Psicopatología y Semiología Psiquiátrica: Psicopatología de la atención

ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN
2.c. PSICOLOGÍA DE LA ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN
Al igual que la conciencia, la inteligencia, la memoria y la orientación, la atención es un instrumento del vivenciar. Por lo tanto, es condición necesaria para un vivenciar normal. Sin atención la existencia se convierte en un devenir difícil de imaginar, ya que es consustancial al ser viviente el sacar partido de su medio ambiente, aunque sólo sea para satisfacer sus necesidades básicas. Esto sólo lo logra si está atento a lo que sucede en su entorno.
La atención es la orientación de nuestra actividad psíquica hacia algo que se experimenta, permitiendo así el vivenciar. Acá el estímulo se acepta indiscriminadamente, en forma pasiva y sin esfuerzos.
Este algo que se experimenta puede provenir de situaciones externas (sensaciones, percepciones, etc.) o de situaciones internas (pensamientos, sentimientos, etc.). A través de la atención nos informamos de las modificaciones fisiológicas y patológicas de nuestro medio interno, ya sea físico o mental, que nos permite la elaboración intelectual.
La atención puede ser espontánea o voluntaria. En el primer caso, la atención está a merced de los estímulos cambiantes que la impresionan. Hay ciertas características de los estímulos que atraen con más facilidad la atención; entre éstas, la mayor intensidad, la repetición, la desaparición del estímulo, la novedad, la variedad y la rareza de éste. En la atención voluntaria, la dirección de la atención es gobernada activamente por el sujeto, que voluntariamente dirige la atención.
Cuando la atención permanece orientada en forma persistente hacia una situación determinada, se está llevando a cabo la función de concentración. A través de la concentración, la atención crea las condiciones para que una determinada situación pase a ser la más destacada en el campo de la conciencia, otorgando la psique una mayor energía y dedicación a tal asunto, con lo cual el sujeto adquiere mayor noción, exactitud y claridad, con rendimientos más eficientes en el manejo de sí mismo, y del mundo que lo rodea.
La atención y concentración son requisitos indispensables para un buen rendimiento intelectual, siendo una condición necesaria para que se lleven a cabo los procesos de asimilación y razonamiento lógico, propios de la inteligencia. En el capítulo sobre inteligencia, veremos que el test de Wechsler incluye tres pruebas que, a juicio de Rapaport, evalúan fundamentalmente capacidad de atención y concentración. Estas pruebas son retención de dígitos, pruebas aritméticas y completación de figuras. Las describiremos acá porque consideramos que ilustran los conceptos de atención y concentración, y son a menudo usadas por los clínicos en sus entrevistas.
La retención de dígitos consiste en mencionar al paciente una secuencia de dígitos de dificultad creciente, secuencias que el paciente debe retener y repetir. Por ej.: 2 – 9 – 3 – 1 – 8.
Esta prueba mide atención, ya que para poder rendir bien en ella se requiere ser capaz de asimilar sin esfuerzo la serie de dígitos. «De hecho aquellos pacientes que tienen que hacer un gran esfuerzo para escucharlos y para retenerlos, no tardan en empezar a equivocarse; el esfuerzo voluntario no puede reemplazar la condición -óptima para este test de la atención pasiva automática» (Rapaport, 1959). El mismo autor señala, destacando el carácter pasivo de la atención, que en la vida cotidiana, la atención funciona cuando, por ejemplo, podemos seguir el desarrollo de una conferencia o la lectura de un libro sin un esfuerzo especial. Cuando reiteradamente perdemos el hilo, es porque nuestra atención está perturbada.
En las pruebas de aritmética al paciente se le solicita resuelva algunos problemas matemáticos sencillos, usando las cuatro operaciones básicas de suma, resta, multiplicación y división.
Es una prueba fundamentalmente de concentración, ya que el sujeto se concentra en el continuo de números, y en el patrón de los cuatro cálculos aritméticos básicos. «El continuo abstracto de números, y los patrones abstractos de los cuatro cálculos están a disposición de la conciencia de cualquier persona media; la tarea de la concentración consiste en volver los pasos hacia estos patrones interiorizados» (Rapaport, 1959). El mismo autor señala que el proceso de concentración se observa en la vida diaria cuando el material que ha de percibirse se torna demasiado complejo, haciéndose necesario el esfuerzo voluntario para su selección y organización, de modo tal que se vuelva significativo y perdurable; o bien allí donde la atención se halla disminuida y el esfuerzo voluntario es necesario para ocuparse de la entrada o salida del estímulo.
El subtest de completamiento de figuras consiste en una secuencia de láminas, a cada una de las cuales le falta un detalle que debe ser descubierto por el examinado. Por ejemplo: al dibujo de un cerdo le falta la cola.
Es también un test de concentración, pero a diferencia del test de aritmética, en el cual la concentración se realiza sobre los patrones interiorizados, en éste el sujeto debe considerar, además de los patrones interiorizados, los modelos externos que se le colocan ante su vista.
De los modelos externos que son los dibujos, debe captar lo que falta en ellos, o sea, en qué se desvían de los patrones internos. El esfuerzo de concentración es voluntario y selectivo, requisito para el éxito de esta prueba.

2.3. PSICOPATOLOGÍA DE LA ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN
– Aproxesia: término derivado del griego (prosexis: volver la mente a la atención, dedicarse, consagrarse, estar involucrado en), que denota el trastorno psicopatológico de la atención que consiste en falta absoluta de atención.
– Hipoproxesia: trastorno psicopatológico de la atención que consiste en la reducción de la capacidad atentiva. La atención es superficial y pobre, hay tendencia a la distraibilidad y un registro pobre de los eventos.
– Hiperproxesia: trastorno psicopatológico de la atención, en el cual el sujeto presenta un notable aumento en la capacidad de atención espontánea, pero a expensas de una notoria disminución de su forma voluntaria. El paciente se ve solicitado por una excesiva gama de estímulos, lo que dispersa su actividad psíquica.
Ejemplo:
Un enfermo maníaco, presentado en reunión clínica, parece coger todos los estímulos ambientales, no filtra nada, sin perder el hilo del diálogo que sostiene con su entrevistador. Al entrar a la sala un médico calvo sacando un cigarrillo de la cajetilla, el paciente se para rápidamente, y le solicita un cigarrillo diciéndole «la ocasión la pintan calva», luego vuelve a su asiento y continúa el diálogo.
– Hipermetamorfosis: se denomina hipermetamorfosis a la exaltación de la atención espontánea en detrimento de la atención provocada. Cualquier estímulo ambiental inmediato orienta el psiquismo en tanto que el paciente se desconecta de la situación anterior que captaba su atención.
Ejemplo:
Un estado amencial ya descrito a propósito de este compromiso de conciencia. La paciente era solicitada por cualquier estímulo ambiental. Un ligero ruido de llaves, un golpeteo de manos o un chasquido de dedos o el ruido de movimientos de una silla, le interrumpían el curso de su vida psíquica de por sí calidoscópica. Quedaba como imantada por el estímulo accesorio, e incapaz de retomar al círculo vivencia] anterior. La atención provocada era nula, a diferencia de la hiperprosexia maniacal.
Concentración disminuida: trastorno psicopatológico de la concentración, en el cual el sujeto no es capaz de dirigir voluntaria y selectivamente la atención, localizándola en un determinado asunto, de tal manera que le permita operar sobre éste, según sean sus deseos, intereses y objetivos.

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