo de relaciones de los fantasmas originarios (urphantasien). Fantasma de seducción (1), castración y escena originaria (coito parental). En estos fantasmas encontramos tentativas de solución a esos enigmas que le surgen a las chicos y que son los enigmas sobre su sexualidad (fantasma de seducción), la diferencia de los sexos (fantasma de castración) y su origen (escena originaria). Estos fantasmas son la escenificación de la posición del sujeto en el discurso en relación al objeto de su deseo. Todo Complejo de Edipo no es únicamente la relación del hijo con sus padres, hay una prehistoria, una historia anterior a él que es la historia de las deseos materno y paterno.
Tendríamos que recordar algunas consideraciones freudianas sobre la sexualidad femenina, es decir de ese ser que nace bisexual y puede llegar o no, dependiendo de las vicisitudes de su Edipo, a ser una mujer femenina.
Freud dice que todo chico sea hombre o mujer, admite un único órgano sexual, el masculino. Define este período como de primacía del falo, elevando el falo al estatuto de fase, fase fálica. Inmediatamente dice que el Complejo de Castración emerge en esta fase da primacía del falo. Falo y castración.
Presencia y ausencia.
Freud dice que el Complejo da Castración emerge en la fase, que hay representación de herida narcisista por la pérdida del seno después de mamar, de las heces en la deposición cotidiana y da la separación del cuerpo materno en el nacimiento, pero que debe hablarse de este complejo cuando tal representación de una perdida va unida a la del pene. Es desde esta que se resignifican las anteriores. Ese falo cuando as tomado en la realidad corporal bajo la forma del pene es lo que se podría llamar de órgano fálico.
Freud reconoce a partir de la clínica que la vinculación da la mujer al padre fue precedida por una vinculación igualmente apasionada a intensa con su madre. Primer objeto la madre; zona erógena, el clítoris. Sometida a la premisa universal del pene, este es el falo en la teoría, la propia premisa, a ella no le falta nada. Todo tiene pene. Freud dice que cuando la niña reconoce la diferencia entro lo que ella y el niño tienen, se separa de su madre y la hace responsable de su falta de pene (no tengo porque ella no me dio, ella tampoco tiene). Si dice que le falta es en relación a la premisa universal del pene. La mujer cambia de objeto, de la madre al padre, y tendría que cambiar da zona, del clítoris a la vagina. Freud dice que en el giro hacia la feminidad, el clítoris debe ceder total o parcialmente su significación (bedeutung) a la vagina. Si estos cambios se producen, Freud los adjudica al complejo de castración. Esta separación marcada por la agresividad, orienta a la niña hacia su padre de quien desea (2) obtener el pene bajo la forma de hijo. El Complejo de Castración se enuncia en el niño como amenaza de castración por la cual sale del Edipo y, en la niña, como envidia del pene (penisneid) por la cual entra en la dialéctica edípica. Esta envidia aparece en tres sentidos:
1- quiere que su clítoris sea un pene.
2- desea el pene del padre.
3- espera tener un hijo del padre, el pene en su forma simbólica. Freud dice que en el inconsciente, excrementos, dinero, regalo, niño y pene son confundidos e intercambiables, hay entre ellos una equivalencia. La niña va a ecuacionar simbólicamente pene e hijo. Ahora, en condicionas de tener un hijo, vemos que este aparece en el lugar de una falta. Cuando la mujer pone al hijo en el lugar de la falta es desde el valor que tiene como equivalente del falo. El falo, como sus equivalentes, es algo separable del cuerpo, algo que se puede tener y se puede perder.
En el primer tiempo del Edipo, Lacan ya sitúa la metáfora paterna actuando en si en tanto el falo está en el orden de la cultura y llama a este tiempo de tiempo de la primacía del falo.
