Adolescencia y violencia: ingreso a la vida adulta

En la adolescencia los ideales personales, sociales, sistemas éticos y morales constituyentes del yo y del superyó, en niveles consciente e inconsciente de la infancia, tienen conflictos con las experiencias actuales y reestructuran la identidad en múltiples aspectos. La reedición y reelaboración del complejo edípico definirá el ingreso a la vida adulta.
Dentro de esa red compleja de comunicaciones se puede observar que hoy existe una mayor
libertad de experimentación y de expresión de deseos y comportamientos. Sin embargo,
también hay tensiones más grandes y ambigüedades promoviendo nuevos movimientos,
muchas veces antagónicos. Estos movimientos pueden polarizarse entre la creatividad y
perplejidad, debido al enmarañado de pulsiones emergentes y a la complejidad de opciones
conscientes e inconscientes. Si en tiempos pasados el hombre era dominado por las
religiones, hoy se convirtió en esclavo de los medios de comunicación y propaganda.

La filosofía que predica “vale todo, todo se puede” está creciendo y así hace ambiguo el
concepto de integración social. Es una condición altamente frustrante y originadora de rabia,
odio y agresión. El ciudadano común vive momentos difíciles en la discriminación de los
límites entre lo individual y lo colectivo, público y privado, lo que es ético y lo antiético.
Los jóvenes normalmente viven un estado de ambivalencia e impulsividad, y ellos  están siendo inducidos al desorden y a la violencia. La percepción entre la satisfacción inmediata y concreta de los deseos y la satisfacción simbólica se diluye, principalmente, por lo que se transmite en los medios de comunicación social cuando estos son inescrupulosos. Las
dificultades que hay para establecer los contornos geográficos entre los diferentes niveles de
subjetividad (intra, inter y traspersonal) provocan una elevada angustia, apatía, negación y
desesperación, siendo un campo propicio para las drogas y la violencia.

FUENTE: ¨ADOLESCENCIA Y VIOLENCIA: EL PSICOANÁLISIS EN LA PRÁCTICA
SOCIAL¨, David Léo Levisky.