El conductismo y su influencia en la Educación Tradicional

 El conductismo y su influencia en la Educación Tradicional

El conductismo y su influencia en la Educación Tradicional (Psicología)
PRISCILLA HERNÁNDEZ POU Estudiante para la Licenciatura en Educación
Especial con 5 años de experiencia docente E-Mail:
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PSICOLOGÍA GENERAL UNIVERSIDAD DEL CARIBE SANTO
DOMINGO, 1999, R.D.

INTRODUCCIÓN

Durante más de dos mil años la
psicología ha sido entendida en su sentido etimológico de disciplina que
tiene por objeto el alma. En efecto, psique, quiere decir alma, y por
consiguiente psicología significa el estudio del alma. Cuando en 1700 y
luego en 1800 empezó a abrirse camino la idea de que la psique podía
conocerse mejor a través del análisis basado en la experiencia, se
crearon las premisas para un cambio en el método de investigación que
habrían dado paso al nacimiento de la psicología científica. Pero el
objeto de la psicología continuó siendo el mismo, es decir, la psique,
aunque su carácter de sustancia (el alma) se había ido sustituyendo por
su aspecto fenoménico (la conciencia) y muchos investigadores parecían
preferir el análisis de reacciones precisas antes que el examen
introspectivo de la conciencia. Probablemente, muy pocos habrían puesto
en duda que la psicología podía tener otro objeto de estudio, ya que, al
renegar de dicho objeto, se habría negado a sí misma por definición. El
conductismo representa la revolución más radical en el enfoque de
estudio de la psicología, ya que no sólo considera que le compete
también la conducta observable, sino que llega a rechazar a veces que se
tenga que ocupar de la conciencia. Desde cierta perspectiva, se podría
decir que el conductismo propone una nueva disciplina con un diverso
objeto de estudio, a no ser porque su propósito, de explicar todos los
temas afrontados por la psicología antigua de un modo más satisfactorio y
científicamente satisfactorio, presenta al conductismo como la única
manera de hacer ciencia a la psicología. En otras palabras, el objeto
psique es explicado en los contenidos psicológicos (emoción, hábito,
aprendizaje, personalidad, etc.) y se propone su estudio a través de su
manifestación observable en términos de comportamientos emotivos,
comportamientos habituales, comportamientos de aprendizaje,
comportamientos constitutivos de la personalidad etc. El conductismo es
un movimiento en la psicología que avoca el uso de procedimientos
estrictamente experimentales para la observación de conductas
(respuestas) con relación al ambiente (estímulo). El conductismo se
desarrolla en los principios del siglo XX por el psicólogo americano
John B. Watson. En ese entonces la psicología era considerada
predominantemente como el estudio de las experiencias internas o
sentimientos a través de métodos subjetivos o introspectivos. Watson no
negaba la existencia de experiencias internas o emociones, pero insistía
que estas experiencias no podían ser estudiadas porque eran imposibles
de observar. Watson propuso convertir el estudio de la psicología en
ciencia utilizando solo procedimientos objetivos, como experimentos de
laboratorio diseñados para producir resultados estadísticos
significativos. El estudio conductivista lo hizo formular una teoría
conocida como estímulo-respuesta. En esta teoría todas las formas
complejas de conducta, tales como emociones y hábitos, son estudiadas
como compuestas por cambios musculares y glandulares simples, que pueden
ser observados y medidos. En mediados del siglo XX otro psicólogo
americano B. F. Skinner desarrollo una posición conocida como
Conductismo Radical o Conductismo Base. Él estaba de acuerdo con la
opinión de Watson de que la psicología es el estudio de conductas
observables en individuos interactuando con el ambiente. Aunque sostenía
que los procesos internos, como los sentimientos, debían de ser
estudiados también a través de los procesos científicos us uales, con un
énfasis en particular en los experimentos controlados utilizando
animales y humanos. Desde 1950, los psicólogos conductistas han
producido una impresionante cantidad de estudios dirigidos a entender
como se producen y John Broadus Watson (1978 – 1958) mantienen los
diferent es tipos de conductas. Estos estudios han estudiado cuatro
partes en especial: 1. Las interacciones que preceden una conducta, como
los procesos preceptúales y el periodo de atención que brinde el
individuo. 2. Cambios en la conducta en sí, como la formación de
habilidades. 3. Interacciones que se producen a partir de la conducta
como los efectos de los premios o castigos. 4. Condiciones que
prevalecen a través de los eventos, como el stress emocional. Los
estudios realizados utilizando los principios conductistas han arrojado
principalmente conocimientos sobre la modificación de la conducta, o
análisis aplicado de la conducta, útiles en especial para la terapia de
la conducta, métodos de enseñanza y entrenamiento, y los efectos de las
drogas en la conducta.

