Inconsciente y el consciente, Lacan: El Modelo Complexuel (1938)

Lacan: El Modelo Complexuel (1938)

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Introducción

En 1938, en Los complejos familiares, un artículo sobre la familia y el
papel de los complejos familiares en la formación del individuo,
inicialmente publicado en el tomo VIII de la Enciclopedia francesa,
Lacan deja el concepto de autopunición y retoma con la noción de
complejo y una teoría de la identificación – del imaginario –
desarrollado dos años antes en “El estado del espejo”, el tema de la
fijación libidinal elaborado en su tesis.
Después de una exploración de las diferentes crisis atravesadas por el
niño para acceder – en el seno familiar considerado como “objeto y
circunstancia psíquica” – a la constitución de su Yo y de la realidad,
Lacan se remite a una ponencia de clínica diferencial de las psicosis y
de las neurosis. Privado de toda consideración terapéutica, este
artículo es paradigmático de la conflictualidad del pensamiento
determinismo de la psicosis.

1. Un determinismo psíquico del tema de la psicosis

1.1. El papel del complejo familiar
Lacan no pudiendo todavía suscribirla totalmente, la patogenia psíquica
es, de lejos la más desarrollada en ese texto, se ve limitada al tema de
la psicosis. Ella se articula alrededor de la noción de “complejo
familiar” considerada como la unidad funcional del psiquismo cuyo
elemento central es una representación nombrada imago que estructura el
inconsciente y deber ser sublimada.
Lacan describe tres complejos – de destete, de intrusión y de Edipo –
respectivamente centrados sobre los imagos maternal, fraternal y
paternal, los cuales son al origen de las producciones inconscientes o
unas reacciones del sujeto y que contribuyen, vía “alguna profundidad
afectiva del objeto”, a la constitución de la realidad. Los complejos
son calificados “de organizadores en el desarrollo psíquico”.
Recordamos en la psicogénesis de la paranoia, la importancia del
complejo de intrusión (que Lacan había subrayado en 1932) – con su
correlato emocional, el celo, que interviene en la génesis de la
sociabilidad, y su correlato psíquico, la identificación, capital en la
constitución del Yo: “El yo se constituye al mismo tiempo que el otro en
el drama del celo (…) Así el sujeto, enrolado en el celo por
identificación, desemboca en una alternativa nueva en donde se juega la
suerte de la realidad”. Si aquella es rechazada, el Yo regresa a un
estado arcaico, aquel del estado del espejo, en donde el sujeto es
confrontado al imago del doble.

1.2. El papel del objeto familiar
Como heredero, por cierto protestatario, de Freud, Lacan supone una
intrincación de los campos de la sexualidad y de la realidad, el
complejo de Edipo interviniendo no solamente en la maduración de la
primera, pero también en la aprehensión de la segunda. Establece una
correlación entre la constitución del Yo y aquella del objeto, la
psicosis siendo caracterizada por una interrupción de la génesis yoica y
objetal que determina la forma del delirio – que puede ser de
reivindicación, de relación de persecución, alucinatorio o parafrénico,
según el estado en cual se produce la interrupción. “Si se caracteriza
en efecto cada uno de esos estados (del Yo) por el estado del objeto que
le es correlativo, toda la génesis normal del objeto en la relación
especular del sujeto al prójimo (…) se reencuentra en una serie de
formas de interrupciones , en los objetos del delirio”
Según la cantidad de libido que el sujeto invierta en el objeto, este
puede existir separadamente, ser confundido con el Yo (en el delirio) o
desaparecer (en la melancolía). El objeto así constituido en el seno de
la familia muestra “una alteración progresiva: en su valor afectivo
(…) en su individualidad (…) por fin, en su identidad misma”. Los
trastornos psicóticos aparecen entonces como estando ligados a la
dimensión imaginaria de los objetos familiares, que no esta sin relación
con la estructura de la familia.

