El contexto de surgimiento del pensamiento pichoniano, teorías (Freud, Breuer, Janet)

El contexto de surgimiento del pensamiento pichoniano.
Las teorías dominantes en la psiquiatría de esa época eran las llamadas teorías. Según esta concepción la etiología o causalidad de la enfermedad mental era exclusivamente de carácter orgánico. El síntoma, la señal de que “algo sucede”, el indicador de la enfermedad, es cuidadosamente descripto en su aspecto formal y en su estructura. En cambio, no se pregunta desde esta perspectiva el porqué de ese síntoma, de esa forma de conducta, en un sujeto en particular. Desde este pensamiento se trabaja esencialmente con medicación y el diálogo terapéutico y la indagación de la historia del sujeto es totalmente secundaria.
Paralelamente crecía la influencia de una corriente más avanzada representada por Breuer y Janet, a la que en determinado momento adhiere Freud. Esta corriente, denominada organogénica-dinamista por Henri Ey, plantea que siempre existe un sustrato hereditario o congénito de la enfermedad mental. Sin embargo, el síntoma no es entendido como una derivación directa e inmediata de un problema orgánico sino que le empiezan a dar al síntoma una significación, un sentido. El síntoma, desde este punto de vista, surge del interjuego de elementos somáticos y de una dinámica psíquica; es decir, existe una relación entre la vida afectiva del sujeto y el síntoma que produce.
Freud, que durante un determinado período coincide con esta concepción, da un paso más allá al descubrir que la escena traumática no es olvidada en función de un proceso orgánico, un “estado hipnoide”, sino que ese olvido es el resultado de una defensa psíquica, y tanto la defensa , en este caso la represión,  como su consecuencia, el olvido, forman parte de un conflicto intrasujeto, un “conflicto psíquico”. La inclusión de esta idea de conflicto en la causación de la enfermedad permite replantear la concepción previa del sentido o carácter simbólico del síntoma, de modo tal que éste será, en la mayoría de los casos, el “emergente” de ese conflicto.  A partir de este sentido, el síntoma, al ser interrogado y analizado, mostrará la estructura del conflicto subyacente, conflicto cuya especificidad e historicidad son peculiares a cada sujeto.
Al mismo tiempo, al señalar la relación estructural existente entre el síntoma y el sueño, entre el síntoma y el lapsus, Freud muestra que no son definidas las barreras entre lo normal y lo patológico, abriendo entonces una perspectiva unificadora de la vida psíquica, desdibujando la visión un psiquismo normal totalmente disociado del psiquismo patológico.