ORIGENES DEL CONDUCTISMO

El conductismo nace
oficialmente en 1913, año en que J. B. Watson publicaba un artículo
programático con el título Pscycology as the Behaviorist Views It. Sin
embargo, como han observado muchos, Watson fue más bien el organizador,
el radical propugnador y el hábil divulgador de una serie de ideas y
temas que hacía tiempo iban madurando. Watson había sido el primer
doctor en psicología de la Universidad de Chicago (1903), cabe la cual
se esteba dibujando el movimiento funcionalista, y que más tarde el
mismo Watson reconociera haber elaborado el "verdadero funcionalismo.
Quien lea el ensayo de Watson citado se dará cuenta inmediatamente de la
influencia ejercida sobre el conductismo por la experimentación con los
animales. El evolucionismo darwiniano había clarificado que entre el
hombre y las demás especies animales no había una diferencia radical,
por la que el hombre tuviera un alma y los animales no. Por ello era
plausible hacer investigación psicológica con los animales, lo cual
presentaba una serie de ventajas incomparables debidas a la posibilidad
de estudiar algunos hechos en organismos menos complejos a la
oportunidad de controlar variables concomitantes (cantidad y tipo de
alimentación, horas de reposos y actividad, condiciones de vida, etc.), a
la posibilidad de conocer y mantener bajo control la influencia de la
experiencia pasada en las acciones realizadas por el individuo
examinado, a la libertad en los procedimientos (experimentaciones largas
y pesadas, disponibilidad del sujeto para el momento y el ambiente
deseados, etc.), finalmente, al carácter manipulable del organismo
(lesión de las funciones sensoriales, operaciones quirúrgicas, etc.).
Entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, muchos estudiosos de
primer plano se habían ocupado de psicología animal: entre ello
Romanes, Loeb, Donaldson, Jennings, Lloyd- Morgan, Uexkull, Thorndike,
Washburn, Yerkes, Small y Hunter. Estudiar la psicología de los animales
podía significar varias cosas. En particular, si el objeto de la
psicología es la conciencia, se tendría que haber llegado a conocer la
naturaleza de la conciencia animal. Pero partiendo del examen del
comportamiento observable (los animales no tienen un lenguaje a través
del cual explicitar sus contenidos mentales), esto sólo se podía obtener
de un modo precario e indirecto. Watson afirmaba que la verdadera
psicología de los animales tenía simplemente que considerar su
comportamiento, por el hecho de que el objeto de toda la psicología se
identificada sin más que el comportamiento. Ya en la investigación
llevada a cabo para su tesis doctoral, Watson tendía a juntar esta
opción metodológica con otra de contenido, orientada a negar importancia
a la conducta. El aprendizaje que se verificaba en un ratón adiestrado a
recorrer un laberinto parecía consistir en la adquisición de una serie
de movimientos más que de nociones. De este modo dos tendencias
distintas de fines del siglo XIX (evolucionismo y fisicismo) encont
raban una confluencia armónica. El animal empezaba a ser considerado
como conejillo de Indias, ideal para el conocimiento psicológico del
hombre. Thorndike, otro psicólogo norteamericano da un gran impulso a la
experimentación animal. Sus investigaciones con los animales, llevadas a
cabo a fines del siglo pasado, fueron realizadas con aparatos como el
laberinto en forma de T y la jaula. En el laberinto el animal, después
de haber recorrido las patas de tantas T, se halla ante lugares de
opción y tiene que aprender cuál de las dos direcciones es la adecuada.
En cambio lo que se exige al animal encerrado en la jaula es aprender
que para salir de la misma y encontrar comida e preciso mover una
manecilla. Observando a los gatos empeñados en esta última operación,
Thorndike llegó a la conclusión de que su aprendizaje se verificaba
gradualmente, a través de una serie de ensayos y errores que llevaba a
la consolidación de las reacciones del organismo que habían sido
recompensadas (ley del efecto). La Ley del Efecto de Thorndike se
caracteriza claramente por un enfoque de tipo conductista. Con el mismo
el autor creía especificar una característica básica de la inteligencia
animal. En efecto, podríamos considerar que la inteligencia consiste en
comprender la relación que existe entre el acto de presionar la
manecilla y la posibilidad de salir, pero lo que observamos
efectivamente es que dicho acto se verifica tanto más a menudo mientras
más va seguido por una recompensa. El primer modo de describir la
situación constituye una pura inferencia sacada del segundo modo, que,
en cambio se limita a los hechos. La ley empírica del efecto nos dice
que una acción acompañada o seguida de un estado de satisfacción tenderá
a volverse a presentar más a menudo, una acción seguida de un estado de
insatisfacción tenderá a volverse a presentar menos a menudo. Pero, si
esta ley explica nuestras observaciones y es capaz de predecir lo que
probablemente haremos en el futuro no hay motivo para sustituirla por
otra. La ley del efecto subrayaba en primer lugar el carácter adaptativo
y utilitarista de la acción humana, cuya manifestación aparecía
simplemente vinculada a la posibilidad de ser recompensada. Muchos
psicólogos habrían negado que el aprendizaje se verifique sólo en
presencia de recompensa y entre ellos incluso algunos pertenecientes a
la tradición conductista. En segundo lugar, el análisis de los tiempos
exigidos al gato para llegar a la presión de la manecilla sugería a
