Filosofía y epistemología: LA EMERGENCIA DE NUEVAS PERSPECTIVAS EPISTEMOLÓGICAS

Filosofía y epistemología: LA EMERGENCIA DE NUEVAS PERSPECTIVAS EPISTEMOLÓGICAS

Gallegos, Miguel
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Rosario – (IRICE-CONICET). Argentina

RESUMEN
Estamos asistiendo a una gran revolución paradigmática.
Desde distintos sectores como la biología, la física, la filosofía
y otros ámbitos, se ha impulsado una revisión crítica de las
posiciones epistemológicas que predominaron en el pensamiento
científico hasta finales del siglo XX. La actitud crítica
donde se sumergen estas nuevas posiciones conceptuales,
nos acercan cada vez más, a una crisis de los viejos supuestos
epistemológicos que predominaron durante el paradigma
positivista. Según la bibliografía revisada, hemos visto que se
están esbozando nuevas proyecciones epistemológicas desde
las teorías del Caos, el Constructivismo y la Complejidad. Es
decir, que ha comenzado a gestarse un cambio paradigmático
que afecta y repercute en todas y en cada una de las disciplinas
científicas de manera simultánea. Aún no se alcanza a
percibir qué consecuencias a futuro tendrá este proceso. No
obstante, este viraje es un indicador del surgimiento de nuevas
perspectivas de análisis, conocimiento e investigación.
Palabras clave: Ciencia Caos Complejidad Constructivismo

Introducción
Estamos asistiendo a una gran revolución paradigmática. Desde
distintos sectores como la Biología, la Física, la Filosofía y
otros ámbitos, se ha impulsado una revisión crítica de las posiciones
epistemológicas que predominaron en el pensamiento
científico hasta finales del siglo XX. Autores como Ilya Prigogine
(1979, 1983, 1998a, 1998b), Heinz von Foerster (1991, 1994,
1998), Ernst von Glasersfeld (1994a, 1994b, 1996, 1998) y Edgar
Morin (1994, 1996, 1998a, 1998b, 1999, 2000), entre otros,
están gestando toda una revolución paradigmática de profundas
consecuencias para el pensamiento del nuevo milenio.
La actitud crítica donde se sumergen estas nuevas posiciones
conceptuales, nos acercan cada vez más, a una crisis de los
viejos supuestos epistemológicos que predominaron durante
el paradigma positivista.
En lo que sigue, vamos a considerar el escenario epistemológico
en el que se encuentra la Ciencia contemporánea. Luego
pasamos a revisar el surtimiento de nuevas identidades epistemológicas.
Allí destacamos, sucintamente, el desarrollo de
las teorías del Caos, el Constructivismo y la Complejidad. Asimismo,
se analizará el impacto y la repercusión de estas teorías
en algunos campos disciplinares como la Biología, las Ciencias
Sociales y la Psicología. Hacia el final, se presentan las posibles
perspectivas a futuro de las nuevas epistemologías.
La caída de las viejas concepciones epistemológicas:
Las viejas concepciones que se fueron construyendo durante
los últimos siglos han demostrado ser insuficientes para podar
explicar los nuevos acontecimientos epocales. Según Lyotard
(1984) el pasaje a la posmodernidad se dio por la caída de las
ideas que predominaron durante la modernidad.
A tal efecto, la literatura científica revisada confirma sin lugar a
dudas, un cambio epistemológico ineludible. Rosa Sousa &
colb. (2001) señalan que «existe un desasosiego epistemológico»,
López Alonzo (2002) habla de «giro epistémico», Martínez
Miguélez (1993) da cuenta de un «paradigma emergente»,
González Rey (1997) propone una «epistemología cualitativa»,
Munné (1993) sostiene «un nuevo enfoque epistemológico
para el comportamiento social».
El escenario epistémico actual se presenta en un clima de desconcierto,
donde se hace sentir la presión de un cambio paradigmático
emergente. Seguimos pensado acontecimientos
nuevos con viejas categorías, lo cual demuestra por un lado, la
insuficiencia de mejores aproximaciones en el ámbito de la
ciencia y, por otro lado, las enorme resistencias de nuestro
pensamiento ante el inminente cambio epocal. Hemos llegado
al final de siglo con la necesidad de crear nuevos paradigmas
de mayor complejidad y nuevas epistemologías que den cuenta
de los mismos (Martínez Miguélez, 1997).
