Diccionario de Psicología, letra G, Gran Bretaña

Apasionado de la psicología de los pueblos y del folclore, participó muy pronto en los debates de la antropología inglesa acerca de Tótem y tabú. Después de haber creado la American Psychoanalytic Association (APsaA) permaneció un año más en Toronto, en condiciones difíciles, y volvió a Londres, para viajar posteriormente a Budapest en junio de 1913. Allí se analizó durante dos meses con Sandor Ferenczi. En agosto se estableció definitivamente en Londres. Junto con Jung, participó entonces en el Congreso Internacional de Medicina de Londres, que reunió a los principales representantes de la psiquiatría dinámica europea y norteamericana: entre ellos, Adolf Meyer, Isador Coriat, David Eder, David Forsyth, y otros. Lo que estaba en juego era importante: en la duodécima sesión del congreso se decidió incluir en el orden del día un debate muy esperado sobre el psicoanálisis, y se sabía que Pierre Janet, que estaba muy de moda en esa época, iba a presentar en esa oportunidad un informe hostil a lo que entonces se llamaba el pansexualismo freudiano. «Hay en Viena -dijo- una atmósfera sexual especial, una especie de genio, de demonio local, que reina como una epidemia sobre la población y en ese ambiente. Un observador se ve fatalmente llevado a atribuir una importancia excepcional a las cuestiones relacionadas con la sexualidad.» Muy mal recibida por la opinión científica inglesa, la tesis de Janet sobre el origen de la doctrina sexual de Freud no encontró mucho eco en la comunidad científica angloamericana: la hostilidad de los protestantes y los puritanos al pansexualismo era de otro carácter. La conferencia de Janet también contribuyó a reforzar el impacto de las tesis freudianas en el mundo angloamericano. De pronto, Jones pudo permitirse estigmatizar los celos del psicólogo francés, denunciando como absurdo su razonamiento. Tres semanas más tarde, en Múnich, en el Congreso de la International Psychoanalytical Association (IPA), se consumó el divorcio entre Zurich y Viena, entre Jung y Freud. En adelante, después de esa tercera disidencia de la historia del psicoanálisis, y en vísperas de la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña comenzó a desempenar un papel central en Europa en cuanto a la difusión del freudismo. En octubre de 1913 Jones fundó la London Psychoanalytic Society (LPS), compuesta por catorce miembros, entre ellos un canadiense, Frederic Davidson (1870-1946), y tres psiquiatras coloniales: el capitán Owen Berkeley-Hill (1879-1944) y el coronel W. D. Sutherland (?- 1920), ambos residentes en la India , y Watson Smith, en funciones en Beirut. A ellos se sumaban un irlandés de Belfast, el doctor Graham, y nueve ingleses: David Eder, Douglas Bryan, David Forsyth, Bernard Hart (1879-1966), Constance Long, Leslie Mackenzie (Edimburgo), Maurice Nicoll, Maurice Wright y el doctor Devine. Invitado a unirse al grupo, Havelock Ellis se negó, pues prefería mantenerse a una cierta distancia de las instituciones. Jones siguió siendo el principal organizador del movimiento psicoanalítico en el ambiente médico, pero dos de los más grandes representantes del freudismo inglés, Alix Strachey y James Strachey, se formaron en el grupo de Bloomsbury, a partir de 1905. Reunidos en torno a Lytton Strachey (1870-1932), Leonard y Virginia Woolf (18821941), Dora Carrington (1893-1932), Roger Frey (1856-1934) y John Maynard Keynes (1883-1946), los escritores del grupo adoptaron las teorías freudianas un poco a la manera de los surrealistas franceses. Hostiles a la «dictadura» puritana, combatieron el espíritu victoriano, preconizando el «amor libre- y haciendo ostentación de su bisexualidad y su homosexualidad. Frente a Jones y los médicos, ellos encarnaban el inconformismo. El hermano de Virginia Woolf, Adrien Stephen (1883-1948), y su esposa, Karin Stephen (1889-1953), se convertirían en psicoanalistas. En cuanto a Leonard Woolf, fundó en 1917 la prestigiosa Hogarth Press, editorial que no sólo publicó las obras completas de Freud en la traducción de Strachey, sino también numerosas obras de miembros de la escuela psicoanalítica inglesa. Durante los años de la guerra, Jones continuó su obra de propagandista, pero no pudo evitar los conflictos internos en la asociación londinense, en especial con los partidarios de Jung (Long y Nicoll), y sobre todo con Eder, de cuyo renombre Jones tenía celos, y que también se volvió hacia el junguismo. Para salir del atolladero, Jones decidió disolver el grupo y formar otro: a algunos antiguos se sumaron terapeutas ya formados en el psicoanálisis. El 20 de febrero de 1919 fundó la British Psychoanalytical Society (BPS), que pronto contaría con muchos adherentes, entre ellos las principales figuras de la primera generación psicoanalítica inglesa (segunda en el plano mundial): Edward Glover, James Glover (1882-1926), Barbara Low (1877-1955), John Rickman, W.H.B. Stoddart, John Carl Flugel (1884-1955), Eric Hiller, Sylvia Payne (1880-1976), Joan Riviere, Ella Sharpe, Susan Isaacs y los dos Strachey. Un aflo mAs tarde cre6 el International Journal of Psycho-Analsis (IJP) primera revista de psicoanálisis en lengua inglesa, que se convertiría en una especie de órgano oficial de la IPA. En 1924, John