Thorndike que el aprendizaje era gradual. Muchos experimentos realizados
por los psicólogos de la Gestalt y nuestro mismo sentido común nos
hubieran hecho pensar que el aprendizaje tendría que haberse verificado
por medio de una comprensión bastante repentina de la manera como era
posible salir de la jaula. En este caso el gato mentalmente diría algo
así: Ah, ya entendí Las curvas de aprendizaje trazadas por Thorndike,
partiendo de sus datos, eran favorables a la idea de que el aprendizaje
es gradual, y no fruto de una comprensión repentina. En efecto en este
último caso tendría que haber pasado que, al principio, el gato no
lograse salir o hallarse casualmente la respuesta adecuada y, por tanto,
tuviese necesidad de mucho tiempo, y que luego -con el descubrimiento
de la solución, el tiempo necesario para salir se volviese mínimo. En
cambio, Thorndike observó que con el paso de las pruebas, el tiempo
necesario para un gato salir de la jaula decrecía regular y
gradualmente, sin caídas bruscas, y esto le hizo llegar a la conclusió n
de que el animal no captaba la solución, sino que más bien iba a
pequeños pasos sucesivos, imprimiéndose las respuestas adecuadas y
borrando las equivocadas. Sin embargo, Thorndike no adoptó una postura
decidida contra los que hacían una psicología distinta de la suya, cosa
que, en cambio hizo poco años después Watson. Éste había dejado en 1904
la universidad de Chicago por la John’s Hopkins University y había
continuado la experimentación animal, colaborando también con Carr y
Yerkes, el cual en 1909 había introducido con Morgulis la obra de Pavlov
en el ámbito norteamericano. Es indudable que la escuela rusa ejerció
una gran influencia sobre el conductismo. En 1912, Watson anticipaba en
una serie de conferencias en la Columbia University sus ideas,
expresadas luego más claramente en diversos ensayos y en tres volúmenes
teóricos, el primero Watson, 1914 inspirado en la psicología animal, el
segundo Watson, 1919 enriquecido con las observaciones llevadas a cabo
con niños, el tercero Watson 1925 caracterizado por un mayor interés
aplicativo y por la batalla ambientalista. Toda la obra de Watson está
penetrada de una brillante y emotiva vena polémica y radical. El primer
blanco contra el que dirigió sus ataques fue el método introspectivo. En
sentido amplio, la introspección significa mirar dentro de sí y en este
aspecto había constituido la base de acopio de informaciones para la
psicología tradicional. Prescindiendo del hecho de que los demasiado
pequeños progresos llevados a cabo con dicho método por la psicología
ponían en duda su capacidad efectiva de avance cognoscitivo, Watson
consideraba no científica la introspección por dos motivos
fundamentales: 1) Por el hecho de que el observador se identificaba con
lo observado (esto significa, por ejemplo, que desde el mismo momento en
que el observador empezaba a observar la conciencia cambiaba por
definición su objeto de observación, ya que éste incluía la conciencia
de estar observando. 2) Por el hecho de que la observación introspectiva
era realizada por una persona que hablaba de cosas que los demás no
podían ver directamente (los datos introspectivos son privados, en
contraposición a los datos públicos de las ciencias naturales). El
carácter privado de los datos introspectivos era criticado no sólo por
una cuestión de principio, sino también por una cuestión de hecho: a
través de este método, se llegaba a descripciones completamente
discordantes o insatisfactorias. La primera guerra mundial tuvo una
función central en el desarrollo de la psicología en los Estados Unidos,
haciéndola salir de los estrictos ámbitos académicos y conocer en sus
potenciales contextos aplicativos y a la opinión pública. Si
consideramos las relaciones existentes anteriormente entre industrias y
psicología, hasta 1915 habían sido más bien débiles y episódicos.
Durante la guerra, en cambio, se asistió a una especie de boom de la
psicología. La verdadera bomba estuvo representada por la tarea confiada
a los psicólogos de someter el ejército a tests con el fin de
seleccionar los mejores soldados, y evitar grandes costes de
entrenamiento para los reclutas con una baja preparación intelectual. En
un segundo tiempo los tests también fueron usados con una intención
clasificatoria, es decir, precisar las aptitudes diferenciadas de los
sujetos examinados. El programa de selección llevó a examinar más de
1,727,000 hombres; el relieve y el éxito de la iniciativa constituyeron
la mejor carta de presentación para la psicología. Los psicólogos de las
universidades, primer o hostiles a la aplicación, terminaron
progresivamente colaborando en la publicidad, en la organización
industrial, en el ejército, etc., independientemente de su orientación
teórica. Figuras del primer plano en este complejo movimiento de
investigaciónaplicación fueron W. D. Scott, Mustenberg y Bingham, pero
-en posición de menor importancia- colaboraron muchisimos más y entre
ellos Titchner, Watson y Thorndike. En 1920, cuando a causa de un
pequeño escándalo terminado con el divorcio de Watson, éste tuvo que
abandonar la John’s Hopkins University, pasé a colaborar directamente
con la industria, metiéndose en problemas publicitarios y empresariales e
interesándose cada vez menos por la psicología. Su libro Behaviorism
(1925), que obtuvo un gran éxito también y especialmente fuera de los
ámbitos científicos, representa claramente el nuevo estado profesional e
indica las perspectivas aplicativas del conductismo.

