Diccionario de psicologia, letra O, Objeto, relación de

Objeto(relación de)
Alemán: Objektbeziehung. F
rancés: Relation d’objet.
Inglés: Object-relation.
Expresión empleada por los sucesores de Sigmund Freud para designar las modalidades fantasmáticas de la relación del sujeto con el mundo exterior, tal como se presentan en las elecciones de objetos que ese sujeto realiza.
Para comprender la extensión que ha adquirido en psicoanálisis esta problemática durante la
segunda mitad del siglo XX, es preciso partir de la concepción freudiana de la pulsión y su
objeto, mediante el cual la pulsión trata de alcanzar su fin, «a saber: un cierto tipo de satisfacción
-subrayan Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis-. Puede tratarse de una persona o de un
objeto parcial, de un objeto real o de un objeto fantasmático.»
En Freud no se encuentra ninguna conceptualización de la relación como tal, y la cuestión de la relación del sujeto con el objeto es pensada bajo la categoría de los estadios en el sentido evolutivo y biológico del término. En 1924 Karl Abraham revisó esta teoría, dividiendo los diferentes estadios hasta atribuirles una posición (estructural) más bien que un itinerario biológico, e introduciendo la idea de que las actividades del sujeto son modeladas por los propios objetos o, más precisamente, por el modo en que el sujeto se construye en la relación con los objetos parciales.
Quedó de tal modo abierto el camino a una inversión radical de la perspectiva freudiana. En lugar
de pensar la evolución del sujeto según los reordenamientos sucesivos de la relación pulsional y
sexual con el objeto, en adelante se tratará de demostrar cómo se organiza estructuralmente la
actividad fantasmática precoz según los tipos de relación objetal. En 1934, a continuación de
Abraham, Melanie Klein reemplazó la noción de estadio por la de posición, elaborando al mismo
tiempo el concepto de objeto (bueno y malo) El acento se puso entonces en el clivaje del objeto,
y no ya en el clivaje del yo.
Dos años después, en 1936, Jacques Lacan siguió la misma vía, al teorizar la noción de Wallon de estadio del espejo. En ambos casos, para el movimiento psicoanalítico se trataba de explorar los fundamentos de la personalidad humana: el sí-mismo (self) como imagen o relación con el prójimo (el otro), el objeto en tanto que es incorporado, introyectado, proyectado, persecutorio o, por el contrario, gratificante. En el plano terapéutico, se trataba de introducir la técnica psicoanalítica en el ámbito de la educación de los niños y de luchar contra el nihilismo terapéutico de la psiquiatría en el terreno del tratamiento de la locura y el autismo.
De tal modo, el kleinismo y el lacanismo tienen en común una fuerte voluntad de aprehender la
vida fantasmática inconsciente del hombre, más allá de la evolución biológica. De allí el reemplazo
de la noción de estadio por la de relación objetal, y el acento puesto en el rol primero de la madre,
mientras que Freud siempre había privilegiado al padre.
Después de la Segunda Guerra Mundial, y a continuación de las Grandes Controversias que
dividieron en tres corrientes a la British Psychoanalytical Society (BPS), la clínica de las
relaciones de objeto adquirió tal amplitud que desbordó a la vez el kleinismo y el annafreudismo:
se habló entonces de una Object-Relations School (escuela de las relaciones objetales),
ilustrada por los trabajos de Michael Balint, Wilfred Ruprecht Bion, Ronald Fairbairn, Donald
Woods Winnicott y, más en general, por el grupo de los Independientes. El aporte kleiniano no
dejó de estar presente, pero el análisis de las relaciones de objeto no apuntaba ya
exclusivamente a la realidad psíquica o fantasmática; se extendió al estudio de todas las formas
de ambiente (familiar, social, etcétera). En adelante se trataría de comprender las modalidades de
la inserción del yo en la cultura (Ego Psychology, neofreudismo), la fenomenología de las
transiciones entre el no-yo y el yo (objeto transicional), y los trastornos narcisistas ligados a la
radicalización del individualismo en un mundo occidental dominado por la razón económica (Self
Psychology). La relación de objeto se convirtió en la principal consigna de la edad de oro del
psicoanálisis de lengua inglesa.
De hecho, la extensión del término acompañó a la expansión del propio psicoanálisis. Al
convertirse en una práctica de masas, el freudismo de la segunda mitad del siglo no sólo tuvo
que enfrentar las escisiones, sino que también se vio forzado a repensar su doctrina a través
de una reflexión sobre el modo en que el hombre construye su personalidad en sus relaciones
con el ambiente.
En Francia, Lacan atacó ese lugar creciente del fenómeno «relacional» en su seminario de
1956-1957, en el momento mismo en que se celebraba el centenario del nacimiento de Freud.
Con la intención de reencontrar el objeto en sí (en el sentido freudiano), pero también de tratar
con indulgencia a los autores ingleses que admiraba y en quienes se inspiraba, Lacan criticó
violentamente a los clínicos de la escuela francesa, en particular a Maurice Bouvet, miembro de
la Société psychanalytique de Paris (SPP), y autor de un artículo sobre la relación de objeto
inspirado en los trabajos anglosajones.
Expuso entonces su propia concepción de la relación de objeto, a mitad de camino entre el
freudismo clásico, el kleinismo y las tesis de Winnicott. Al plantear la cuestión del objeto en
términos de falta y de pérdida, instauró una especie de geometría variable de la objetalidad, en la
cual intervienen tres modalidades relacionales: la privación, la frustración y la castración,
jerarquizadas según los tres registros de lo real, lo imaginario y lo simbólico. La privación es
definida como la falta real de un objeto simbólico, la frustración como la falta imaginaria de un
objeto real (una reivindicación sin término), y la castración como la falta simbólica de un objeto
imaginario (resolución del enigma de la diferencia de los sexos: el pene le falta a la mujer sin que
esto la inferiorice). Tres años más tarde, como su predecesores, Lacan introdujo una
concepción propia del objeto: el objeto (pequeño) a.