La responsabilidad profesional del psicólogo (Relaciones no profesionales)

La responsabilidad profesional del psicólogo

Dr. Fabián Vitolo
NOBLE S.A.

Relaciones no profesionales

Este tipo de relaciones se dan cuando el terapeuta interactúa con
un paciente excediendo su rol profesional, involucrándose por
ejemplo como socio comercial o como pareja sexual. Debe tenerse
en cuenta que el vínculo que se establece entre el profesional y
paciente es de franca asimetría. La posición de este último en la
consulta suele ser de fragilidad, vulnerabilidad y dependencia
debido a la patología, sumado a las consecuencias frecuentes, en
los cuadros graves de enfermedad mental, de marginación social,
laboral o automarginación personal. En estos casos la
dependencia al terapeuta es tan importante que el paciente llega
a delegar decisiones personales en forma irracional y subjetiva.
Esta posibilidad lo hace francamente influible, pudiendo esta
situación conllevar a «situaciones de abuso». Esto trae aparejada
la necesidad y obligación de actuar con prudencia y máxima
diligencia.
El avasallamiento de la libertad del paciente puede ser
considerado un elemento de demanda punible, a considerar en
los planos extracontractuales del derecho (como actos dolosos y
penalmente punibles) y en el plano contractual (como actos
culposos y civilmente responsable) por imprudencia.
Las relaciones no profesionales suelen tener un comienzo sutil,
gradual y aparentemente inocuo que puede ser la consecuencia
de la falta de atención del terapeuta a la dinámica de la relación o
bien pueden tener su raíz en un genuino deseo de brindar ayuda
adicional al paciente. También pueden originarse en
manipulaciones del paciente facilitadas por el proceso de
transferencia o por su propia patología.

Algunos ejemplos de relaciones no profesionales:
Aceptar como pacientes a familiares, amigos o contactos sociales y
laborales
Aceptar como pacientes a personas con las que ha mantenido
vínculos sexuales
Aceptar cualquier tipo de negocio o sociedad con pacientes
actuales o pasados
Aceptar gratificaciones valiosas que van más allá de sus honorarios
Invitar a un paciente a un evento social
Aceptar favores personales por parte de los pacientes
Compartir sus problemas personales o revelando intimidades con
los pacientes
Brandt Caudill, un abogado de California especializado en defender
a psicólogos en Estados Unidos y coautor del libro «La ley y el
Profesional de Salud Mental», publicado por la American
Psychological Association comenta que muchos profesionales
acusados civilmente o ante tribunales de conducta por relaciones
sexuales con pacientes invocan la excepción del «verdadero amor»
como defensa. Lo concreto es que, a su criterio, «esta excepción no
existe, nunca existió y no existirá jamás». Las relaciones sexuales
con pacientes actuales o pasados son antiéticas para la mayoría de
los códigos de las distintas asociaciones profesionales y pueden
tener efectos devastadores en las carreras de los psicólogos. Bajo
ninguna circunstancia debería un terapeuta considerar seriamente
una relación sexual más allá del tiempo que haya transcurrido entre
la terminación del tratamiento y el inicio de la misma.
Como regla general los pacientes deberían ser vistos en el
consultorio del profesional. Si bien puede ser apropiado por motivos
terapéuticos ver al paciente en otro ámbito, estas circunstancias
deberían ser extremadamente raras. Deberá documentarse en la
historia clínica el propósito y lo que espera obtenerse de la consulta
fuera del consultorio.
En comunidades pequeñas o áreas rurales con muy pocos
psicólogos es prácticamente imposible limitar la relación a la
consulta profesional. En estos casos el psicólogo deberá extremar su
diligencia para reducir su intervención a lo mínimo necesario y sólo
hasta poder efectuar la derivación correspondiente. Esto también
aplica a urgencias.
Si no obstante los recaudos tomados surgiera una relación
afectiva importante entre el consultante y el psicólogo que
obstaculizara el alcance de las metas profesionales, pueden
tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones:
Actúe inmediatamente. No espere a que sea el paciente el que
saque a la luz el problema que ha surgido en la relación
Derive al consultante a otros profesionales. En este proceso de
derivación pude ser útil para el profesional la consulta con un
colega que le ayude a comprender la dinámica de la relación y
que le ayude a finalizar su actuación profesional con el menor
daño posible para el paciente. Se deberá evitar en esta instancia la
figura de abandono involucrando al paciente en el diseño de la
alternativa más conveniente analizando su receptividad hacia un
cambio de terapeuta.

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