El vocabulario de Michel Foucault: LETRA D. Deseo

El vocabulario de Michel Foucault: LETRA D

Deseo
(Désir). En la obra de Foucault nos encontramos con numerosísimas referencias al tema del deseo, sin que nos ofrezca una teoría del deseo o pretenda hacerlo. Pero cada uno de los campos de análisis de Foucault ha dado lugar a consideraciones acerca del deseo. Saber. 1) Representación. El fin de la episteme clásica coincidirá con el retroceso de la representación respecto del lenguaje, de lo viviente, de la necesidad. La fuerza sorda de la necesidad y el deseo escapará al modo de ser de la representación (MC, 222). Véase: Episteme clásica. 2) Finitud. En el fondo de todas las empiricidades que muestran las limitaciones concretas de la existencia del hombre, se descubre una finitud más radical que está dada por la espacialidad del cuerpo, la apertura del deseo y el tiempo del lenguaje (MC, 326). Véase: Hombre. 3) Psicoanálisis, psicología. • A diferencia de las ciencias humanas (por ejemplo, la psicología, la sociología) que se mueven en el ámbito de la representación, el psicoanálisis avanza hacia una región en la que la representación queda en suspenso. En esta región se esbozan tres figuras: la vida, que con sus funciones y sus normas viene fundándose en la repetición muda de la Muerte; los conflictos y las reglas, en la apertura desnuda del Deseo; las significaciones y los sistemas, en un lenguaje que es a la vez Ley (MC, 386). • El psicoanálisis se sirve de la relación de transferencia para descubrir, en los confines exteriores de la representación, el Deseo, la Ley y la Muerte, que designan en el extremo del lenguaje y de la práctica analítica las figuras concretas de la finitud (MC, 389). Poder. 1) Represión, poder, ley. •
En el tema general del poder que reprime el sexo y en la idea de la ley como constitutiva del deseo se encuentra una misma mecánica supuesta del poder, definida de una manera bastante limitada. Sería un poder cuya única potencia consiste en decir “no”, sin producir nada; un poder concebido esencialmente según un modelo jurídico, centrado en el enunciado de la ley y el funcionamiento de la prohibición (HS1, 112-113). • Es necesario desprenderse de la imagen del poder-ley, del poder-soberanía que los teóricos del derecho y de la institución monárquica han diseñado; desprenderse del privilegio teórico de la ley y de la soberanía (HS1, 118). • Esta concepción jurídico-discursiva del poder domina tanto la temática de la represión como la teoría de la ley constitutiva del deseo. La distinción entre el análisis que se hace en términos de represión de los instintos y el que se hace en términos de ley del deseo pasa por el modo de concebir la dinámica de las pulsiones, no el poder (HS1, 109). • La relación de poder está allí donde hay deseo; es, pues, una ilusión su denuncia en términos de represión y una vanidad la búsqueda de un deseo fuera del poder (HS1, 108). Véanse: Poder, Represión. 2) Verdad. • “[…] el discurso verdadero no es más, desde los griegos, aquel que responde al deseo o aquél que ejerce el poder. En la voluntad de verdad, en la voluntad de decir este discurso verdadero, ¿qué está en juego si no es el deseo y el poder?” (OD, 22). 3) Edipo. Foucault considera la historia de Edipo no como el punto de origen de la formulación del deseo o de las formas del deseo del hombre, sino, por el contrario, como un episodio bastante curioso de la historia del saber (DE2, 542). • Edipo no sería una verdad de la naturaleza, sino un instrumento de limitación y de coerción que los psicoanalistas utilizan, desde Freud, para contener el deseo y hacerlo entrar en una estructura familiar definida históricamente (DE2, 553). Véase: Edipo. 4) Deleuze. Deleuze y Guattari han tratado de mostrar cómo el triángulo edípico padre-madre-hijo no es una verdad atemporal ni una verdad profundamente histórica de nuestro deseo, sino una estrategia de poder (DE2, 553). Véanse: Deleuze, Edipo. 5) Conocimiento, placer. • En Aristóteles, la relación conocimiento-placer-verdad que es puesta de manifiesto por el acto de ver es transportada a la contemplación teórica. El deseo de conocer supone la relación entre conocimiento, verdad y placer (DE2, 243). Ética. 1) Hombre de deseo. • La experiencia moderna de la sexualidad y la experiencia cristiana de la carne son dos figuras históricas dominadas por el hombre de deseo. Los volúmenes I y II de Histoire de la sexualité se proponen estudiar los juegos de verdad en la relación consigo mismo como sujeto en el ámbito del hombre de deseo. Constituirían una genealogía del hombre de deseo desde la antigüedad clásica hasta los primeros siglos del cristianismo (HS2, 11-13). • La genealogía del hombre de deseo no es un examen de las sucesivas concepciones del deseo, de la concupiscencia o de la libido, sino un análisis de las prácticas por las cuales los individuos se constituyen como sujetos de verdad en relación con el deseo, es decir, de las prácticas que permiten decir la verdad del deseo (HS2, 11).