Como cuestionamiento epistemológico impostergable, se entiende
el agotamiento de nuestro aparato conceptual clásico
(Martínez Miguélez, 1997): su centralidad en la objetividad, el
determinismo, la verificación, la experimentación, el principio
de causalidad, la eliminación de las incertidumbres y el caos.
Esta posición resulta insuficiente e inadecuada para enfocar los
problemas que se suceden en un mundo heterogéneo, multireferencial
y paradójico.
Durante mucho tiempo la concepción de la existencia de un
orden universal que rige el destino de todo el universo, predominó
en el pensamiento científico y filosófico como una idea
rectora de la racionalidad humana (López Alonzo, 2002). Por
esta razón, pensadores contemporáneos están realizando
acercamientos conceptuales más coherentes y pertinentes a
nuestras problemáticas contemporáneas.
Las realidades tan cambiantes como las que se están produciendo
en los últimos tiempos, donde los fenómenos se conectan
entre sí y la globalización produce sus efectos, demandan
una reformulación de las viejas concepciones. La época contemporánea
nos exige «mentes abiertas» (Schmidt, 2001), así
como disciplinas que nos permitan construir opciones alternativas
a los viejos problemas.
La noción de globalización se ha generalizado de las reflexiones
económicas, comunicacionales y políticas. Se entiende a
la globalización como un sistema de relaciones y procesos en
donde una entidad o condición local tiene éxito y extiende su
acción a todo el globo (Santos, 1998). Empero, así como los
éxitos y los aciertos se extiende rápidamente en el contexto de
la globalización, también lo hacen los problemas y las crisis de
referencias.
De la misma manera, la sociedad, la ciencia y todos los procesos
culturales se van afectando de forma inmediata, revolucionando
la vida cotidiana de todos los sujetos. De allí se desprende,
que nuestros esquemas explicativos ya no puedan
satisfacer las exigencias que constantemente se están planteando
en el feedback de aquellas realidades tan diversas que
impone la globalización. La complejidad que trae aparejada
éstas realidades emergentes postulan la necesidad de generar
una nueva conciencia y un paradigma de la racionalidad
más acorde, que logre estar a la altura de las nuevas circunstancias.
Para dar respuestas a las muchas realidades que se expresan
en estados vibratorios que aún no logramos captar concientemente,
pero con las que interactuamos constantemente, es
necesario contar con un nuevo paradigma más integrador,
más unificador, más totalizante y más holista como desafío de
la racionalidad científica actual (Martínez Miguélez, 1997).
Es claro que a lo largo de la historia de la ciencia se pueden
observar grandes acontecimientos revolucionarios, verdaderos
cambios epistemológicos y paradigmáticos (Khun, 1988).
Sin embargo, desde una perspectiva histórica, también podemos
observar que toda revolución paradigmática se ha sostenido
en la singularidad del pensamiento de los científicos.
Quizás el esfuerzo más grande que se presenta en nuestra
época sea el trabajo que se aproxime al cambio y la transformación
de todo el aparato conceptual que predomina en nuestra
manera de pensar, de analizar, de conocer e investigar.
Las nuevas plataformas epistémicas
Para abordar las incipientes dificultades que aparecen con el
nuevo siglo, distintas teorías están elaborando toda una renovada
plataforma epistémica, totalmente distinta de la precedente.
Caos, Constructivismo y Complejidad son teorías que
vienen siendo trabajados en forma paralela y emergen como
nuevas denominaciones epistemológicas.
La Teoría del Caos se desprende de las postulaciones del filósofo,
físico y matemático Henri Poincaré, a partir del planteamiento
matemático de las ecuaciones no lineales. Se agrega a
esta lista, las investigaciones sobre pronóstico climático del
meteorólogo Edward Lorenz, quien dio a conocer la famosa
metáfora del «efecto mariposa». Posteriormente, Ilya Prigogine
retomará estas ideas bajo su visión de la Termodinámica de
los Procesos Irreversibles. A partir de los principios en Termodinámica,
Prigogine produjo un giro en la concepción proveniente
de la mecánica newtoniana.
