Tratamiento. Trastorno esquizotípico

Tratamiento. Trastorno esquizotípico

Debido a que no se conoce con exactitud la causa del aparecimiento del trastorno esquizotípico, existen vacíos al momento de tratarlo. ¿Cómo puede manejarse el trastorno si no se conoce qué es lo que lo ha originado?. Sin embargo se utilizan distintos tratamientos, sobre todo biológicos, para ayudar a los pacientes con dicha problemática, revisémoslos a continuación.

Farmacoterapia
Una publicación del Diario Canadiense de Psiquiatría (1998, citado en Pharmacotherapy News Network, 1998) muestra que hay evidencia que apunta a que la terapia farmacológica ha sido útil para tratar a los pacientes con trastorno esquizotípico. Según el artículo, a pesar que los pacientes no llegan a la absoluta normalidad, sí reducen los síntomas.
La medicación antipsicótica también es útil. A pesar que las personas con trastorno esquizotípico se diferencian de la esquizofrenia –entre otras cosas porque no presentan síntomas psicóticos, a veces pueden ocurrir, especialmente en momentos de estrés (Long, 1990).

Tratamiento Psicosocial
No existen muchos tratamientos psicosociales sistemáticos para ayudar a las personas con trastorno esquizotípico. Lo único que se ha utilizado ha sido la terapia grupal y la individual encaminada a que la persona exprese sus temores y pensamientos. Sin embargo, como más adelante menciono, la terapia cognitiva podría ser útil para ayudar a estos pacientes.

Tratamiento Individual:
La psicoterapia a largo plazo ha sido útil en casos algunos casos seleccionados. Debido a que las personas con trastorno esquizotípico son personas que rehúyen el contacto social, el curso de la terapia implica el desarrollo gradual de la confianza. Si esta puede ser alcanzada, el paciente puede compartir fantasías de muchos años sobre amistades imaginarias y puede revelar las cogniciones que están a la base de sus anormales relaciones con las otras personas. (Long, 1990). En la terapia se anima a los pacientes que examinen la naturaleza poco realista de sus miedos y fantasías y a que formen lazos reales. La psicoterapia acertada producirá el cambio gradual.

La terapia cognitiva no ha sido empleada para tratar a estos pacientes, sin embargo –debido a que la distorsión de las cogniciones y percepciones son fundamentales en el trastorno sería de utilidad para ayudarle al paciente a que distinga entre lo que es real y lo que es fantasía. Estas técnicas van encaminadas a guiar al paciente, mostrándole los esquemas cognitivos que están a la base de su problemática, las inferencias erradas que hace de la conducta de otros, y luego se plantea una alternativa a esta situación.

Terapia grupal
Según Long (1990), los pacientes con personalidad esquizotípica requieren un entorno de apoyo en grupo. Según el psiquiatra, estas personas se verían beneficiadas de la experiencia. Probablemente la persona esquizotípica pueda mostrar un silencio prolongado (a veces el silencio dura un año o mas), pero poco a poco se irá acomodando y relacionando con el grupo. Long dice que es importante que el grupo proteja al paciente esquizotípico de la crítica de otros miembros por su silencio. El grupo debe convertirse e una experiencia significativa para el paciente y proporcionar el medio para que la persona no solo sea tratada, sino que vaya ampliando su grupo social. En el grupo, los esquizotípicos pueden aprender a comunicar sus pensamientos y sensaciones directamente a otras personas, y se promueve de esta forma un modelo de comportamiento más normal.

En la literatura no se habla de terapia familiar, pero podría ser beneficiosa al paciente, especialmente en edades más tempranas, cuando aun se esta configurando la personalidad de éste. La familia debe ser motivada para que entienda que el comportamiento del paciente es una anormalidad y no parte de su “maldad” –como algunos suelen creer. De esta forma la familia podrá apoyar y tener más tolerancia con el esquizotípico. Además de esto, sería útil que la terapia familiar fuera encaminada a desarrollar sistemas de comunicación más efectivos para no dar lugar a malas interpretaciones del esquizotípico.

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