Psicología de las Masas

Psicología de las Masas

Rama de la psicología orientada a la comprensión de la conducta de las personas dentro de grandes grupos, multitudes y sociedades, y a la relación de dicha conducta con la base biológica y el entorno cultural.

Según los expertos en la psicología de masas, la visión que una persona tiene de su identidad depende de la capacidad para meditar sobre sus propias acciones, así como de la capacidad para responder a las acciones de los demás. Las teorías de la psicología de masas intentan explicar la influencia que ejercen las acciones de grandes grupos sociales sobre la identidad, el nivel social y el papel del individuo, reforzándolo o subvirtiéndolo, y cómo esa influencia repercute a la hora de participar en modas, tendencias, política, movimientos y religiones.

Evolución histórica

Desde la antigüedad han existido diversas teorías acerca del modo que tienen las personas de relacionarse. Filósofos griegos como Platón y Aristóteles expusieron teorías sobre la mejor manera de organizar las sociedades.

El estudio de la psicología de masas en tiempos modernos comenzó en el siglo XX, antes de la I Guerra Mundial, con la obra del psicólogo británico William McDougall y continuó en la década de 1940 con la del psicólogo alemán Kurt Lewin. También influyeron las ideas del sociólogo y filósofo Émile Durkheim y las teorías de los fundadores del psicoanálisis, Sigmund Freud y Alfred Adler. Durkheim desarrolló el concepto de anomia, tipo de alienación que se produce cuando un individuo no tiene la sensación de pertenecer a una comunidad. Sostenía que ello era consecuencia y causa, al mismo tiempo, de una ruptura del orden social, y que también reflejaba los cambios en la división del trabajo, desde los papeles claramente definidos dentro de las economías agrarias hasta la especialización de la mano de obra en la sociedad industrial. Según Durkheim, se da la paradoja de que en los tiempos modernos el individualismo se ha convertido en la base de la solidaridad social. Freud y Adler estudiaron los orígenes inconscientes de la conducta humana: Freud hizo hincapié en los deseos sexuales y Adler, en el deseo de poder y dominación.

En la década de 1930, George Herbert Mead subrayó la importancia de la aceptación social de la opinión que sobre sí misma tiene cada persona. Este tema continúa siendo fundamental en la obra multifacética de Michel Foucault, que examinó algunos aspectos del individualismo tales como la represión de la fuerza creativa por parte de la sociedad, la sexualidad humana y las nuevas formas de control social.

Conceptos fundamentales
La psicología de masas abarca principalmente tres áreas: la naturaleza social de los individuos, sus interacciones con los demás y su representación del mundo social. El objetivo de la psicología de masas es estudiar cómo preservan los individuos el poder de elegir frente a las presiones externas de grupos sociales o de la autoridad.

Al ser las personas en esencia seres sociales, su pensamiento y acción se hallan influenciados por esquemas biológicos innatos y por costumbres de tipo cultural, que se han transmitido de generación en generación. Los orígenes de la conducta biocultural se han estudiado observando otros primates, o recurriendo a la etología (ciencia del comportamiento animal). El conductista Desmond Morris investigó los códigos de señas entre las personas y el aparente origen animal de muchos aspectos de la conducta y de las costumbres sociales.

La comprensión de las diferencias en la utilización, desarrollo y adquisición tanto del lenguaje verbal como del no verbal ayuda a explicar la incidencia que tienen ciertas actividades, como la publicidad, sobre una masa de individuos, y las presiones sociales que ejercen los grupos sobre el individuo para que se adapte a determinadas normas y desee o acepte el liderazgo. También permite comprender el camino que conduce a las sociedades a desembocar en la violencia, de lo cual es un ejemplo relevante el ascenso del nacionalsocialismo en la Alemania de las décadas de 1920 y 1930.

La conducta de las masas

El psicólogo social Erich Fromm estudió cómo el sentimiento de separación genera una gran ansiedad. Se inicia en la infancia con la experiencia de la separación de la madre. La ansiedad de la separación puede canalizarse de diferentes modos: de un modo creativo, mediante un trabajo y unas relaciones productivas, o bien de un modo destructivo, mediante una regresión a rituales primitivos, violentos e incluso orgiásticos. Al identificarse con movimientos de masas, el individuo exterioriza sus problemas internos. La conformidad puede actuar como un consuelo y una reducción de la ansiedad; el individuo puede sentirse cómodo formando parte de una multitud. Fromm observó que esta tendencia se daba en el autoritarismo y en las dictaduras; los investigadores actuales la observan en el fenómeno de los aficionados (‘hinchas’) violentos al fútbol.