Antes de desarrollar los tres tiempos, voy a hacer una introducción sintética y esquemática a algunos conceptos de la lingüística, cuya teorización es contemporánea al descubrimiento del inconsciente y que aparecen sin formalizar en la obra freudiana. Recordemos que el signo lingüístico es la combinación del concepto al cual Saussure llama de significado y la imagen acústica a la que llama significante. La relación entre significado y significante se llama significación. Ducrot y Todorov reafirman que hablar de signo implica una diferencia entre presencia, que es la parte sensible, y ausencia, que es la parte no sensible. El significante es presencia y sensible, el significado es ausencia y no sensible. El signo es doble, simultáneamente señal y ausencia. Saussure define el valor lingüístico como un sistema de equivalencias entre cosas de ordenes diferentes. El signo es un valor: 1- por su significación, relaciona un significado con un significante. 2- establece relaciones da comparación, solidaridad E interdependencia con otros signos de la lengua. El valor surge de un movimiento de identidades y diferencias, siendo esto lo que hace funcionar a una lengua. Saussure nos presenta el siguiente algoritmo:
Lacan y el Edipo freudiano, significado sobre significante
Lacan desde la experiencia psicoanalítica, desde la experiencia freudiana, rompe con esta relación y propone el siguiente algoritmo:
Lacan y el Edipo freudiano, significante sobre el significado
Vemos que aquí falta la elipse que representaba la unidad del signo y hay una primacía del significante (S) sobra el significado (s}. Las flechas que decían de una relación biunívoca, a un significante le correspondía un significado, desaparecen, lo cual dice de la posibilidad de a un significante corresponderle más de un significado y la barra es la resistencia a la significación. Es la barra la que privilegia al significante. El signo es subvertido, se destruye la significación en sí misma. Significante y significado son dos ordenes diferentes indicados por la barra. El funcionamiento del significante nos muestra que un significante remite a otro significante y que su lugar es el de la diferencia.
En Lacan vemos que la significación surge en la cadena significante y esta genera un efecto de sentido. Este sentido surge retroactivamente (nachträglichkeit, après-coup), en la vuelta sobre la misma cadena es posible reconocer ese significante que insiste. Desde el final se entiende el principio. Hay una anticipación de términos en la construcción de una frase, pero el sentido surge como efecto retroactivo. (3) Dice Lacan que el significante se articula en una cadena también articulada, forma grupos cerrados
constituidos por series de anillos enlazados unos con otros para formar las cadenas que se enlazarán con otras cadenas. Estas cadenas tienen dos dimensiones, una diacrónica y otra sincrónica. Diacronía parlante y sincronía significante (4). Insisto que esta teorización surge de la experiencia clínica y hay que dejar claro que ahí se sitúa la diferencia entre el significante lingüístico y el significante psicoanalítico. Ese significante es lo que representa al sujeto para otro significante. El valor de estos conceptos está dentro del propio campo psicoanalítico. Recordemos lo que Freud decía a propósito de Tótem y Tabú, que él como psicoanalista tenía el derecho de tomar de la etnología cuanto podía aplicar a la labor psicoanalítica.
Llegamos aquí por la necesidad de aproximarnos a la idea de significante y poder situarlo en la metáfora. La metáfora es la sustitución de un significante de una cadena por un significante que llega desde otra cadena atravesando la barra resistente a la significación. Hay un corte en el discurso. Hay un sin-sentido que surge en el discurso por esta interrupción que dice da algo otro de aquel enunciado que es su enunciación. El significante funciona por su combinación y sustitución con otros significantes. Lacan muestra los efectos significantes en dos estructuras fundamentales, la metonimia y la metáfora, que tienen la misma estructura que desplazamiento y condensación. Ahí se y e la estructura del lenguaje.
En aquel trabajo llamado “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis» Lacan dice que la significación del falo debe evocarse en lo imaginario del sujeto por la metáfora paterna y enuncia esta fórmula de la metáfora:
Lacan y el Edipo freudiano, la metáfora paterna
S: son significantes
X: la significación desconocida
s: el significado inducido por la metáfora
Hay una sustitución de S a S’ siendo que S’ barrado de éxito de la metáfora.
En la metáfora paterna tenemos:

grafico 4

Vemos que hay una sustitución del Nombre del Padre al Deseo de la Madre , es la elisión en el Deseo de la Madre por lo cual se crea sentido. Lacan entiende la función paterna como metáfora en este sentido. El Nombre del Padre como significante privilegiado marca ya su presencia en la madre, se apoya en la castración de ella y hace posible la emergencia de sentido. Es porque hay falta en la madre que el hijo tiene la significación de falo. Es en esa falta donde reside la importancia del Edipo de la madre. En tanto hay eficacia da este significante en el sujeto, eficacia de ley, marca un vacío constitutivo del sujeto, La presencia del significante en el sujeto, ese significante reprimido, persiste y desde allí insiste por su automatismo de repetición. Repetición en transferencia, es decir, puesta en acto del inconsciente frente a la presencia del analista. Es en este camino en que nos encontramos con la neurosis, siendo la operación que la caracteriza la represión (verdrängung).(5)
Retomo, después de esta introducción, la primara fase del primer tiempo que decía que la metáfora paterno actúa en sí en tanto el falo ya está en el orden de la cultura. Esto quiere decir que el falo ya existe como articulador fundamental. Primacía del falo, decía Freud, es decir del falo que simboliza también dentro de las significaciones posibles, no habrá significación última, esas partes del cuerpo, pene o clítoris.
