Materiales, métodos y procedimientos (Aproximación a los perfiles de personalidad de los sujetos que realizaron delitos informáticos)

•  Hacker

La palabra hacker se originó en 1959, con el surgimiento de programadores talentosos que desarrollaron programas que podían eliminar a otros dentro de un mismo sistema operativo.

Se comenzaron a llamar hackers por la identificación con personajes de principios de siglo que nada tenían que ver con las computadoras, pero que brillaban por su excesiva laboriosidad. Estos trabajadores eran los inmigrantes encargados de bajar las maletas en los puertos de Nueva York y Los Angeles. 

Son personas interesadas en los aspectos más oscuros de los sistemas operativos, como pueden ser los agujeros de seguridad, y no solo en conocer esos agujeros, sino en conocer su por qué.

El problema es que esta afición, en principio perfectamente legítima, llevada a la práctica se mueve en los límites de la legalidad y es potencialmente muy peligrosa si las motivaciones de quien las realiza son malintencionadas, de ahí la mala fama de los hackers.

Un hacker, al contrario de la imagen pública que se tiene de ellos, tiene una serie de normas, algunas de índole ético, que son ampliamente conocidas en el entorno hacker ya que es lo primero que se le dice a alguien que quiere introducirse en dicho entorno.

Algunas de estas normas son el no hacer daño intencionadamente, modificar sólo lo estrictamente necesario para entrar y evitar ser localizado, no hackear nunca ni por venganza ni por intereses personales o económicos, así como no comentar con nadie las acciones realizadas.

Las características más comunes de personalidad son su alto nivel intelectual, gran curiosidad, y facilidad para abstracciones intelectuales.

Aunque una alta inteligencia en general es común entre hackers, hay otra característica más importante: la habilidad mental de absorber, retener, y referenciar grandes cantidades de detalles aparentemente sin importancia basados en la experiencia que le dan contexto y significado.

Son extraños en lo que se refiere al control y orden. Ellos tienden a tener el control absoluto de un sistema modificándolo a su propio gusto. Entre más control tengan de un sistema, más interés le atribuyen para poder mantenerlo siempre a ese nivel de eficiencia. Para todo esto se necesita orden. Los hackers son intelectualmente ordenados. Muy meticulosos con lo que dicen o hacen.

Dentro de las comunidades hacker, se da más importancia a aquella que ha obtenido sus conocimientos de manera autodidacta ya que se considera mejor motivada que con la obligatoriedad de una escuela.

Las áreas académicas de mayor tendencia entre hackers son ciencias de la computación, ingenierías, física y matemáticas.

Los piratas jamás trabajan bajo su verdadero nombre, sino que emplean pseudónimos del tipo de «Mr. Smut», «Acidflux», «El Cowboy».

Un Hacker en general no se motiva con premios convencionales tales como la aprobación social o el dinero, sino que su mejor trofeo es haber logrado todo un desafío.

Su principal motivación es burlar la seguridad de los sistemas, pero no altera, destroza o cambia la información; sólo la observa.

Un hacker toma su actividad como un reto intelectual, no pretende producir daños e incluso se apoya en un código ético que se describe a continuación:

•  El acceso a los ordenadores y a cualquier cosa que te pueda enseñar cómo funciona el mundo debería ser ilimitado y total. Siempre deberías poder ponerle las manos encima.

•  Toda la información debería ser gratuita. Si no tienes el acceso a la información necesaria para arreglar las cosas, ¿cómo vas a arreglarlas? Además, un intercambio libre de información permite una mayor  creatividad en general y evitar tener que reinventar la rueda una y otra vez.

•  Desconfía de la autoridad. Promueve la  descentralización. Lo mejor para favorecer el intercambio de información es un sistema abierto sin fronteras entre un «hacker» y la información que necesita.

•  Los «hackers» deberían ser juzgados por sus «hacks», no por criterios extraños como calificaciones académicas, edad, raza o posición. De hecho, uno de los «hackers» originales era Peter Deutsch, un niño de doce años que dominaba el TX-0 y que estaba por ello perfectamente integrado en el grupo.

•  Puedes crear arte y belleza en un ordenador, aunque aparte de la belleza en su sentido tradicional, los «hackers» creen que el código de un programa tiene una belleza propia, sobre todo cuando está escrito con maestría.

•  Los ordenadores pueden mejorar tu vida. Si sabes cómo pedírselo, un ordenador hace lo que tú le pidas, y  eso para los «hackers» representa la posibilidad de que cada usuario tenga a su disposición una herramienta poderosísima con la que puede hacer cualquier cosa que  desee.

Como vemos, la filosofía hacker nada tiene que ver con el vandalismo. Tal es así, que no resulta extraño que sea el propio hacker quien notifique al administrador los fallos de seguridad encontrados y la forma de solucionarlos, hasta el punto de producirse la profesionalización, creando empresas que, por encargo, asaltan ordenadores con el fin de detectar estos fallos.

En este trabajo la muestra consiste en nueve casos publicados y tres entrevistas relacionados con algunos comunes delitos informáticos. Los individuos seleccionados son todos varones, en su mayoría adolescentes, con altos niveles educacionales, económicos y culturales.