Diccionario de psicología social, letra P, Posición depresiva

POSICION DEPRESIVA
Momento del desarrollo que tiene lugar después de la posición esquizoparanoide y durante el primer año de vida, en el cual los procesos de integración del yo, los objetos y los vínculos van haciéndose más estables y continuos.
Se caracteriza por: a) presencia de un objeto total, bueno y malo al mismo tiempo; b) un vínculo a cuatro vías con ese objeto; c) presencia de ansiedad depresiva; d) un clima afectivo de ambivalencia, culpa, duelo y soledad; y e) la inhibición como técnica yoica.
 
Concepto.- Pichon Rivière retoma, con algunas modificaciones, la idea de una posición depresiva a partir de las ideas de M. Klein y Fairbairn al respecto.
Esta posición da comienzo luego de varios meses a partir del nacimiento del infante, cuando «los procesos de integración se hacen más estables y continuos». Esta nueva posición se caracteriza por la presencia de un objeto total y un vínculo a 4 vías: amar al objeto, ser amado por él, odiar al objeto, ser odiado por él. «El niño sufre un proceso de cambio súbito y la existencia de 4 vías en el vínculo le acarrea un ‘conflicto de ambivalencia’, de donde emerge la ‘culpa’. La maduración fisiológica del yo trae como consecuencia la organización de las percepciones de múltiple origen, así como el desarrollo y la organización de la memoria».
 
Ansiedades y defensas.- «La ansiedad dominante o miedo está referida a la pérdida del objeto, debido a la coexistencia en tiempo y espacio de aspectos malos (destructivos) y buenos, en la estructura vincular (la cual abarca al yo, al vínculo y al objeto)».
«Los sentimientos de duelo, culpa y pérdida forman el núcleo existencial junto a la soledad. La tarea del yo en este momento consiste en inmovilizar el caos posible o en comienzo, apelando al único mecanismo o técnica del yo perteneciente a esta posición, la inhibición. Esta inhibición precoz, más o menos intensa en cada caso, va a constituír una pauta estereotipada y un complejo sistema de resistencia al cambio, con perturbaciones del aprendizaje, la comunicación y la identidad. La regresión desde posiciones más altas del desarrollo a estos puntos disposicionales, que toman el contexto de lo que M. Klein llamó ‘neurosis infantil’, trae como consecuencia la reactivación de este estereotipo al que llamamos ‘depresión básica’, con paralización de las técnicas instrumentales de la posición esquizoide. Si el proceso regresivo del enfermarse consigue reactivar el ‘splitting’ y todos los otros mecanismos esquizoides, con la reestructuración de dos vínculos con objetos parciales, uno totalmente bueno y otro toalmente malo, se configuran las estructuras nosográficas, según la ubicación de estos objetos en las distintas áreas».