Biografía Jones Ernest (1879-1958)

Biografía Jones Ernest (1879-1958)

Biografía de Ernest Jones

Jones Ernest (1879-1958) Psiquiatra y psicoanalista inglés

Padre fundador del psicoanálisis en Gran Bretaña, inventor del Comité Secreto, artífice del debate en torno a la antropología, organizador y presidente de la International Psychoanalytical Association (IPA) durante dos períodos cruciales (1920-1924 y 1934-1949), excelente negociador durante las Grandes Controversias, iniciador, finalmente, de la historiografía psicoanalítica y de la traducción inglesa de las obras de Freud (por James Strachey), Ernest Jones desempeñó un papel muy importante en la historia política del Freudismo. Durante muchos años fue el jefe incuestionable del movimiento, y si bien transigió con el nazismo, creyendo de tal modo «salvar» al psicoanálisis en Alemania, ayudó también a los emigrados alemanes, austríacos y húngaros a encontrar acogida en los países de lengua inglesa: los Estados Unidos e Inglaterra. Sigmund Freud no lo quería mucho, pero, a lo largo de los años, aunque a menudo desaprobaba sus iniciativas, recurrió a él para manejar los asuntos políticos del movimiento, sobre todo después de la partida de Max Eitingon a Palestina. A pesar de su carácter difícil, de su lenguaje «crudo», de las complicaciones de su vida amorosa (que le valieron la hostilidad de las ligas puritanas) y, finalmente, de la manera directa con que hablaba del erotismo o los defectos corporales, Jones era un hombre atractivo y sobre todo un trabajador encarnizado, ansioso por dominar todos los ámbitos del saber. Tenía la pasión de la «causa analítica» y quería defenderla a su manera, si era necesario contra el propio Freud, lo que explica su apoyo a las innovaciones kleinianas y sus ambivalencias respecto del análisis profano. Conservador, pragmático y racionalista, se mostró injusto con Otto Rank y Wilhelm Reich, intratable con la «izquierda Freudiana» (por ejemplo en Rusia) y los homosexuales, y muy celoso de su propio analista, Sandor Ferenczi, mucho mejor clínico que él y discípulo preferido de Freud. No obstante, hizo posible que el psicoanálisis europeo sobreviviera frente a la potencia creciente de los Estados Unidos. Nacido en Gowertown, en el país de Gales, Jones era hijo de un ingeniero en minas que había comenzado su carrera como empleado de oficina en un comercio de carbón. Autoritario e incapaz de admitir que podía equivocarse, ese hombre creía en la superioridad de los adultos sobre los niños. No admitía ninguna insubordinación. Su mujer era conservadora, piadosa y muy apegada a la cultura galesa: «Yo fui el primer vástago y el único hijo varón de mis padres -escribió Jones-. Nací el 1 de enero de 1879, en una aldea llamada Rhosfelyn. El gran ferrocarril del Oeste la había rebautizado Gower Road, nombre que más tarde mi padre consiguió cambiar por el híbrido de Gowertown.» Desde su más tierna edad, el pequeño Jones conocía perfectamente todas las prácticas sexuales, y no vacilaba en hablar francamente de ellas: «La práctica del coito me era ya familiar a la edad de seis o siete años -escribió en su autobiografia-, y después la interrumpí, para retomarla sólo veinticuatro años más tarde; ésta era una costumbre bastante difundida entre los niños de la aldea». Después de estudiar en la Universidad de Cardiff, se orientó hacia la medicina, fue alumno de John Hugh1ings Jackson, y se instaló en Londres. Gracias a su futuro cuñado, Wilfred Balen Lewis Trotter (1872-1939), cirujano honorario del rey Jorge V, erudito distinguido y apasionado de la filosofía, Jones se interesó por los escritos de Freud y empezó a estudiar alemán para leer La interpretación de los sueños. En 1903 ingresó en el North Eastern Hospital, del que fue despedido por insubordinación seis meses más tarde. Clasificado como «mal sujeto», tuvo más tarde muchas dificultades para integrarse a otros servicios hospitalarios. Interesado en la hipnosis, la neurología y las enfermedades mentales, comenzó a practicar espontáneamente el psicoanálisis en 1906. Al año siguiente viajó a Amsterdam para participar en el primer congreso de neurología, psiquiatría y asistencia a los alienados, y allí conoció a Carl Gustav Jung, quien lo invitó a trabajar en la Clínica del Burghölzli, dirigida por Eugen Bleuler. En 1908 conoció a Freud en el Congreso de la IPA de Salzburgo. Su nueva orientación, y la rudeza con que hablaba de los problemas de la sexualidad en una Inglaterra todavía muy victoriana, le valieron nuevos