Medios de comunicación masivos y publicidad
Los medios de comunicación masivos, como la televisión, la radio y el cine, difunden normas y tendencias culturales, y tienen una enorme influencia en las percepciones y opiniones del público. Esos medios pueden utilizarse como una forma de ‘escapismo’ y las personas pueden llegar a identificarse con vidas ficticias o a basar sus ideas en ellas. Las fantasiosas caracterizaciones de los héroes cinematográficos y de los actores de las telenovelas o ‘culebrones’ son un buen ejemplo de ello. El psicólogo suizo Carl Jung sostenía que tales experiencias son resultado de la proyección de patrones y arquetipos en el inconsciente colectivo. Es decir, que los seres humanos nacen con unos códigos genéticos y biológicos de conducta como el de la maternidad, el de la paternidad o el de las acciones heroicas. Las personas famosas (los ‘famosos’) representan para nosotros esos patrones como mitos vivos y nos permiten experimentarlos de modo indirecto.

El filósofo Roland Barthes ha descrito el modo en que se generan los mitos al dotar de significados falsos a las cosas mundanas, como en el caso de los lemas publicitarios. Si se logra persuadir a un número suficiente de personas con una campaña de imagen determinada y un lema publicitario relacionado con un producto, el uso de ese producto deviene norma social y el producto se vende. Se ha saltado por encima del análisis racional; el instinto ha vencido a la razón. La propaganda política actúa de igual forma, simplificando temas sociales complejos. Las técnicas de que se sirve fueron ampliamente estudiadas y puestas en práctica durante y después de la IIGuerra Mundial.

Extremismo

Los grupos extremistas, bien sean los movimientos nacionalistas, las sectas religiosas o las bandas de adolescentes que intentan provocar desórdenes, actúan con unas normas de grupo tremendamente simplificadas. Entre los ejemplos puede incluirse la creencia de que la patria o el equipo de fútbol favorito son los mejores, de que llevar un atuendo determinado es algo ‘sagrado’, o de que se puede robar porque la sociedad es injusta. En estos grupos se puede dar una paranoia creciente, ya que estos grupos proyectan sus problemas en el resto del mundo. Su desconexión respecto a normas sociales más amplias, permisivas y globales se intensifica hasta desembocar posiblemente en la desviación: la ruptura de esas normas.

Ser víctima de prejuicios o de una educación y unas relaciones sociales deficientes puede llevar a un individuo a integrarse en un grupo extremista. Esta situación puede darse en miembros de familias sometidas a privaciones múltiples o en quienes viven en condiciones de opresión o pobreza, sin ninguna esperanza de cambio. La alienación conduce a que las personas ‘consigan olvidar’ la ausencia de expectativas. Su conducta se ve afectada por las emociones y sus actividades están guiadas por una sensación de idealismo que carece de respaldo o corroboración colectivos. En última instancia, conduce a la autodestrucción masiva, como ocurrió con la secta religiosa que llevó a cabo un suicidio colectivo en Jonestown, Guyana, a finales de 1978, o puede conducir a apoyar o justificar el genocidio, tal y como ocurrió en la II Guerra Mundial.

Puesto que los ejemplos extremos de la conducta de masas dan como resultado la violencia y el predominio de la ‘ley de la calle’, el mantenimiento de la paz y la cohesión social depende de una mayor comprensión de la psicología de masas.

Investigación

La investigación actual incluye como puntos de interés la ‘disonancia’ (la causa de la inadaptación de ciertas personas) y la ‘conformidad’ (la causa de que ciertas personas se integren en una secta); el determinar si ciertas conductas o capacidades, como es la inteligencia o la identidad sexual, son genéticas o están influidas por el entorno; el investigar los modos de tratar a los delincuentes (por ejemplo, si el control por medios electrónicos de una persona es más efectivo para evitar la reincidencia que un periodo de cárcel). Estas aplicaciones prácticas pueden abarcar casi todos los aspectos de la vida humana.

Tanto los políticos, como todos aquellos que desean moldear los valores sociales para alcanzar sus objetivos, recurren a los métodos de investigación de la psicología de masas, entre los que se incluyen las encuestas de opinión y la investigación de mercados.

Otros métodos recurren al trabajo de laboratorio, que examina, por ejemplo, si las personas eligen las mismas cosas estando solas o en grupo; al análisis estadístico de conductas filmadas, como en el caso del comportamiento de las masas en acontecimientos deportivos; a los experimentos naturales, en los que se observa a las personas y después se les pregunta, por ejemplo, la razón por la que se han detenido ante un escaparate o aparador en particular; a los estudios detallados de observadores-participantes, en los que un investigador, después de vivir en una comunidad, realiza un informe sobre sus costumbres y modo de vida; o a los cuestionarios, como las encuestas de opinión y las consultas a consumidores en sus domicilios.

formática), la investigación de la inteligencia artificial, la neuropsicología y la filosofía forman hoy el conjunto interdisciplinar de las ciencias cognitivas.