Introducción al Autismo: Integración Social

Introducción al Autismo

PTO.5.Integración Social.
CRITERIOS DE ESCOLARIZACIÓN

*FACTORES DEL NIÑO:
1− Capacidad intelectual (en general deben integrarse los niños con CI superior a 70. No debe
excluirse la posible integración en la gama 55−70).
2− Nivel comunicativo y lingüístico (capacidades declarativas y lenguaje expresivo como criterios
importantes para el éxito de la integración).
3− Alteraciones de conducta (la presencia de auto agresiones graves, agresiones, rabietas
incontrolables, deben hacer cuestionar la posible integración si no hay solución previa).
4− Grado de inflexibilidad cognitiva y comportamental (puede exigir adaptaciones y ayuda
terapéutica en los casos integrados).
5− Nivel de desarrollo social: es un criterio importante. Los niños con edades de desarrollo social
inferiores a 8−9 meses por lo general sólo tienen oportunidades reales de aprendizaje en condiciones
de interacción uno − a − uno con adultos expertos.

*FACTORES DEL CENTRO ESCOLAR:
1− Son preferibles los centros escolares de pequeño tamaño y número bajo de alumnos, que no
exijan interacciones de excesiva complejidad social. Deben evitarse los centros excesivamente
bulliciosos y despersonalizados.
2− Son preferibles centros estructurados, con estilos didácticos directivos y formas de organización
que hagan anticiparle la jornada escolar.
3− Es imprescindible un compromiso real del claustro de profesores, y de los profesores específicos
que atienden al niño con autismo.
4− Es importante la existencia de recursos complementarios, y en especial de psicopedagogo, con
funciones de orientación, y de logopeda.
5− Es muy conveniente proporcionar a los compañeros del niño autista claves para comprenderle y
apoyar sus aprendizajes y relaciones.

Desde el punto de vista social:
− Aceptación o no del contacto físico.
− Cómo es el entorno de ese niño.
Papel del psicopedagogo en el proceso de valoración
1. Recoger información de la familia y de informes anteriores.
2. Establecer con el niño una relación adecuada para la valoración.
3. Valorar de forma estructurada las áreas de cognición, lenguaje, motricidad, capacidad social, etc.
4. Realizar observaciones naturalistas no estructuradas o semiestructuradas en contextos naturales de relación.
5. Establecer contacto directo con otros profesionales que atienden o han atendido al niño.
6. Definir valores psicométricos y la «lógica cualitativa» del desarrollo del niño.
7. Realizar un análisis funcional de las alteraciones de conducta y conductas positivas.
8. Definir un conjunto de necesidades de aprendizaje.
9. Elaborar un informe preciso, con valoraciones funcionales, análisis de contextos y propuestas educativas.
10. Mantener relaciones con los padres y profesores, en una labor de seguimiento y apoyo.