sinsabores. Denunciado públicamente por el hermano de una de sus pacientes, la cual quería divorciarse después de la cura, Jones fue más tarde acusado de haberles hablado de manera indecente a dos niños a los que había administrado tests. Debió pasar una noche en la cárcel, antes de ser exculpado de toda sospecha por la justicia y la prensa. De todos modos, decidió abandonar Gran Bretaña e instalarse en Canadá con su joven compañera, Loe Kann, a la que pronto comenzó a presentar como su esposa. Entonces inició una larga correspondencia con Freud: seiscientas setenta y una cartas en total. Como lo subrayara Ernst Falzeder, en esa correspondencia falta 1a intimidad, la amplitud, el dinamismo y el carácter trágico que caracterizaron otras correspondencias de Freud [ … ]. El estilo inimitable de Freud sufre por ello…» En efecto, se tiene la impresión de que el tono de Freud es el de un «hombre de negocios». Sea como fuere, si Freud veía en Jones al aliado indispensable, Jones se presentaba a él como el Thomas Henry Huxley (1825-1895) de Charles Darwin, es decir, como el primer discípulo de la doctrina Freudiana en el suelo inglés. Después de pasar cinco años en Toronto y volver a ser blanco de acusaciones «sexuales», Jones volvió a Londres en julio de 1912, llevando en su activo la creación de la American Psychoanalytic Association (APsaA) y un trabajo importante de implantación de las ideas Freudianas en Canadá y los Estados Unidos. En junio de 1913, por consejo de Freud, pasó dos meses en Budapest, para realizar un análisis didáctico con Ferenczi. Entonces se anudó entre ellos uno de esos enredos transferenciales característicos de los primeros años de la práctica psicoanalítica. Por pedido de Jones, Freud había aceptado tomar en análisis a Loe Kann. La joven padecía cálculos renales que la obligaron a operaciones reiteradas, y había adquirido el hábito de aplicarse morfina. De tal modo se convirtió en toxicómana. Por otra parte, sus relaciones con Jones se habían deteriorado, sobre todo cuando él inició una relación con una de sus amigas, Lina. A lo largo de las sesiones, Freud le fue tomando afecto a Loe Kann. Cuando Jones emprendió su cura con Ferenczi, ignoraba por una parte que su compañera estaba pronta a abandonarlo para casarse con un norteamericano de nombre Herbert Jones (al que llamaban Jones II), y por otro lado que Freud le informaba a Ferenczi de todo lo que sucedía en el curso de las sesiones con Loe. A partir del mes de junio, Ferenczi comenzó a describirle a su vez a Freud el desarrollo de la cura de Jones: «Jones -escribió- es muy agradable como amigo y colega. En el análisis, su exceso de bondad es un obstáculo; sus sueños no son más que burla emisión respecto de mí, lo que tiene que admitir, sin poder creer realmente en esas particularidades de carácter ocultas en él. También parece temer que yo le cuente a usted todo aquello de lo que me entero en el análisis. De modo que le pido que no le mencione nunca nuestra correspodencia a la señora Jones [ … ]. Él se prohíbe toda dependencia, y después lo compensa con una inclinación a la intriga, a los triunfos secretos y a la perfidia. Creo que estas últimas semanas le serán de provecho. Lo encuentro ya un poco menos modesto, es decir, más franco con los otros y consigo mismo.» El 9 de julio, Freud le respondió lo siguiente: «Lo que usted escribe sobre Jones me alegra mucho. Me siento ahora mucho menos culpable por el final del proceso con su mujer desde que la veo desarrollarse en la libertad. Me he apegado extraordinariamente a esta Loe, y he desarrollado respecto de ella un sentimiento muy cálido, completamente inhibido desde el punto de vista sexual, como muy pocas veces antes (probablemente gracias a la edad).» Loe iba a convertirse en amiga de Anna Freud. En junio de 1914, sin decírselo a Jones, Freud asistió en Budapest al casamiento de Loe con Herbert Jones. Un mes más tarde, Anna Freud, de 18 años, viajó a Londres. La recibió Ernest Jones, y la llevó a visitar los mejores lugares de la ciudad, sin vacilar en cortejarla. Prevenido por Loe, a la cual Anna le contaba todo, Freud intervino con dureza para impedir que la hija cediera al cortejo de su nuevo discípulo: «Sé de buena fuente [es decir, por Loe] -escribió- que el doctor Jones tiene la intención seria de hacerte la corte. Es la primera vez que esto te sucede, y no tengo ninguna intención de acordarte la libertad de elección de la que han gozado tus hermanas.» Y añadió que Jones no sería un buen marido para ella. Cuarenta y