1.3. El papel de la estructura familiar y de la sublimación
Lacan observa una frecuente correlación entre psicosis y anomalía de la
estructura familiar: “El grupo familiar reducido a la madre y a la
fratría, dibuja un complejo psíquico en donde la realidad tiende a
quedarse imaginaria o al menos abstracta. La clínica muestra que
efectivamente el grupo así descompletado es muy favorable a la eclosión
de psicosis y es ahí que encontramos a menudo unos “délires à deux” Esta
anomalía repercuta sobre la génesis del Ideal del Yo que se forma, no
desde la imagen parentela pero “desde aquella del hermano”.
Este objeto girando la libido destinada al Edipo sobre el imago de la
homosexualidad primitiva, da un ideal demasiado narcisista para no
degenerar la estructura de la sublimación”. Así el doble juicio del
Edipo – a saber, el rechazo del deseo por la madre y la sublimación de
su imago – es trabado y el acceso a la realidad comprometido.
Las conexiones, que Lacan había establecido en su tesis, entre paranoia y
complejo fraternal “que se manifiestan por la frecuencia de unos temas
de filiación, de usurpación, de expoliación…” se ven aquí confirmadas,
mismo que el complemento orgánico.

2. Un determinismo orgánico de la génesis de la psicosis

2.1. Refutación de las tesis de de Clérambault y constitucionalistas
Después de una larga y brillante ponencia de una teoría psicogenética de
la psicosis, Lacan designa el limite “Si hemos querido comprender esos
síntomas por una psicogénesis estamos lejos de haber pensado y reducido
el determinismo de la enfermedad”
Pero si Lacan es entonces a favor de un cierto organicismo de la
psicosis, precisa en una alusión poco amena, que adhiere en nada a las
tesis constitucionalistas de la escuela francesa: “ Nosotros hemos
querido solamente hacer justicia de esas pésimas patogenias que no
podrían pasar actualmente para representar alguna génesis : por otra
parte la reducción de la enfermedad en algún fenómeno mental, pretendido
automático (…) por otra parte la preformación de la enfermedad en
unos rasgos pretendidos de carácter…”
2.2. Trastornos de la conciencia y tara de la libido
El organicismo de Lacan reposa sobre dos tipos de trastornos:
 Un trastorno – cuantitativo o cualitativo de la conciencia, que toma
en cuenta el desencadenamiento de la psicosis: “Demostrando en la
paranoia que su fase fecunda comporta un estado hiponoico, confusional,
onírico o crepuscular, hemos subrayado la necesidad de alguno resorte
orgánico en donde el sujeto se inicia al delirio”.
 Esta concepción se reúne con la noción de destructuración de la conciencia elaborada por Henry Ey.
 Un trastorno sexual calificado de “tara biológica de la libido” :”En
otra parte habemos indicado que es en alguna tara biológica de la libido
que era necesario buscar la causa de esta estagnación de la sublimación
en donde vemos la esencia de la psicosis”. Si alguna tara es detectable
en el psiquismo antes de la psicosis, es a las fuentes mismas de la
vitalidad del sujeto, en el plan más radical, pero también el en plan
más secreto de sus impulsos y de sus aversiones que debemos presentirla.
Subrayamos que en la pagina siguiente, Lacan asocia trastorno de la
sublimación y complejo familiar, es decir psicogenia. “Si el aborto de
la realidad en las psicosis se tiene en ultima instancia a una
deficiencia biológica de la libido, revela también una derivación de la
sublimación en donde el papel del complejo familiar es corroborado por
el concurso de numerosos hechos clínicos”