En la física clásica, los sistemas reversibles y deterministas
constituían el modelo conceptual por excelencia, allí el orden
era concebido como un patrón de medida incuestionable. Por
su parte, Prigogine postuló que determinados procesos termodinámicos
alejados del equilibrio permiten la generación de
nuevas estructuras coherentes (orden) a partir de las fluctuaciones
(caos). Lo que pone de relieve Prigogine es el papel
constructivo de los procesos irreversibles, es decir la autoorganización
de los sistemas alejados del equilibrio.
La nueva ciencia de los «sistemas dinámicos complejos» provee
métodos poderosos para el estudio de los procesos, sin
las limitaciones metodológicas que imponía el punto de vista
estático de la mecánica o de la lógica clásica. Además, se aleja
del esquema de los sistemas aislados para dirigirse al estudio
de los procesos abiertos e integrados. Para Prigogine, estas
ideas han producido un duro golpe a la ciencia clásica y
con ello, se transformará radicalmente la manera de pensar
sobre los fenómenos en la ciencia.
En cuanto a los nuevos constructivistas (von Foerster y von
Glasersfeld introducen el Constructivismo Radical), estos postulan
que ya no es posible seguir sosteniendo que el conocimiento
se produce a partir de un observador neutro, donde la
realidad es aprehendida por la simple observación. En contra
de la visión positivista, que sostenía una realidad dada como
existente y posible de conocerse independiente del observador,
los constructivistas proponen re-integrar al observador
dentro del proceso de observación, ya que sin aquel la observación
no sería posible. Desde esta postura, se entiende al
conocimiento como un proceso permanente, donde la realidad
no es un mero dato a priori, sino que interviene de forma activa
de acuerdo con el observador, constituyendo una verdadera
«construcción del conocimiento» radicalmente distinta a la
planteada en el paradigma positivista.
En suma, desde una perspectiva constructivista, se trata de
superar la zona de frontera existente entre el que conoce y lo
que es conocido, entre el sujeto y el objeto, entre la objetividad
y la subjetividad, para así, acceder a nuevas formas de conocimiento.
Cabe agregar, que bajo el lema Constructivista -siguiendo a
González Rey (1997)- es posible ubicar diferentes visiones
epistemológicas y postulados metodológicos, a saber: Constructivismo
Radical (von Foerster -Cibernética de 2º orden- y
von Glasersfeld); Constructivismo Crítico (Guidano, Mahoney);
Constructivismo Dialéctico (Pascual Leone y Deval); Construccionismo
Social (Pearce y Gergen). Además, de los clásicos
ampliamente reconocidos como Piaget, Vigotsky, Bruner,
Maturana, Varela, entre otros.
Si bien la mayoría de los constructivistas y construccionistas
sociales comparte algunos puntos epistémicos esenciales, no
obstante, difieren en otros como el metodológicos, el ontológico
y la forma de considerar la construcción de la realidad
(Munné, 1999).
Por su parte, la idea de una «Epistemología de la Complejidad»
-como sostiene Morin-, viene a reunir en su red conceptual un
cúmulo de teorías que a priori son distantes entre sí. Sin embargo,
bajo la mirada de la Complejidad estas teorías encuentran
su vinculación recíproca a la manera de un todo interdisciplinario.
Asimismo, es necesario reconocer que ideas de la
complejidad han existido a lo largo de toda la historia del pensamiento
humano, pero han resurgido contemporáneamente
como «paradigma» a partir de los postulados epistemológicos
de Morin (Gallegos, 2005).
Cabe decir, que no se trata de buscar el conocimiento general
ni la teoría unitaria, sino de encontrar un método que detecte
las ligazones, las articulaciones y las posibilidades de diálogos
entre los saberes. Se destaca desde la perspectiva del «Paradigma
de la Complejidad, una apuesta fuerte y contemporánea
a la interdisciplina, donde los desarrollos de las teorías del
Caos y el Constructivismo tienen su lugar.
