AUTISMO Y PSICOANÁLISIS (B. Bettelheim)

Bruno Bettelheim, el autismo y el psicoanálisis

 Diagnosticado desde el siglo XIX, el autismo se convirtió en el siglo XX en un escándalo de la ciencia y un buen ejemplo de las disputas entre psicólogos y neurofisiólogos. ¿Es el autismo un transtorno neuronal, congénito o un transtorno afectivo, conductual? Jules Henry, el antropólogo norteamericano, lo veía como una caracterísitca de una cultura autoritaria, sobreescolarizada, como lo fuera la histeria en la época de Freud, un transtorno psicológico de una sociedad reprimida y punitiva. Pero dicho transtorno se convirtió asimismo en el objeto de disputa entre las ciencias, y esto es quizá lo más interesante del caso. Cuando Bruno Bettelheim, psicoanalista formado en el círculo de Freud, comenzó a estudiar los transtornos infantiles el psicoanálisis estaba en un momento de auge epistemológico, y su verdad terapeútica parecía incuestionable, pese a haber tenido problemas de reconocimiento académico al ofrecer, medio siglo atrás, su ‘bizarro’ diagnóstico de la «neurosis de guerra», cuya explicación sigue siendo por demás cuestionable.

Bruno Bettelheim volvió a sumir al psicoanálisis en un escándalo al ofrecer una teoría del autismo con base en el esquema psicoanalítico básico del complejo de edipo. Si bien en su libro clásico sobre el tema, La fortaleza vacía, Bettelheim no había construido el concepto de «madre nevera» (o «madre refrigerador») le quedaba claro que las reacciones de aislamiento del autista tenían que ver con la figura de una madre represora. Su experiencia con enfermos en campos de concentración, cuyos síntomas se asemejaban al de los niños autistas, le dio la pauta para hacer una generalización de la psicosis de guerra al autismo, que solo fue cuestionada dos o tres décadas más tarde. Bettelheim, entre tanto fundó una clínica en los Estados Unidos y llegó al extremo de aislar a los padres de los hijos mediante una puerta que los primeros no podían cruzar. Del otro lado existía, supuestamente, un espacio de libertad para los niños, donde incluso podían pisar una escultura que representaba a la madre represora. Pero Bettelheim no era un hablador o un embaucador, era un psicoanalista de prestigio que había llegado a los Estados Unidos en 1939, víctima de la persecución nazi en Austria y Alemania. Fue fundador de la escuela ortogenética para niños con trastornos afectivos, la que a la larga se convirtió en otra piedra de escándalo por las revelaciones de algunos de los allí ingresados, aunque no existe consenso sobre el tema. Bettelheim escribió además varios libros clásicos sobre psicología infantil, uno de ellos, el más famoso, sobre el significado y la importancia de los cuentos de hadas, y otro, sobre los ritos de pubertad en los adolescentes, Heridas simbólicas. De ellos me ocupo en la siguiente entrega.