Tendencias de la pobreza

Las tendencias de la pobreza:
Los niveles de vida han mejorado drásticamente en los últimos 30 años. El crecimiento de consumos per capita en países en vías de desarrollo ha ascendido de un 1,4 por ciento al año entre 1980 y 1990 y de un 2,4 por ciento entre 1990 y 1999. Como resultado millones de personas han superado su situación de desesperante pobreza. A pesar del progreso mencionado la población de los países en vías de desarrollo ha crecido rápidamente, pasando de 2.900 millones en 1970 a 5.080 millones en 1999, y muchas personas han seguido naciendo pobres.
La proporción de la población del mundo en vía de desarrollo que vive en extrema pobreza económica, definida como subsistencia con menos de un dólar al día (en dólares del 1993, ajustados para explicar diferencias en poder adquisitivo en los distintos países), ha descendido de un 28 por ciento en 1987 a un 23 por ciento en 1998.
Verdaderos adelantos en indicadores sociales han acompañado al crecimiento de los ingresos en término medio. La mortalidad infantil ha descendido de un 107 por 1.000 nacimientos en 1970 a un 59 por 1.000 en 1999. En general, la expectativa de vida ha aumentado de cuatro meses cada año desde 1970. El crecimiento en producción alimentaria ha superado substancialmente al crecimiento de la población. Los gobiernos han informado de un rápido progreso en matriculaciones de educación primaria. El porcentaje de adultos que ya saben escribir y leer también ha aumentado de 53 por ciento en 1970 a 74 por ciento en 1998. Las diferencias de género se han estrechado: la diferencia en el porcentaje de chicos a chicas en educación primaria ha bajado de 11 en 1980 a 5 en 1997. Hoy en día el mundo en vía de desarrollo es más sano, está mejor alimentado y está mejor educado.
… pero grandes disparidades regionales todavía persisten
Mientras la reducción de la pobreza ha progresado a nivel mundial, esta reducción no ha sido uniforme, y grandes disparidades regionales todavía persisten.
La pobreza está creciendo rápidamente en Europa y Asia Central y continúa creciendo en África Subsahariana. En Asia, donde viven la mayoría de los pobres, la proporción de personas que viven en pobreza ha descendido dramáticamente en las últimas décadas, pero la reciente crisis está parando el progreso. Alrededor de 4 en 10 familias (más de 500 millones de personas) todavía viven en pobreza en Asia del Sur.
Hay también grandes diferencias regionales en un número de indicadores sociales.
Todas las regiones en vías de desarrollo han experimentado una disminución en la mortalidad infantil. De todos modos, el índice de mortalidad infantil en Asia del Sur sigue siendo más o menos igual que el de la mortalidad infantil en el Asia del Este de principios de los años 70. Estas cifras indican un escaso avance en Asia del Sur al igual que favorables condiciones iniciales en Asia del Este. En África Subsahariana, la mortalidad infantil  es superior a la de Asia del Este, y la mortalidad de niños menores de 5 años está subiendo a causa de la epidemia de SIDA. En general, 151 de 1.000 niños africanos mueren antes de cumplir cinco años, y 92 de 1.000 niños mueren antes de cumplir un año de vida. Nueve países africanos tienen un porcentaje de mortalidad infantil inferior a cinco años (Angola, Burkina-Faso, Guinea-Bissau, Malawi, Mali, Mozambique, Níger, Ruanda, y Sierra Leona).
El total de matriculaciones en escuelas primarias ha aumentado en todas las regiones. Pero la proporción en África Subsahariana, que había ascendido de 51 por ciento de la población elegible a 81 por ciento en 1980, ha descendido a un 78 por ciento en 1994 reflejando problemas más complejos. Otra vez, estos porcentajes reflejan grandes disparidades en ciertos países. Nueve países en África tienen menos de la mitad de sus niños matriculados en escuelas primarias (entre ellos: Burkina Faso, Etiopía, Mali, y Níger).
Finalmente, las diferencias de género en educación también varían mucho según las regiones. Tanto en África central y occidental cuanto en África del Norte y en Asia del Sur, los porcentajes de chicas en las escuelas son mucho más bajos que los porcentajes de chicos, por mientras en algunos países de América Latina en las escuelas hay más chicas que chicos.