2) Dispositivos de sexualidad y de alianza. Con el psicoanálisis, la sexualidad da vida a las reglas de la alianza, saturándolas de deseo (HS1, 150). • Freud hizo del mundo de la imaginación un mundo habitado por el deseo, así como la metafísica clásica hizo que el querer y el entendimiento habitasen el mundo físico (DE1, 70). 3) Confesión, scientia sexualis. • “El deseo era así un elemento constitutivo del pecado. Y liberar el deseo no es otra cosa que descifrar uno mismo su inconsciente como los psicoanalistas y, mucho antes, la disciplina de la confesión católica lo han hecho” (DE3, 527). • A diferencia de la ars erotica, en la scientia sexualis nos encontramos con un tipo de saber que problematiza el deseo, no el placer (DE3, 104). Véase: Confesión. 4) Sade. • La aparición del sadismo se sitúa en el momento en el que la sinrazón, encerrada después de más de un siglo y reducida al silencio, reaparece no como figura del mundo ni como imagen, sino como discurso y deseo (HF, 453). • “El gran intento de Sade, con todo lo que puede tener de patético, reside en el hecho de que trata de introducir el desorden del deseo en un mundo dominado por el orden y la clasificación. Es esto lo que significa exactamente aquello que él denomina ‘libertinaje’. El libertino es el hombre dotado de un deseo suficientemente fuerte y de un espíritu suficientemente frío para lograr hacer entrar todas las potencialidades de su deseo en una combinatoria que las agota absolutamente todas” (DE2, 375). Véase: Sade. 5) Aphrodísia, placer. La atracción ejercida por el placer y la fuerza del deseo que lleva hacia él, junto al acto mismo de los aphrodísia, forman una unidad esencial para los griegos de la época clásica. Con el helenismo y con el cristianismo esta unidad comenzará a fragmentarse (HS2, 51-52). En el uso de los aphrodísia, el objetivo no es anular el placer; al contrario, se trata de mantenerlo (HS2, 66). Pero en los griegos, por ejemplo en Aristóteles, puesto que el deseo de placer es insaciable, es necesaria la medida de la razón que caracteriza a la sophrosýne (HS2, 100). • Conceder al placer el menor espacio posible; utilizarlo, a pesar de él mismo, para tener hijos; practicarlo sólo dentro de la institución del matrimonio: estos tres principios que se consideran característicos del cristianismo estaban ya presentes en el helenismo y en el mundo romano (DE3, 559). Véase: Aphrodísia. 6) Hermenéutica. • En la experiencia cristiana de la carne, la problematización de la conducta sexual no es el placer o la estética de sus usos, sino la hermenéutica purificadora del deseo (HS2, 278). Véase: Cuidado.
Désir [929]: AN, 18-20, 114, 120-121, 132-134, 146, 155, 165-166, 170, 175, 177-180, 187, 189, 195, 203, 205, 217-220, 229-230, 247, 249, 251-253, 257-258, 261, 263-264, 268, 288, 309-310. AS, 22, 24, 31, 65, 89-91, 138, 151, 153, 196-197. DE1, 69-71, 74, 78, 88-89, 92, 94, 105, 107, 110, 112-113, 115-116, 124, 162, 219, 221-227, 233, 263, 297-298, 300, 305, 307-308, 312, 327-328, 329, 334-336, 426, 512, 521-522, 525, 532-533, 688, 700, 749, 759, 783, 785-786, 802, 818. DE2, 21, 67, 75, 78, 84, 94, 102, 116, 145, 161, 164, 226, 232, 242-243, 314, 325, 355, 365, 375-377, 386, 395, 447, 448, 516, 542, 547, 553-555, 611, 623-624, 626-628, 635, 639, 641, 644, 651, 653-655, 660, 664, 678, 692, 695, 707, 710, 713-714, 746, 754, 757, 769, 772, 779, 814-815, 819-820, 825-826. DE3, 21, 54, 83, 90-91, 98, 104, 133-135, 149, 227, 262, 265, 280, 303, 363, 381-382, 422, 424, 470, 474, 517, 526-527, 553-556, 559, 568, 594, 603, 617, 628, 733, 747, 781, 783. DE4, 79, 108, 121, 148-149, 163-164, 175, 183, 198, 205, 215, 244, 246, 248, 251-252, 295-297, 303, 310, 313, 316-317, 320, 326, 333, 352, 386, 389-397, 399-401, 445, 467-469, 529, 533, 540-542, 546, 552, 557, 583, 592, 605, 608, 611, 614, 616-617, 619-620, 622, 633-634, 637, 657, 661, 663, 668, 672, 705, 710-711, 717-718, 730, 735, 738, 751, 783, 802, 810-811. HF, 35-38, 76, 122, 137-138, 221, 231, 372, 384, 413, 423-426, 452-453, 460, 466-467, 636, 639, 643, 657-659, 671. HS, 41, 49, 84, 88, 134, 211-212, 274, 330-331, 363, 405, 413-414. HS1, 20, 28, 30, 32-33, 63, 103, 107-109, 112, 114, 118, 144, 149-150, 170-172, 198, 207-208. HS2, 10-13, 18-19, 27, 34, 48, 50-55, 59, 62, 65-66, 78, 81, 89, 98, 100-103, 106, 151-152, 155, 162, 180, 186, 208, 210, 212, 218, 226, 244, 246, 248, 252-253, 255, 261, 263, 265, 267-269, 278. HS3, 22-25, 60, 81, 83, 84-85, 97-98, 128-130, 136, 145, 150, 155, 157-160, 162, 165, 167, 179, 193, 229, 232, 238, 251-252. IDS, 36, 108, 132. MC, 107, 121, 134, 184-185, 187, 203-204, 221-224, 235-237, 250, 255, 269, 320, 325-326, 373, 386-387, 389. MMPE, 26, 38, 42-46, 49, 66. MMPS, 26, 38, 42-46, 49, 66. NC, 16, 84. OD, 8-9, 12, 15, 22-23, 48, 80. PP, 61, 102, 107, 174-175, 184-185, 189, 275, 293. RR, 183, 199. SP, 108, 114, 124, 182, 243, 252, 272, 310.

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