La evaluación psicológica: Modelos, técnicas y contexto sociocultural (Palabras finales)

La evaluación psicológica:
Modelos, técnicas y contexto sociocultural

María Martina Casullo
Universidad de Buenos Aires, Argentina
Presidenta AIDEP

– PALABRAS FINALES
Como lo afirma Fernández-Ballesteros (1997) la EP requiere de un complejo proceso a través del cual el psicólogo formula hipótesis, deduce enunciados verificables, verifica éstos y finalmente llega a determinadas conclusiones. Equiparar la EP con los tests es un error conceptual y metodológico. El hecho histórico de asociar técnicas con tests y evaluación psicológica con psicodiagnóstico ha generado que el desarrollo de estudios sobre el área sólo se haya concretado de manera fluída en trabajos referidos a temas de Psicología Clínica.
Las tareas evaluativas que concrete un psicólogo, cualquiera sea el contexto de su quehacer profesional, suponen dos tipos de garantías: científicas y éticas o morales; se está otorgando mayor valor a las científicas que a las éticas.
La adaptación y utilización de técnicas diversas no ha tenido en cuenta en la medida de lo deseable y necesario la consideración del sujeto humano en tanto actor social y participante cultural. Muchos estudiosos imponen a sus sujetos, en nombre del quehacer científico, recursos evaluativos que les son extraños o ajenos. Se cumple con requisitos estadístico-metodológicos pero se opera en un vacío cultural. Cabe referirse a un hacer descontextualizado.
Hay numerosas páginas destinadas a relatar cómo se ha realizado el tratamiento estadístico cada vez más sofisticado de los datos, pero poco o nada se dice sobre la validez linguística, conceptual y cultural de los recursos utilizados. Se publican trabajos muy prolijos cuyos resultados no se pueden generalizar: estamos produciendo datos y elaborando conclusiones básicamente émicas, con la pretensión de ser admitidos en calidad de propuestas éticas (generales). Son pseudoéticas.
Cabe mencionar, como referente empírico de lo que se afirma, los contenidos del número especial de la publicación Psychological Assessment (8,4, 1996) que se analizan bajo el título LO QUE TODO PSICÓLOGO DEBE SABER ACERCA DE LA EVALUACIÓN: la teoría de respuesta al ítem, usos y abusos del coeficiente alpha, pasos a seguir en la construcción de instrumentos, cómo interpretar los llamados puntajes de corte (cut off points), temas aún no resueltos en la validez de las mediciones.
Ningún artículo toma en consideración alguno de los temas que he planteado en esta exposición, referidos a aspectos conceptuales, linguísticos y semánticos de los constructos que se intentan medir en su relación con las diferencias socioculturales existentes.
Cuando se hace referencia a las diferencias culturales o sociales no se está pensando necesariamente en viajar a otros continentes o a regiones distantes del lugar donde vivimos. Lo diferente está geográficamente mucho más próximo de lo que suponemos. Solamente hay que atreverse a salir del campus universitario o del laboratorio de trabajo y observar la realidad de todos los días. Reconocer a nuestros semejantes.
Ninguna de las técnicas de evaluación mencionadas es mejor o peor que otra. Cada una de ellas puede ser un recurso válido en la medida que lo utilicemos teniendo presente que nuestro objeto de estudio- los seres humanos – no son meros entes biológicos o réplicas de estudiantes universitarios.
En general se trabaja de la siguiente manera: primero pensamos y construímos la técnica en nuestro habitat universitario y luego salimos con ella ya validada y analizada, a ver cómo funciona u opera en otros contextos.
Debemos comenzar a trabajar de otra forma, invirtiendo las prioridades: primero el contexto y luego el laboratorio o sala de trabajo.
La Psicología ofrece numerosas posibilidades, a través de los diversos problemas que estudia, de utilizar los más variados recursos evaluativos: observaciones, entrevistas, escalas las, biografías, cuestionarios, técnicas proyectivas, diferenciales semánticos, narraciones, tests.
Para finalizar quisiera destacar la necesidad de dar prioridad al estudio de problemas que interesan y preocupan al hombre y la mujer comunes, a la mayoría de los integrantes de la sociedad en la que vivimos, no solamente a aquéllos que interesan a los colegas profesionales o funcionarios universitarios. Problemas que preocupan a la gente que vive en nuestro vecindario, a quienes solicitan nuestro apoyo en hospitales y centros de salud, a todos aquéllos que concurren a nuestras escuelas e institutos con el deseo de aprender y no pueden lograrlo, a los que están alojados en cárceles y necesitan rehabilitarse, a los que buscan, sin encontrarlo, un proyecto que dé sentido a la vida que les ha tocado vivir.

No cabe la menor duda de que somos capaces de hacer ciencia con sentido social. Nuestro desafío es generar formas diversas de EP aplicables en contextos multivariados.
Muchas gracias.

Fuente: Conferencia impartida en la VI Conferencia Internacional de Evaluación Psicológica. Salamanca. Noviembre de 1998.

Volver al índice principal de «La evaluación psicológica: Modelos, técnicas y contexto sociocultural«