EL CONDUCTISMO
WATSONIANO

Entre 1913 y 1930 se desarrolla el conductismo watsoniano. En
ese período aparecieron las primeras aportaciones conductistas de Kuo,
Lashley, Weiss, Tolman y otros muchos, pero es cierto que la obra de
Watson fue particularmente central. La teoría elaborada por Watson no
presenta como un sistema orgánico y definido una vez por todas. Por
ejemplo, Watson especificó de modo diferente el objeto de la psicología.
El comportamiento fue explicado en los términos de adaptación del
organismo al ambiente, contracciones musculares, conjunto integrado de
movimientos y acciones. Se puede, en cierto modo, decir que la unidad de
observación psicológica es para Watson el comportamiento o la conducta
en el sentido de acción compleja manifestada por el organismo en su
integridad, sea lo que fuere lo que realice, como orientarse hacia una
luz o en dirección opuesta, saltar al oír un sonido, u otras actividades
más altamente organizadas como tener hijos, escribir libros, etc..
Evidentemente esas conductas no se detectan en cada una de las
reacciones psicológicas que el organismo manifiesta (contracción de un
músculo, o bien actividades de órganos individuales como la respiración,
la digestión, etc.), que constituyen el objeto diferenciado de estudio
de la fisiología. En la experimentación psicológica que lleva a cabo,
Watson se interesa principalmente por variables dependientes complejas
del tipo que acabamos de mencionar. Su molecularismo y reduccionismo
teórico se especifican en la idea de que esos comportamientos no son más
que la combinación de reacciones más simples, de moléculas constituidas
por cada uno de los movimientos físicos que, en cuanto a tales, son
precisamente estudiados por la fisiología y la medicina.

Continúa en El Conductismo