Rickman creó un instituto de psicoanálisis siguiendo el modelo del Berliner Psychoanalytisches Institut (BPI) y, dos años más tarde, la BPS , gracias al aporte de un mecenas americano, logró establecer una clínica psicoanalítica ( la London Clinic of Psycho-Analysis) en la que se realizaban curas gratuitas. Durante cincuenta años, más de tres mil personas se beneficiaron con la atención de la clínica: «Había un acuerdo mutuo -escribió Pearl King-, según el cual los profesionales debían dedicar una sesión gratuita por día a la clínica, o bien realizar otro trabajo equivalente». A partir de 1930, la segunda generación psicoanalítica inglesa (tercera en el plano mundial) adhirió a la BPS : Marjorie Brierley (1893-1984), John Bowlby, William Gillespie, Donald Woods Winnicott, Wilfred Ruprecht Bion. Hacia 1926 Jones y Glover enfrentaron la cuestión del análisis profano, cuando la Asociación de Médicos Británicos decidió investigar la validez del ejercicio del psicoanálisis por los no-médicos. Tres años más tarde se llegó a una solución positiva. En efecto, el comité de la asociación adoptó la idea de que el psicoanálisis podía ser reconocido como una disciplina independiente, capaz de regular por sí misma, y en su propias instituciones, sus conflictos y sus problemas de formación. Después de la Primera Guerra Mundial, la aparición de las neurosis de guerra reactivó el debate sobre los orígenes traumáticos de los trastornos psiquicos, y condujo a innovaciones en el ámbito de las psicoterapias. En este contexto, Hugh Crichton-Miller fundó, en 1920, la prestigiosa Tavistock Clinic, destinada a tratar los que se denominaban shell-shocks, es decir, los traumas nerviosos provocados por los obuses: temblor incontrolable, parálisis, alucinaciones, etcétera. A partir de 1930, bajo la dirección de John Rees, las actividades de la Tavistock se ampliaron al tratamiento de delincuentes, mediante terapias individuales, o con la creación de comunidades terapéuticas, grupos, etcétera. Progresivamente, la Tavistock se fue convirtiendo en uno de los bastiones del desarrollo de las tesis psicoanalíticas: freudianas primero, y después kleinianas, sobre todo bajo la influencia de Rickinan y Bion. Después de la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1946, John Bowlby le dio a la Tavistock una nueva orientación, conforme al espíritu del grupo de los Independientes. Introdujo la terapia familiar, y Balint desarrolló allí su técnica de los grupos. Muy diferente por un lado del freudismo berlinés, y por el otro de la tradición vienesa, la escuela inglesa adquirió desde 1920 una gran autonomía en el interior de la IPA. Si bien contaba con notables clínicos y aplicó una política de formación y una técnica de la cura de tipo pragmático, carecía no obstante de una sólida armadura teórica. Jones lo sabía, y por ello, en 1924, comprendió que las innovaciones kleinianas podían aportarles a los profesionales ingleses el sistema conceptual que tanto necesitaban. Y no se equivocó. En 1926, la instalación de Klein en Londres trastornó totalmente la situación del psicoanálisis en Gran Bretaña. Melanie no sólo generó una expansión considerable del grupo ya constituido, sino que también formó a su alrededor una nueva corriente. En adelante, la BPS fue mayoritariamente kleiniana. En 1929, las divergencias entre Viena y Londres (sobre todo acerca del psicoanálisis de niños, la sexualidad femenina, las relaciones arcaicas con la madre, el complejo de Edipo, el fantasma, el narcisismo o la realidad psíquica) adquirieron tal magnitud que Jones se inquietó. Entonces, a través de Paul Federn, decidió organizar intercambios con la Wiener Psychoanalytische Vereinigung (WPV), para facilitar la comprensión mutua de las divergencias. En 1935 y 1936, dos exposiciones trataron de explicar la postura de uno y otro grupo: la de Robert Wälder (futuro Waelder, 1900-1967), sobre la psicología del yo, y la de Joan Riviere, dedicada a la génesis del conflicto psíquico en la primera infancia. Estos «intercambios de conferencias», como se los llamaba, no evitaron las oposiciones ni la continuación de las disputas entre los partidarios de Anna Freud y los de Melanie Klein. La llegada del nazismo transformó aún más la situación de la BPS. Entre 1933 y 1940 desaparecieron todas las grandes sociedades psicoanalíticas europeas. En los países donde no las destruyó el fascismo, quedaron al margen, reducidas al mínimo de supervivencia u obligadas a cesar provisionalmente en sus actividades. En consecuencia, la BPS era el único bastión psicoanalítico todavía vivo en el Viejo Continente: en todo caso, el único que podía asegurar la continuidad del freudismo ante la pujante escuela norteamericana. Una primera brecha se abrió en la BPS con la llegada en 1932 de Melitta Schmideberg. Apoyada por Glover, ella comenzó a atacar las tesis de la madre, Melanie Klein. Al año siguiente se produjo otra división con la llegada de nuevos exiliados. Paula Heimann fue la primera en ingresar en la sociedad, seguida por Barbara Lantos (18881962) y Kate Friedlander. En Londres, estas mujeres llegadas de Berlín descubrieron otro discurso psicoanalítico, otra conceptualización, un vocabulario distinto de la lengua freudiana en la cual ellas habían sido formadas.