Diccionario de psicología, letra p, pulsión parcial

Pulsión parcial
Se designan con este término los elementos últimos a los que llega el psicoanálisis en el análisis
de la sexualidad. Cada uno de estos elementos viene especificado por una fuente (por ejemplo,
pulsión oral, pulsión anal) y un fin (por ejemplo, pulsión de ver, pulsión de apoderamiento).
La palabra «parcial» no significa solamente que las pulsiones parciales constituyan especies
pertenecientes a la clase de la pulsión sexual en general; debe tomarse sobre todo en un sentido
genético y estructural: las pulsiones parciales funcionan al principio independientemente y
tienden a unirse en las diferentes organizaciones libidinales.
Freud siempre criticó toda teoría de los instintos o de las pulsiones que conduzca a establecer
un catálogo de las mismas postulando la existencia de tantas pulsiones como tipos de actividad
pueden reconocerse, por ejemplo, invocando la existencia de un «instinto gregario» para
explicar la vida en comunidad. Freud distingue únicamente dos grandes tipos de pulsiones: las
pulsiones sexuales y las pulsiones de autoconservación, o, en una segunda concepción, las
pulsiones de vida y las pulsiones de muerte.
No obstante, desde la primera edición de los Tres ensayos sobre la teoría sexual (Drei
Abhandlungen zur Sexualtheorie, 1905), introduce el concepto de pulsión parcial. Lo que le guía
entonces, en esta diferenciación de la actividad sexual, es la preocupación por separar
componentes, que él se esfuerza en relacionar con fuentes orgánicas y en definir por sus fines
específicos.
La pulsión sexual en su conjunto puede analizarse en cierto número de pulsiones parciales: la mayoría de ellas pueden fácilmente relacionarse con una zona erógena determinada(163); otras se definen más bien por su fin (por ejemplo, la pulsión de apoderamiento), aunque pueda asignárseles una fuente somática (en el ejemplo citado, la musculatura).
La acción de las pulsiones parciales en el niño puede observarse en las actividades sexuales
parciales («perversidad polimorfa»), y en el adulto en forma de placeres preliminares al acto
sexual y en las perversiones.
El concepto de pulsión parcial es correlativo del de conjunto, de organización. El análisis de una
organización sexual pone de manifiesto las pulsiones que en ella se integran. La oposición es
también genética, ya que la teoría freudiana admite que las pulsiones funcionan al principio en
forma anárquica, para organizarse secundariamente(164).
En la primera edición de los Tres ensayos, Freud admite que la sexualidad no encuentra su
organización hasta el momento de la pubertad, lo cual tiene como consecuencia que el conjunto
de la actividad sexual infantil se caracteriza por el funcionamiento desorganizado de las
pulsiones parciales.
La idea de una organización pregenital infantil conduce a hacer retroceder todavía más en el
tiempo esta fase de libre funcionamiento de las pulsiones parciales, fase autoerótica «[…] en la
cual cada pulsión parcial, de por sí, busca su satisfacción placentera [Lustbefriedigung] en el
propio cuerpo» (véase: Autoerotismo).