2.3. Un substrato orgánico teniendo lugar de discriminante estructural
Al determinante psíquico de la psicosis – la éxtasis de la sublimación –
Lacan supone entonces un substrato orgánico: una tara libidinal, a la
cual se adjunta un trastorno de la conciencia en la fase fecunda del
delirio.
No se puede olvidar de subrayar el carácter eminente psíquico del
substrato orgánico en cuestión – la libido – y la corroboración clínica,
en varias ocurrencias, del determinante psíquico. Entonces, si la
clínica es lo que autoriza Lacan a rendir la psicosis justificable de
una psicogénesis, ¿en que orden de necesidad, si es del orden teórico,
responde el recurso a un substrato orgánico?
Sin duda alguna Lacan queda marcado como atestigua su uso de términos
que no son sin evocar las tesis mismas que rechaza, por la influencia de
la escuela francesa de la cual trata de librase. Pero se puede también
tomar la hipótesis que es como discriminante estructural – y caución
científica -, y por falta de un mecanismo patognomónico de la psicosis,
que la teoría del substrato orgánico es vuelta necesaria.
En efecto, una misma causa traumática parece inducir dos efectos
psíquicos estructuralmente distintos: “La reacción del paciente al
traumatismo (constituido por la intrusión del hermano) depende de su
desarrollo psíquico. Sorprendido por el intruso en el desconcierto de la
privación (…) hace entonces una regresión que se revelara, según los
destinos del yo, como psicosis esquizofrénica o como una neurosis
hipocondríaca”.
La línea de demarcación nosológica, por el Lacan de ese entonces, no
pasa tanto como entre neurosis y psicosis que entre afecciones
personales y afecciones pre-personales. Así escribe a propósito de las
neurosis:
“las instancias psíquicas que (…) fueron aisladas en un análisis
concreto de unos síntomas de las neurosis y que han manifestado su valor
científico en la definición y la explicación de los fenómenos de la
personalidad; hay aquí un orden de determinación positiva que rinde
(…) caducos para esos trastornos, las referencias al orden
orgánico…” y referente a las psicosis: “Que nos recordemos solamente
que esas afecciones respondan al cuadro vulgar de la locura y se tomara
en consideración que no se podía convenir de definirlo como una
verdadera personalidad, que implica la comunicación del pensamiento y la
responsabilidad de la conducta. Una psicosis, que hemos aislada bajo el
nombre de paranoia de autopunición no excluye la existencia de una
semejante personalidad”.
Es entonces en tanto como fenómeno de la personalidad que la neurosis es
plenamente justificable, de una psicogénesis. La psicosis tal como es,
se ve relegada a la excepción de una de las formas en las “afecciones
pre- personales” que atestiguan de una agenesia subjetiva y objetal más o
menos importante cuyo mecanismo es, en ultima instancia, orgánica.
Adquirido en 1938, a la “causa” psicogenética para las neurosis, Lacan
se queda cautivado de la organogénesis para las psicosis. No sin tener
algunas dudas, sin embargo:
“ Queda por establecer si los complejos que juegan unos papeles de
motivación y de tema en los síntomas de la psicosis, tienen también un
papel de causa en su determinismo; y esa cuestión es obscura”. Seria
necesario esperar los desarrollos ulteriores de su pensamiento,
particularmente aquellos sobre el orden simbólico, a partir de 1953,
para que Lacan pueda depender de esto totalmente, levantar
definitivamente la duda y renovar al curso de su seminario del año
1955-1956, su teoría etiopatogénica de la psicosis.

AUTOR: Dr. Jean-Claude Maurice Dijon-Vasseur

Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5TM

American Psychiatric Publishing agradece la contribución del Dr. Ricardo Restrepo en la traducción del texto, quién actuó como experto consultor en el proyecto.

Prefacio
Clasificación del DSM-5

Sección 1
Conceptos básicos del DSM-5
Utilización del manual
Declaración cautelar para el empleo forense del DSM-5

Sección 2

Criterios diagnósticos y Códigos
Trastornos del desarrollo neurológico
Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
Trastorno bipolar y trastornos relacionados
Trastornos depresivos
Trastornos de ansiedad
Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados
Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés
Trastornos disociativos
Trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados
Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos
Trastornos de la excreción
Trastornos del sueño-vigilia
Disfunciones sexuales
Disforia de género
Trastornos destructivos del control de los impulsos y de la conducta
Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos
Trastornos neurocognitivos
Trastornos de la personalidad
Trastornos parafílicos
Otros trastornos mentales
Trastornos motores inducidos por medicamentos y otros efectos adversos de los medicamentos
Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica

Traducción: Burg Translations, Inc., Chicago (EEUU)

American Psychiatric Publishing agradece la contribución del Dr. Ricardo Restrepo en la traducción del texto, quién actuó como experto consultor en el proyecto.

La cita correcta de este libro es Asociación Americana de Psiquiatría,
Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington,
VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2013.