Si la madre, porque ecuaciona, pone al hijo en el lugar de lo que falta, nos encontramos ante lo qua se llama célula madre fálica-narcisismo. Célula donde la madre aparece como completa al suponer que no le falta nada, en tanto imaginaria al hijo como falo, realiza ilusoriamente el deseo infantil. Vemos ya una referencia a lo imaginario como ilusorio. La madre cree que no le falta nada y el hijo se imaginaria con el falo para satisfacer el supuesto deseo materno. Es en esta relación que el cuerpo del chico se erotiza. Esta es una relación aparentemente dual, la apariencia es de una madre completa con un falo imaginario que es su hijo. Tenemos madre, hijo y falo. Si el hijo es el f alo imaginario de la madre, aquí el falo tiene otra significación, el falo no es el pene sino el hijo como cuerpo. Es por el lugar que ocupa en el discurso de la madre que tiene el valor de falo. El cuerpo está comprometido en el significante. Ya veremos que el falo es el significante del deseo.
Si en la llamada célula madre fálica-narcisismo, ilusoriamente plena, el chico ya está en el lugar del falo imaginario ya hay eficacia simbólica sobre la madre. Es el deseo de la madre que lo pone como tal, quiere decir que esa célula no está plenamente cerrada, ya hay abertura hay carencia en la madre. El deseo del chico es el deseo de la madre, Lo que permite al chico llenar ilusoriamente está carencia es la experiencia de la fase del espejo, en la cual el chico se identifica con esa imagen modelo que le permite al sujeto asegurar su narcisismo. Debemos decir que lo que Lacan llama A (Autre) es el Otro primordial, la madre, en tanto le falta algo es un (A barrado) (6). El Complejo de Castración se instituye a nivel del Otro
Vemos que la entrada en el segundo tiempo tiene que ver con la intervención efectiva del padre sobre la madre y mediatizado por esta sobre el hijo. Sobre la madre, privándola del falo ; sobre el hijo, provocando la pérdida del objeto de su deseo. Hay una doble prohibición, para la madre: no reintegrarás tu producto, para el hijo: no te acostarás con tu madre. Vemos que el deseo de la madre está sostenido en la ley y es la ley la que hace surgir el deseo en el hijo.
En el primer tiempo el padre está velado, el padre del segundo tiempo es el padre “terrible”, aquel que saca al hijo del lugar de falo, que no lo deja creer que es el falo. Es sacudido en su sujeción al deseo de la madre. Al hijo se le plantea la cuestión da ser o no ser el falo. Porque la madre desea otra cosa, es el deseo de la madre que permite que el padre entre, el chico cree que el padre es el falo de la madre. Reconoce que es el padre que enuncia la ley y piensa que es la ley. Esta es el padre omnipotente. Aquí el padre comienza a revelarse, Es por el valor que tiene la palabra de ese padre para la madre que es eficaz sobre el chico. El padre es mediatizado por la madre. Vemos que si hay una intervención efectiva del padre hay una eficacia de la función paterna, esta eficacia es un corte. Este corte no es el corte del pene, pensar en el corte del pene es una castración imaginaria. El chico pensando que si no abandona ese objeto le van a cortar el pene, como castigo, por preservar el pene pierde el objeto. La castración es pensada como imaginaria y efectivizada como simbólica. La castración instaura las diferencias. La castración simbólica es ese corte, asa separación de la célula madre fálica-narcisismo, de donde surge un sujeto sexuado y deseante por esa eficacia de ley que instaura en este ser su falta. Esta corte hace qua algo caiga, un objeto que es causa del deseo (objeto a). La causa de su deseo es ese objeto primitivo perdido, la cosa (das ding) materna, ese más allá de la madre corno objeto, la carencia de la madre que va a situar la carencia del hijo. La causa del deseo es ese objeto a y hacia donde el deseo se dirige es hacia el falo. El falo es lo que mantiene al deseo. El falo es el significante de la falta. Como decía Masotta, el falo es la razón del movimiento mientras que el deseo no se distingue del movimiento mismo. En la función del falo, el falo es un significante y no un objeta. El falo simbólico como sustituto de la ley instituye la dialéctica entre el ser y el tener. La función paterna destituye al chico de la suficiencia en la que se creía en relación a la madre y lo enfrenta a la insuficiencia de su ser. Destituido de lo que creía ser se enfrenta a sus preguntas neuróticas: quien soy? qué deseo?. Si no soy lo que creía ser quien soy ante el deseo del Otro?… La castración posibilita el deseo y el deseo es siempre deseo de otra cosa. Lo que se encuentra no es lo que falta es lo que s pone en el lugar de lo que falta. El deseo nunca se satisface. Encontrar el objeto seria obturar el deseo. Lacan dice que el goce como plenitud es imposible. (7) El deseo es el deseo de la falta que en el Otro dice del deseo.