nueve años más tarde, en una carta del 3 de julio de 1953, Jones defendió su causa ante Anna: «Él [Freud] parece haber olvidado la existencia de la pulsión sexual, pues yo la encontraba y la sigo encontrando muy atractiva. Es cierto, quería reemplazar a Loe, pero no tenía ningún resentimiento con ella; su partida había sido un alivio para mí. En todo caso, siempre la he amado a usted, y de una manera bastante honorable.» En 1916 Jones se casó con Morfydd Owen (1891-1918), una joven artista, profesora de la Royal Academy of Music. Ella aspiraba a una carrera de pianista, cantante y compositora, pero murió brutalmente dos años más tarde por una apendicitis aguda. En 1919, a los 40 años de edad, Jones logró fundar una familia al casarse con Katherine Jolk, una vienesa de origen checo que le había presentado Hanns Sachs y de la que tuvo cuatro hijos: Gwenith, muerta de neumonía a los 8 años, Mervyn, Nesta, Lewis. Katherine Jones, Gwenith y Mervyn iban a ser analizados por Melanie Klein en 1926. Desde 1913 la vida de Jones estuvo estrechamente mezclada con la historia del movimiento psicoanalítico inglés e internacional. Durante la Primera Guerra Mundial continuó sus actividades, pero a causa de la publicación de diversos artículos en el Jahrbuch für psychoanalytische und psychopathologische Forschungen fue acusado por el Times de colaborar con el enemigo. No obstante, después de una investigación realizada por Scotland Yard, lo autorizaron oficialmente a recibir (vía Suiza) periódicos en lengua alemana. También logró conservar el contacto con los psicoanalistas de los países beligerantes. En 1919 fundó la British Psychoanalytical Society (BPS). Al año siguiente creó el International Journal of Psycho-Analysis (IJP) y, en 1922, en el Congreso de la IPA de Berlín, lanzó el gran debate sobre la sexualidad femenina, que durante mucho tiempo opuso a la escuela inglesa y la escuela vienesa. Finalmente, en 1926, ayudó a Melanie Klein a instalarse definitivamente en Londres. De tal modo proporcionó una base firme a la BPS y al psicoanálisis de niños en Gran Bretaña, pero irritando profundamente a Freud y a su hija. Ante la cuestión del análisis profano, y sobre todo frente a Abraham Arden Brill, que vedaba el acceso de los no-médicos a la New York Psychoanalytic Society (NYPS), Jones intentó una conciliación en el Congreso de la IPA de Oxford en 1929. Brill cedió, aceptando la afiliación de los no-médicos, pero en el Congreso de Wiesbaden, en 1932, el tema volvió a plantearse. Se adoptó entonces una nueva reglamentación, la cual estipulaba que los criterios de selección de los candidatos serían en adelante fijados por las sociedades locales, las cuales ganaban en autonomía. En diciembre de 1935 Jones aceptó presidir la sesión de la Deutsche Psychoanalytische Gesellschaft (DPG) durante la cual se obligó a renunciar a los miembros judíos. Partidario de la tesis del «salvamento», apoyó de tal modo la política de Felix Bohem y Carl Müller-Braunschweig, que desembocó en la integración de los Freudianos en el Deutsche Institut für Psychologische Forschung, fundado por Matthias Heinrich Göring. En 1949, después de haber atravesado la tempestad de las Grandes Controversias, y de participar en la reincorporación a la IPA de los ex terapeutas alemanes colaboracionistas, Jones decidió retirarse. A pesar de una trombosis coronaria, comenzó a redactar el primer gran estudio (en tres volúmenes) dedicado a la vida y la obra de Freud. Además de todos los libros impresos, logró encontrar y leer aproximadamente cinco mil cartas manuscritas de las correspondencias de Freud, aportando de tal modo su ayuda a Kurt Eissler, el cual, por su lado, estaba reuniendo los archivos y realizando entrevistas con los grandes discípulos de la primera hora. Este trabajo gigantesco, redactado en siete años y basado en una impresionante cantidad de documentos, convirtió a Jones en el fundador de la historiografía Freudiana. Traducida en todo el mundo, la obra sirvió de punto de partida a los trabajos ulteriores de la historiografía experta. Antes de terminar su tercer volumen, Jones debió someterse de urgencia a la extirpación de un tumor vesical. En 1957, cuando acababa de sufrir un segundo ataque coronario, sin dejar traslucir su estado de salud, se presentó en el Congreso de la IPA en París. Falleció el 11 de febrero de 1958, con el mismo coraje que el héroe cuya muerte acababa de narrar en el gran libro. Sus cenizas descansan en el crematorio de Golder’s Green, cercanas a las de Freud.