Sigmund Freud Obras completas

Obras de Sigmund Freud. Amorrortu editores

TomoTítuloAño
Volumen IPublicaciones psicoanalíticas y manuscritos inéditos en la vida de Freud.(1886-99)
Volumen IIEstudios sobre la histeria(1893-95)
Volumen III
Primeras publicaciones psicoanalíticas(1893-99)
Volumen IVLa interpretación de los sueños (primera parte)(1900)
Volumen VLa interpretación de los sueños (continuación)(1900)
Volumen VIPsicopatología de la vida cotidiana(1901)
Volumen VIIFragmento de análisis de un caso de Histeria (Dora) y otras obras(1905 [1901])
Volumen VIIIEl chiste y su relación con lo inconciente(1905)
Volumen IXEl delirio y los sueños en la «Gradiva» de W. Jensen y otras obras(1906-1908)
Volumen XAnálisis de un niño de 5 años. A propósito de un caso de neurosis obsesiva(1909)
Volumen XICinco conferencias sobre Psicoanálisis, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, y otras obras(1910)
Volumen XIISobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente. Trabajos sobre técnica psicoanalítica y otras obras(1911-13)
Volumen XIIITótem y tabú y otras obras(1913-14)
Volumen XIVContribución al movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras(1914-16)
Volumen XVConferencias de introducción al psicoanálisis (Partes I y II) (1915-1916)
Volumen XVIConferencias de introducción al psicoanálisis (Parte III)(1916-17)
Volumen XVIIDe la historia de una neurosis infantil y otras obras(1917 -19)
Volumen XVIIIMás allá del principio de placer. Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras(1920-22)
Volumen XIXEl yo y el ello y otras obras(1923-25)
Volumen XXPresentación autobiográfica. Inhibición, síntoma y angustia y otras obras.(1925-26)
Volumen XXIEl porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura y otras obras(1927-31)
Volumen XXIINuevas conferencias de introducción al psicoanálisis y otras obras(1932-36)
Volumen XXIIIMoisés y la religión monoteísta –  Esquema del psicoanálisis y otras obras(1937-39)
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Biografía de filósofos

Noticias en psicología: Trauma y Angustia

En el capítulo VIII de «Inhibición, síntoma y angustia», la angustia surge como reacción ante el peligro determinado por la ruptura de la barrera protectora. La angustia traumática está causada por la perturbación económica, producida por el incremento de las magnitudes de estímulo.

“En ambos aspectos, como fenómeno automático, y como señal de socorro, la angustia demuestra ser producto del desvalimiento psíquico del lactante, el obvio correspondiente de su desvalimiento biológico (que ambas reconozcan por condición la separación de la madre no requiere de interpretación psicológica alguna). La fuente económica de la ausencia, se diferencia de la pérdida de objeto, ya que es la perturbación en sí, la que da importancia a la madre como objeto (Freud, 1926, p.130)”.

Desplazamiento a la presencia-ausencia del Otro como condición. EI límite, que separa angustia automática y angustia señal, se juega entre la inundación económica y la condición que de estar ausente (el objeto) determinaría el desencadenamiento del automatismo económico.

El concepto de desamparo del «Proyecto de psicología» es retomado aquí, en su articulación con la falta de significación: «no necesita interpretación psicológica alguna». La cadena de representantes psíquicos, verdadero lugar de la barrera protectora, revela su punto de falla, indicando el goce irruptivo (no ligado por lo tanto), que queda por fuera de la cadena.

“La ausencia de significación, en el nivel de la perturbación económica es central. Dicha ausencia de significación, funda esa perturbación económica, como fuera del lenguaje, fuera de la cadena asociativa».

Como dice Freud, carece aún de todo contenido psíquico. El desamparo, por lo tanto, es situado como un sin recursos, ante la presencia del deseo del Otro, a merced del Otro absoluto”.

La perturbación económica, como invasión en el nivel del proceso primario, habla del factor traumático que no puede ser tramitado por el principio de placer. La dimensión económica, funda el «Más allá del principio de placer» y sostiene tanto la temperancia o ligadura como su irrupción, lo no ligado.

Con el marco del desamparo (falla en la cadena, ausencia de significación), la violenta irrupción del trauma indica la imposibilidad de ligar los volúmenes de estímulos. Desde esto, Freud dice que el incremento de las magnitudes de estímulo, o acumulación de investiduras, es el peligro real en juego en la angustia traumática. Este peligro es el que se articula en «Mas allá del principio de placer», al diferenciarse en el capítulo IlI, terror, miedo y angustia.

Esta última implica un cierto estado expectante que sirve como última defensa, pero “la vida onírica de la neurosis traumática (…) reconduce al enfermo una y otra vez a la situación de su accidente, de la cual despierta con renovado terror” (Freud, 1920, p.13)

La fijeza psíquica del enfermo a la situación traumática permite anticipar la compulsión de repetición. La excitación traumática es formulada tanto como algo exterior, como también interior, indicándose el carácter de la pulsión como algo íntimo, pero exterior (trauma interno a la estructura) que tiene la cualidad de perforar la protección antiestímulo, y de abolir en un primer momento el principio de placer.