La función paterna no necesariamente coincide con el padre de la realidad material, Freud hablaba de padre o sustituto. La función paterna as la eficacia de la ley sobre el deseo de la madre y del hijo, en tanto que la ley que se enuncia es la ley contra el incesto. Esta ley es anunciada en Nombre del Padre. En el segundo tiempo, el chico supone que el padre es la ley; en el tercer tiempo reconoce que el padre no es la ley sino que la transmite. Enuncia la ley habla en Nombre del Padre, aquel que con su muerte funda la ley. Este es el padre de la horda primitiva, el de Tótem y Tabú de Freud.
Freud, en Tótem y Tabú, trata de reconstruir la situación arcaica, para eso toma de Darwin la idea del hombre haber vivido en hordas dominadas por un macho brutal que tenía a todas las hembras, de Atkinson, toma la idea de que el sistema patriarcal termina con la rebelión de los hijos aliados contra el padre: lo mataron y devoraron su cuerpo; siguiendo a Smith, dice que la horda paterna dio lugar al clan fraterno totémico. Para poder vivir unidos, los hermanos renunciaron a las mujeres por las cuales mataron al padre, aceptaron someterse a la exogamia y se organizó la familia. La ambivalencia se mantuvo en relación al padre En lugar del padre surge determinado animal totémico. Una vez por año los hombres se reunían en el banquete totémico, este banquete es la representación del parricidio que dio origen al orden social, las leyes morales y la religión. Vemos que muerto el padre surge la ley, la ley que va a regir la cultura, la ley contra el incesto. Es en nombre de este padre que el padre habla. Hay que diferenciar entre padre simbólico, que es este, el que representa la ley, que puede o no coincidir con el padre de la realidad, y el padre imaginario, rival, al cual el chico quiere matar por robarle el objeto de su deseo.
El nombre del Padre es el significante de la ley significante fundamental. Es este significante funcionando lo que le da al sujeto su significación. Es por la propia eficacia de la función paterna que asa significación no es absoluta, y es ahí donde se sitúa la falta. El significante la da a la función del padre un lugar en el Edipo.
Tenemos la ley con una doble función: una negativa , que es prohibir el incesto, y otra positiva, que es posibilitar el surgimiento del deseo. En este tercer tiempo, el falo es resituado de imaginario en relación a la madre a simbólico en relación al padre. Aquí ya encontramos el falo en lugar da la ley. Lacan dice que el padre de este tiempo es revelado es el padre permisivo donador, aquel que con su eficacia permite que el sujeto procure el goce, como absoluto imposible, y haga de su pene un órgano de placer. En la elección heterosexual todas las mujeres serán posibles menos una, esa que es la única que existe para el inconsciente. En este tiempo el chico incorpora la ley, se identifica con ella, estructura el Superyo y el Ideal de Yo, siendo este la identificación con los emblemas del padre. la identificación con lo masculino del padre. Estas insignias del padre no son la persona del padre sino los significantes que el padre soporta,
El Ideal del Yo es diferente del Yo Ideal. El Yo Ideal es el ideal del narcisismo, el de la relación madre fálica-narcisismo, lo que yo fui para mi madre, lo que yo era, aquel de esa relación de fascinación con la madre. Fascinación que está en juego por la mirada de la madre. La palabra fascinación viene del latín, fascino, fascinum, que significa a la vez mirada, amuleto en forma de falo que se usaba para evitar el mal de ojos, y falo.