La Complejidad es una palabra que señala dificultad e implica
romper con los viejos modelos explicativos de entendimientos.
Versa sobre las dificultades y problemáticas que han sido históricamente
reducidas a visiones parciales y fragmentarias. La
Complejidad no es mero enunciado o una simple moda; en la
actualidad la Complejidad se impone indefectiblemente a toda
la arquitectura intelectual que atraviesa el saber de la época.
No se trata de un simple deslizamiento metafórico o una retórica
vacía, por el contrario, se entiende a la Complejidad como
la renovada apuesta epistémica que intenta abordar el conjunto
de nuestras problemáticas contemporáneos.
Antes de terminar este apartado, es preciso hacer algunas
aclaraciones: a) la teoría del Caos y la Complejidad son homologables
en un punto, de suerte que en ciertas ocasiones, algunos
autores se refieren a algunas de ellas como si fueran
una misma disciplina. Cuando Prigogine habla del caos alude
a una ciencia de la complejidad. Por su parte, Morin al plantear
el «Paradigma de la Complejidad» recurre al caos como un elemento
constitutivo en ella. Según el campo en el que han trabajado,
es posible identificar a Prigogine con el Caos y a Morin
con la Complejidad. No obstante, esta identificación no indica
necesariamente que efectivamente los autores compartan tal
clasificación. En aras de aportar claridad y de acuerdo a los
fines de este artículo, se los consideró por separado; b) por
otra parte, suele encontrarse con bastante recurrencia diversos
artículos que plantean la temática de las teorías del Caos
y la Complejidad sin el rigor epistémico adecuado. Por razones
que desconocemos, muchas veces vemos como se producen
interpretaciones erróneas y deslizamientos conceptuales forzados
(Lombardi & Benbenaste, 2000). Tales indicaciones, nos
hablan de la necesidad de repensar los procesos de producción
de conocimientos y de cómo estos devienen en producto
comunicable. No obstante, hechas estas consideraciones, recomendamos
revisar la bibliografía citada para un examen
extenso de la temática aquí abordada y para las posibles críticas
que devengan como intercambios de ideas.
Algunas de las repercusiones epistemologías
La introducción de algunas de las ideas proveniente de las
teorías del Caos, la Complejidad y el Constructivismo han facilitado
la compresión de ciertas manifestaciones que se daban
a nivel del sujeto y lo social. Estas teorías se fueron abriendo
paso en diferentes campos disciplinares, aportando un puñado
de conceptos que lentamente conmocionaron y enriquecieron
al corpus epistémico actual.
En este marco, diversos autores comenzaron a sostener que
la vida del sujeto no puede considerase en forma lineal ni aislada
de su entorno social y ecológico. Que la «lógica de lo viviente»
impone necesariamente una epistemología de base
más compleja (Franquelli, 2000) que logre comprender los
procesos a periódicos, caóticos y no lineales.
Los sistemas lineales obedecen a la física gravitacional y
cuántica, y son enteramente predecibles. En cambio, los no
lineales como el organismo viviente o el medio social son de
comportamiento intrincado e impredecibles. El organismo de
un sujeto representa un «sistema complejo» (Roldán, 2003),
compartiendo procesos internos y externos que se debaten
entre el cambio y la permanencia.
Tradicionalmente, se entendió que el organismo buscaba el
equilibrio y trataba de mantenerse alejado del desorden y la
inestabilidad (Morales & Fariñas, 2001). Ahora, con las nuevas
ideas se considera como un aspecto fundamental de la vida
los procesos de inestabilidad y crisis, que lejos de representar
la muerte o el colapso del sistema suponen una plasticidad y
una capacidad mayor para autoregenerase y autooorganizarse.
Incluso, hoy se llega a plantear sorprendentemente, que el
caos juega un papel fundamental en la salud de lo sujetos y se
estima como un cambio para la medicina del futuro (Patiño
Restrepo, 2000).
Desde lo social, las formas de orden y desorden ya son visibles
y palpables cotidianamente. No sólo somos testigos de
hechos y cambios cualitativos e irreversibles, sino de acciones
y acontecimientos paradojales que afectan al conjunto de las
sociedades. Para estar en coordenada con los fenómenos actuales,
una nueva ciencia llamada «caología» ha empezado a
ganar terreno. Se trata de un desplazamiento de la física hacia
las ciencias de la vida, que comprende el movimiento y las
fluctuaciones predominantes de todo «sistema complejo»
(Balandier, 1989).