El respeto a la propia personalidad, el desarrolla o individual y la utilización adecuada de las capacidades constituyen la base de la sensación de vivir una vida plena de sentido en la sociedad. Por ello, los niños, adolescentes y adultos con trastornos en su desarrollo se ven proscritos a un tipo específico de condiciones marco que nivelen, desde un punto de vista social, su trastorno.
La familia, el jardín de infancia y la escuela
Las consecuencias de un trastorno en la elaboración de los estímulos pueden interferir de manera
indescriptible en las relaciones de una familia: rechazo a cambios, explosiones de ira sin motivo aparente, hiperactividad, acostarse tarde, levantarse temprano, insomnios activos, que pueden durar toda la noche y, en el caso de que se haya dado un desarrollo del lenguaje, repetición compulsiva de las mismas preguntas, de los mismos giros, de las mismas exigencias imposibles y ello durante días, meses, años. Estos serían sólo unos pocos ejemplos de los muchos que podríamos enumerar.
Estas continuas presiones sobre padres y hermanos necesariamente un efecto negativo sobre condiciones mismas del desarrollo de un niño autista. El problema se agrava especialmente cuando los padres tras años de ver sometido el sistema familiar a estas tensiones se declaran agotados, y deciden buscar una institución para su hijo adolescente o adulto. Si plantean la gravedad del caso con toda honradez, ninguna institución se hace cargo del paciente, y si la minimizan, al poco tiempo reciben una llamada de auxilio del centro en cuestión. Y esto es así porque lo que se espera de los padres, es decir, que le creen al niño unas condiciones de desarrollo
adecuadas sin que ello les trastorne personalmente, requiere, por parte de los centros en cuestión, un nivel difícilmente alcanzable, si no se cuenta con un personal cualificado, numeroso y dispuesto a sobrellevar un alto grado de tensión.
Los resultados de los análisis llevados a cabo en niños autistas presentaban una desviación respecto a los valores neuronales y bioquímicas normales. En el caso de los padres no se registraron trastornos de la personalidad, pero si de síntomas de estar sobrecargados y sentimientos (depresivos) de culpa que pueden estar producidos por la incertidumbre en lo relativo a la etiología de este trastorno infantil.
Los efectos de las tensiones y presiones emocionales en el caso de los hermanos se presentan en forma de un marcado altruismo (el 50%), o en el sentimiento de estar mal atendidos (un 30%) e, incluso, en trastornos emocionales (en un 20%). Los más afectados por las tensiones cotidianas son los hermanos con poca diferencia de edad.
Para que la integración del autista en instituciones sociales como el jardín de infancia o la escuela, sea un
éxito, además de la cualificación de los especialistas antes mencionada hay que atender a los siguientes aspectos:
compromiso humano, comprensión psicológica, ideas e iniciativa, y capacidad de sobrellevar las
tensiones y las presiones; grupos pequeños y una gran dosis de energía personal en lo relativo a la atención y a la enseñanza de los niños, que depende incluso de los cursos de integración, tanto del número de niños como de la gravedad del trastorno; expectativas realistas en lo relativo a la velocidad y a la dimensión de los procesos de adaptación y aprendizaje.
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FORMACIÓN, TRABAJO Y OCIO
La participación de los jóvenes o los adultos autistas en el ámbito de la formación, en el mundo del trabajo o del ocio es de gran trascendencia tanto para su desarrollo personal como para su autonomización, y supone, además, un considerable ahorro económico para la familia y la sociedad. La existencia en los autistas de capacidades para el estudio o aptitudes para el trabajo determinan, en gran medida, en éxito de su integración en un marco sociolaboral más o menos protegido o en el propio mercado de trabajo. Los siguientes aspectos también condicionan, en gran medida, el éxito de la integración:
la habilidad pedagógica del director del proyecto para establecer una relación numérica adecuada al trastorno entre él mismo y los alumnos, además del periodo necesario de capacitación en caso de que la integración parezca amenazada, procurar dentro del ámbito de formación o del mundo del trabajo un apoyo psicológico y pedagógico precoz la comprensión y la tolerancia de educadores, superiores y colegas ante la posibilidad de tener que enfrentarse con las formas de percepción y conductas originales y extravagantes de su compañero.
La integración en el mundo laboral puede terminar en fracaso. En muchas ocasiones no se debe, sin embargo, a que al autismo le falte motivación o capacidad de rendimiento, sino que es resultado del exceso de exigencia y de presión a que se ve sometido por formadores, jefes y compañeros de trabajo. Ésta es la razón por la que, hasta el momento, sólo un cinco por ciento (una cifra insignificante) de trabajadores autistas ha logrado su integración profesional dentro del mercado libre de trabajo.
El gran deseo de muchos jóvenes y adultos con trastornos autistas es no verse excluidos del ejercicio de actividades sociales. Tienen más tiempo libre del que pueden tolerar. La falta de experiencia de éxito y la exclusión del mundo (laboral) de la comunicación favorecen la aparición de actividades sustitutorias que incluso pueden llegar a ser autolesivas. Muy pocos adultos autistas con problemas de integración llegar a ser, por sí mismos, capaces de estructurar con sentido su tiempo libre. Las medidas para la estructuración del tiempo libre que son fundamentalmente de integración social, estimulan la maduración social, liberan a las familias, amplían la conciencia social y la capacidad de empatía, y facilitan la integración en el mundo laboral.
La utilización del término autista, tan de moda en ciertas especialidades, puede hacer que la perspectiva sólo se centre en los trastornos; que pase por alto los compromisos solidarios con las personas; que se dificulte la integración y, por tanto, que se incremente la marginación social.

Vocabulario:

**Ecolalia**: es un perturbación del lenguaje en la que el enfermo repite el involuntariamente una palabra o frase que acaba de pronunciar él mismo u otra persona en su presencia.
El principio Iso: Una persona en fases de estado de ánimo depresivo se siente identificada con una música triste; en cambio; si su estado de ánimo es de excitación −es decir; con un templo mental rápido− se sentirá más cercana aun allegro (alegre, ágil; rápido).
**Definición**: Es un síndrome que afecta a la comunicación y en las relaciones sociales y afectivas del individuo. Afecta 4 de cada 1000 niños y es más frecuente en los niños que en las niñas. Se encuentra en todas las razas y clases sociales. Se manifiesta en los tres primeros años.

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