El hombre puede tener o perder el falo después de haber reconocido que no lo es.
Por lo que vimos, tanto el falo no deja al hombre en mejor posición con respecto a la mujer como la castración es una operación simbólica, que puede efectivizarse en el hombre o en la mujer y es esto lo que posibilita que sean masculinos o femeninos.
Vemos que la clase de hoy, en cierta medida esquemática, también remite e la articulación de los registros Imaginario, Simbólico y Real, articulación por la cual hay objeto a.
Quiero recordarles que Sócrates aprendió de Diotima de boca de una mujer que quien quiera que desea y ama, desea y ama alguna cosa que le falta.
Hay mucho más para decir esta clase fue una primera aproximación al tema. Dejo con ustedes la bibliografía que utilicé para esta síntesis esperando retornar en un próximo encuentro con el tema de la sexualidad femenina.

Clase dada en la Pontificia Universidade Católica (PUC-SP) 4-12-1985 São Paulo. Brasil.

NOTAS:
(1) Ver cartas 52 (5-12-1896) y 69 (21-9-1897) a W. Fliess,
(2) Llamo la atención sobre el deseo pues veremos que realmente (Real inconsciente) este no es el deseo, en tanto que por su propia emergencia el deseo es innombrable. Hay que diferenciar entre objeto causa del deseo y la razón del deseo.
(3) Sería necesario trabajar el concedo de significancia. (“Designamos con el nombre de significancia «significante esa trabajo de diferenciación, estratificación y confrontación que se practica en la lengua y deposita sobre la línea del sujeto hablante una cadena significante comunicativa y gramaticalmente estructurada”) • Ver Ducrot y Todorov: Texto -El texto como productividad. Pgs. 397 a 402.
(4) Vemos que hay una reformulación del signo a partir de la primacía del significante y cuya estructura es formada por lo menos con S1, S2, Sujeto barrado, a.
S1: Llamado significante amo. El sujeto en la medida que representa el rasgo que hay que distinguir de lo que es el individuo viviente.
S2: Batería significante. Saber inconsciente, saber insabido.
S1 interviene en S2, de este encuentro cae un objeto.
a: Objeto que cae del encuentro S1-S2, objeto causa del deseo, objeto que en esta caída, como pérdida, hace al goce (como plenitud o absoluto) imposible.
Sujeto barrado: Sujeto escindido, causado por la castración. Surge Del encuentro S1-S2 y está barrado por lo que la carencia constitutiva (objeto a) dice de su incompletud y su condición deseante:
Lacan y el Edipo Freudiano
(5) En la psicosis, Lacan muestra a carencia del significante fundamental en la posición subjetiva o dicho de otra manera, en la psicosis nos encontramos con la forclusión o el repudio (verwerfung) del significante del Nombre del Padre. Al no haber efecto metafórico, eficacia simbólica, habrá en el lugar de la significación fálica, un agujero. La operación qua caracteriza la perversión es la renegación (verleugnung),
(6) Lacan define al Otro como lugar, tesoro del significante.
(7) Tengamos presente el principio de Nirvana con el cual Freud ve una correspondencia con la pulsión de muerte.
Bibliografía
Ducrot, Osvald;Todorov, Tzvetan: Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje. Edit. Siglo XXI. 1978.
Freud, Sigmund: Obras Completas. Edil, Biblioteca Nueva, 1967,
– La organización genital infantil (Adición a la teoría sexual), 1923,
– La feminidad; 1933,
– La sexualidad femenina, 1931,
– EI final del Complejo de Edipo, l924.
– Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica, 1925
– Teorías sexuales de los niños, 1905.
– Aportaciones a la psicología de la vida erótica, 1910-1912.
– Sobre las transmutaciones de las pulsiones y especialmente del erotismo anal, 1916-1917.
– Introducción al narcisismo, 1914.
– Tótem y Tabú, 1913.
– Moisés y la religión monoteísta. g) La verdad histórica, 1937.
Lacan, Jacques: Las formaciones del inconsciente. Edit. Nueva Visión. 1976.