Para esta teoría de «sistemas complejos», caos y orden no son
conceptos enfrentados, por el contrario son complementarios
y tratan de explicar el mismo fenómeno, es decir, la capacidad
de autoorganización de ciertas estructuras. Sin embargo, todavía
los investigadores no hemos sido capaces de comprender
suficientemente uno de los principios más radicales, sugestivos
y revolucionarios de la teoría de sistemas, a saber,
aquello que comprende al caos como altamente estructurante
de nuevos ordenes (López Yañez, 2002). La matriz epistémica
que sostiene esta teoría, consiste en comprender los procesos
mediante los cuales un sistema es capaz de crear continuidad
y de mantener ciertas configuraciones identificables a lo largo
de su historia, siendo permanentemente perturbado por un entorno
caótico.
En la Psicología, también se empezó a declarar el retorno de
la complejidad (Munné, 2004) para poder abordar el fenómeno
humano desde sus múltiples implicaciones: el organismo, lo
social, la subjetividad y la psiquis. En este campo, se ha planteado
a las teorías del Caos y la Complejidad como alternativas
epistémicas (López Alonso, 2002).
A nivel de la psicoterapia, la ideas del constructivismo y el
construccionismo social fueron produciendo un vuelco en la
manera de guiar la terapia y el modo de trabajar con el paciente.
La idea del terapeuta involucrado en el proceso mismo de
cambio, fue sentido como una revolución en el modo de conducir
la terapia en la perspectiva sistémica; ya no se considera
al psicólogo como un observador neutro y una situación terapéutica
meramente observada, sino que se entiende como
una relación en términos de procesos dialógicos, narrativos y
co-construidos (Cecchin, 1998).
De acuerdo al derrotero y la revisión bibliográfica realizada,
estamos en condiciones de asegurar que las nuevas plataformas
epistemológicas lentamente están ingresando en el saber
de cada disciplina; para algunos se avizoran como el cambio
necesario y requerido; otros aún no las consideran; están
aquellos que se muestran refractarios y otros que las empiezan
a considerar críticamente -como Quiroga (1998) que se interroga
por el sentido que portan, lo nuevo que traen y lo viejo que
rechazan, su repercusión en los saberes disciplinares y las
consecuencias que tendrán para comprender los procesos sociales,
la subjetividad y la propia existencia del sujeto.
Desde nuestro punto de vista el Caos, la Complejidad y el
Constructivismo como propuestas epistemológicas, representarán
las nuevas bases epistémicas que enriquecerán a las
Ciencias Sociales en general y a la Psicología en particular
(Gallegos, 2004). Si bien, como todo, hay que tener una cuota
de escepticismo al momento de hablar de lo nuevo y de lo
viejo en ciencia, también es vital abrirse a las nuevas perspectivas
que se desarrollan, más aún cuando nos encontramos
continuamente con los mismos obstáculos al momento de dar
las respuestas acertadas y pertinentes a nuestras problemática
contemporáneas.
Perspectivas finales
En este contexto de mutación epistemológica, las teorías del
Caos y el Constructivismo y la Complejidad son una nueva
forma de construcción del conocimiento que derriba el carácter
analítico, simple y descriptivo que dominaba la producción del
conocimiento en el paradigma positivista.
Estas proyecciones epistémicas, han empezado a dar crédito
a las exigencias que se vienen plateando hace larga data en el
contexto científico mundial. Favorablemente, los defectos epistémicos
de las viejas concepciones se están lentamente
revirtiendo para cambiar y superar una irracional forma de miopía
que operaba como obstáculo al desarrollo de la ciencia, la
cultura y la sociedad. Estamos en un momento donde una
nueva identidad epistemológica permite considerar cosas que
no consideraba la antigua, aunque sabemos que las viejas
concepciones se resisten en enormes sectores del pensamiento.
