El enfermo mental entre los casos del asistente social contin.1

El enfermo mental entre los casos del asistente social contin.1

Se trata de un crecimiento emocional demorado y
quizá distorsionado; en condiciones adecuadas, las mismas fuerzas que habrían llevado al crecimiento
conducen a desenredar el nudo.
Una de las dificultades que ustedes encuentran puede singularizarse para hacerla objeto de una consideración
especial. Me refiero a los clientes que enferman clínicamente porque encuentran en ustedes y en el cuidado que
ustedes brindan el ambiente confiable que a ellos prácticamente los invita a un derrumbe mental. En el ámbito
de la delincuencia (tendencia antisocial relacionada con la deprivación), esto significa que cuando el paciente
adquiere confianza en ustedes aparece el robo o la destrucción que utiliza la capacidad del asistente para actuar
con firmeza, respaldado por su institución. En el ámbito de la locura, lo que sucede es que el cliente utiliza la
provisión especial que ustedes le brindan para volverse desintegrado, descontrolado o dependiente como en la
infancia (regresión a la dependencia). El cliente se vuelve loco.
Esto lleva en sí el germen de la curación. Es un proceso de autocuración que necesita de la ayuda de ustedes, y
en algunos casos da resultado. Se trata de una relajación sólo posible en el escenario que ustedes han
demostrado ser capaces de proporcionar, en un ámbito profesional limitado. A pesar de todo, quizá les resulte
difícil distinguir esto de los derrumbes inevitables de quienes no pueden aguardar buenas condiciones y
simplemente fracasan en el mantenimiento de la integración y el crecimiento emocional que ha logrado en
realidad o sólo en apariencia. Por lo general no es imposible trazar esta distinción.
Ven ahora por qué comencé hablando de la psiconeurosis y del inconsciente reprimido. En general, la
provisión ambiental, por hábil y constante que sea, no alivia la represión. La represión exige psicoanálisis.
Pero los trastornos más psicóticos se generan en relación con fallas de la provisión ambiental, y pueden ser
tratados, a veces con éxito, mediante una provisión ambiental nueva, que es lo que está en condiciones de
brindar la asistencia social psiquiátrica individualizada. Lo que ustedes proveen en su trabajo puede describirse
como sigue:
Se aplican al caso.
Llegan a saber cómo se siente uno siendo el cliente.
Se vuelven confiables en el campo limitado de su responsabilidad profesional.
Se comportan profesionalmente.
Se preocupan por el problema del cliente.
Aceptan la posición de objeto subjetivo en la vida del cliente, mientras mantienen los pies sobre la tierra.
Aceptan el amor, e incluso el estado de enamoramiento, sin vacilar y sin realizar un acting-out de su respuesta.
Aceptan el odio y lo enfrentan con fuerza, no con venganza.
Toleran la falta de lógica, la inconfiabilidad, la desconfianza, la confusión, la debilidad, la mezquindad,
etcétera, del cliente, y reconocen todas esas cosas desagradables como síntomas de malestar. (En la vida
privada, esas mismas características los harían mantenerse a distancia.)
No se asustan ni los abruman los sentimientos de culpa cuando el cliente enloquece, se desintegra, corre por la
calle en pijama, intenta suicidarse y quizá lo logra. Si corren el riesgo de ser asesinados, le piden ayuda a la
policía, no sólo para ustedes mismos, sino también para el cliente. En todas estas emergencias reconocen el
pedido de ayuda del cliente, un grito de desesperación que lanza cuando pierde la esperanza de obtener esa
ayuda.
En todos estos aspectos, ustedes, en su ámbito profesional limitado, son personas que sienten en profundidad,
pero manteniendo al mismo tiempo la distancia de saber que no tienen ninguna responsabilidad por la
enfermedad del cliente; conocen los límites de su poder para modificar una situación de crisis. Si logran que la
situación no estalle existe la posibilidad de que la crisis se resuelva por sí misma, y entonces será gracias a
ustedes que se haya logrado un resultado.