Si los cambios son globales y afectan al conjunto de las ciencias,
también los enfoques y los marcos epistemológicos para
comprenderlos deben ser totales. En la actualidad, ya no existe
fenómeno alguno que pueda ser pensado aisladamente ni
sometido a un análisis fragmentario. El pensamiento de la síntesis
y la reducción ha sido generalizado y ha atravesado a
todas las disciplinas científicas, independientemente de las
problemáticas abordadas y las respuestas elaboradas. Los antiguos
vicios reduccionistas del paradigma positivista no sólo
han impedido contar con una perspectiva de conjunto, sino
además, aún persisten y obstaculizan la visión de los fenómenos
en su autentica complejidad.
Sabemos que la realidad de los fenómenos nos está enfrentado
con todo un desafío no solo epistemológico, sino también,
actitudinal. Ya no alcanza solamente con revisar nuestras categorías
conceptuales, también es necesario asumir una posición
crítica respecto de nuestro modo de hacer, de pensar, investigar
y conocer.
De acuerdo a lo investigado y analizado, es claro que se están
esbozando nuevas identidades epistémicas. Ha comenzado a
gestarse un cambio paradigmático que afecta y repercute en
todas y en cada una de las disciplinas científicas de manera
simultánea. El campo epistemológico tiene novedades que recién
empiezan a aflorar y a cobrar status de mayor consistencia.
Aún no se alcanza a percibir qué consecuencias tendrá
este proceso. No obstante, este viraje es un indicador del surgimiento
de nuevas perspectivas de análisis, conocimiento e
investigación.
El Caos, el Constructivismo y la Complejidad como formas de
conocimiento se imponen con una presencia insoslayable y
con nuevos criterios epistémicos. Habrá que esperar para poder
ver como juegan esas identidades epistemológicas. Por
ahora, sabemos que es muy probable que dichas identidades
comiencen a jugar un mayor rol en las diversas disciplinas
contemporáneas.

BIBLIOGRAFÍA
Balandier, G. (1990). El desorden. Gedisa: Barcelona.
Franquelli, R. (2002). Psicofisiología. Una aproximación a la comprensión del
hombre. Rosario: Homos Sapiens.
Cechini, G. (1998). Construccionismo social e irreverencia terapéutica. En
D. F. Schnitman (ed.) Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad. Buenos
Aires: Paidós.
Gallegos, M. (2004). Introducción al Caos, la Complejidad y el Constructivismo:
bases epistemológicas para pensar la psicología. Conferencia pronunciada
en la Facultad de Psicología: Universidad Nacional de Rosario
Gallegos, M. (2005). Algunas consideraciones epistemologías sobre las
teorías del caos y la complejidad. En Memorias de las XII Jornadas de
Investigaciones y Primer Encuentro de Investigadores en Psicología del
MERCOSUR, T. III, (pp. 347-350).
González Rey, F. (1997). Epistemología Cualitativa y Subjetividad. Sao Paulo:
EDUC.
Khun, T. (1988). La estructuras de las revoluciones científicas. México:
FCE.
Lombardi, O. & Benbenaste, N. (2000). Teoría del caos: caos en ciencia y en
filosofía. En Revista de Filosofía, Año XXXIII, Nº 99, (pp. 360-388).
López Alonzo, O. A. (2002). La teoría de la complejidad y el caos como
alternativa epistemológica para la psicología. En Revista IRICE, Nº 16, (pp.
5-35).
López Yañes, J. (2002). El ambiente enrarecido de la teoría sobre el cambio
planificado y la búsqueda de aire fresco. En Revista IICE, Año X, Nº 20.
Lyotard, J. F. (1984). La condición posmoderna. Madrid: Cátedra.
Martínez Miguélez, M. (1993). El paradigma emergente. Hacia una nueva
teoría de la racionalidad científica. Barcelona: Gedisa.
Martínez Miguélez, M. (1997). El desafío de la racionalidad científica clásica.
En Revista Universitas 2000, Vol. 21, Nº 34, (pp. 187-200).
Morales, J. & Fariñas, W. (2001). El orden dinámico del organismo. ¿Un nuevo
concepto en la medicina? En Memorias II Congreso Latinoamericano de
Ingeniería Biomédica. La Habana: Cuba.
Morin, E. (1994). El método. Vol. I: el conocimiento del conocimiento. Madrid:
Cátedra.
Morin, E. (1996). El paradigma perdido. Barcelona: Kaidos.
Morin, E. (1998a). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona:
Gedisa.
Morin, E. (1998b). Epistemología de la complejidad. En D. F. Schnitman (ed.)
Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad. Buenos Aires: Paidós.
Morin, E. (1999). La cabeza bien puesta. Buenos Aires: Nueva Visión.
Morin, E. (2000). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
Buenos Aires: Nueva Visión.
Munné, F. (1993). La teoría del caos y la psicología social. En nuevo enfoque
epistemológico para el comportamiento social. En I. Fernández Jiménez de
Cisneros y M. F. Martínez Garcia (comps.) Epistemología y Procesos
Psicosociales Básicos. Madrid: Eudema.
Munné, F. (1994). Complejidad y caos: más allá de una ideología del orden
y el desorden. En Revista Avepso, Nº 6, (pp. 9-19).
Munné, F. (1999). Constructivismo, construccionismo y complejidad: la
debilidad de la crítica en la psicología construccional. En Revista de Psicología
Social, Vol. 14. Nº 2-3, (pp. 131-144.
Munné, F. (2004). El retorno de la complejidad y la nueva imagen del ser
humano: hacia una psicología compleja. En Revista Interamericana de
Psicología, Vol. 38, Nº 1, (pp. 23-31).
Patiño Restrepo, J. (2000). Caos y complejidad: las ciencias del siglo XXI.
En Lecturas de Nutrición, Vol. 6, Nº 3.
Prigogine, I. y Stengers, I. (1983). La nueva alianza. Madrid: Alianza.
Prigogine, I. (1997). ¿Tan solo una ilusión? Barcelona: Tusquets.
Prigogine, I. y Stengers, I. (1998a). Entre el tiempo y la eternidad. Buenos
Aires: Alianza.
Prigogine, I. (1998b). ¿El fin de la ciencia? En D. F. Schnitman (ed.) Nuevos
Paradigmas, Cultura y Subjetividad. Buenos Aires: Paidós.
Quiroga, A. P. (1998). Crisis, procesos sociales, sujeto y grupo. Buenos Aires:
Cinco.
Roldán, J. (2003). Los estudios de lo complejo y las ciencias de la vida. En
Medicina, Vol. 22, Nº 1.
Rosa Sousa, P. L., Bavaresco, A. & Martinez de Olivera, F. (2001). Un
inquietante epistemológico. En Subjetividad y Procesos cognitivos, Nº 1,
(pp.191-219).
Santos, B. (1998). De la mano de Alicia. Lo social y lo público en la
postmodernidad. Bogotá: Siglo del Hombre.
Schmidt, L. (2001). El paradigma de las ciencias en la edad moderna y sus
modificaciones en posmodernidad. En Revista Enfoques, Año XIII, Nº 1 y 2,
(pp. 53-65).
von Foersters, H. (1991). Las semillas de la cibernética. Obras escogidas de
Heinz von Foerster. Edición de Marcelo Pakman. Barcelona: Gedisa.
von Foersters, H. (1994). Construyendo una realidad. En P. Watzlawick
(comp.) La realidad inventada. Barcelona: Gedisa.
von Foersters, H. (1998). Visión y conocimiento: difusiones de segundo orden.
En D. F. Schnitman (ed.) Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad. Buenos
Aires: Paidós.
von Glasersfeld, E. (1994a). Introducción al constructivismo radical. En P.
Watzlawick (comp.) La realidad inventada. Barcelona: Gedisa.
von Glasersfeld, E. (1994b). Despedida de la objetividad. En P. Watzlawick
y P. Keieg (comps.) El Ojo del Observador. Barcelona: Gedisa.
von Glasersfeld, E. (1996). Aspectos del constructivismo radical. En M.
Pakman (comp.) Construcciones de la experiencia humana. Barcelona:
Gedisa.
von Glasersfeld, E. (1998). La construcción del conocimiento. En D. F.
Schnitman (ed.) Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad. Buenos Aires:
Paidós.