Noticias Psi – Pandemias, sistemas, caos y otras yerbas

Fuente: INTERSECCIONES PSI – Revista electrónica de la Facultad de Psicología. (AÑO 10 – NÚMERO 35 – JUNIO 2020) – MARTÍN WAINSTEIN

Ante el caos, la ciencia, ese renacentista arte de anticipar y predecir, abre especulaciones contradictorias, agota las comparaciones inútiles con lo conocido y sus fallos alientan aún más la incertidumbre. La única certidumbre que resalta es que la vida cotidiana, esa única realidad plausible del ser humano funciona sistémicamente y hoy con su eco-sistema planetario alterado críticamente, todo futuro es especulación desde pocas certezas.

Varias versiones del mundo pos-pandémico se especulan por estos días. Las más extremas oscilan entre la tradición conservadora y la utopía, ambas señalan diferentes salidas a lo que describen como un punto de bifurcación en la percepción de la historia. La primera de ellas anticipa que, pasado el mal momento, el mundo seguirá igual que como estaba, solo quizá se aceleren algunos procesos que ya estaban en marcha como la apropiación de información con el big data o el aumento de la desigualdad social y el papel de Asia en el futuro político. Del otro lado, algunos auguran una “nueva normalidad”[ii] en la que la sociedad encontrará una oportunidad para cuidarse y también corregir sus desviaciones previas: el cuidado del eco-sistema planetario, el cambio climático, las desigualdades sociales, el racismo, etcétera. En medio de eso abundan las elucubraciones, ignorantes de la más mínima ciencia, de gobernantes encumbrados, que han generado tragedias en la salud pública.

Tal vez alguna respuesta, o idea, pueda encontrarse en las teorías acerca de lo incierto, ya que lo incierto es lo único que está sucediendo de un modo efectivo actualmente. El virus ha perturbado de un modo desconocido en la historia a toda la humanidad y está causando estragos, tanto en la realidad empírica como en algunas maneras de pensar el mundo. Llamativamente han aparecido palabras nuevas, por lo menos nuevas en boca de los medios y los grandes líderes. Foucault llamaría a este momento como esos períodos de la historia que han poseído ciertas condiciones subyacentes de verdad, que constituyen lo que es aceptable como discurso, que definen una relación nueva entre las palabras y las cosas.

Está ocurriendo. La palabra “sistema” se ha incorporado al vocabulario de gobernantes, periodistas y se refleja en los editoriales de los grandes diarios. Cunde la idea de que las cosas deben ser pensadas sistémicamente. De hecho, la palabra “sistémico”, que en su uso público hasta hace unos años había quedado reducida al ámbito de los plaguicidas, o los temas ingenieriles del mundo telefónico, de la electrónica o el material ferroviario, ha ingresado masivamente a los medios para describir los grandes problemas humanos y está en boca de los periodistas, conductores de televisión, economistas “columbian boys”, “filósofos ad hoc”, dirigentes políticos y hasta del fútbol.

La desigualdad social, el hambre en el mundo, el racismo, la duda externa, el dilema aislamiento-flexibilización , el déficit fiscal, el cambio social, la FIFA, la AFA, el regreso del fútbol, etcétera; se han vuelto hoy fenómenos sistémicos como sugería Ludwing Von Bertalanffy, su creador. Su constructo científico permite “ver sistemas por doquier”[iii].

Parece razonable que una palabra que procede del latín systēma, y antes del griego σύστημα (systema), que en un español de traducción libre podría ser algo así como “unión de cosas de manera organizada”; sea una herramienta lingüística, que las personas usen más para tratar con el mundo en circunstancias inciertas y desorganizantes.

En las clases decimos “un sistema no es un montón”. Supone un orden, un objetivo, una organización. El impacto del virus ha traído esto a la conciencia y hoy se publica sobre la responsabilidad de cada una de las partes. “Cada parte es importante en tanto es parte de eso otro que es el sistema”. Todas las partes cuentan en la trayectoria.

Cuando los terapeutas estadounidenses de la década del 50 ampliaron la psicoterapia desde modelos individualistas, basados en las concepciones cartesianas de una mente individual y privada, hacia las terapias familiares, recurrieron a las ideas del pensamiento sistémico para abordar una práctica que veían como más compleja, integrada por más elementos y más relaciones que las que podían describir los modelos clásicos pensados para individuos.

Ya en aquel entonces esos pioneros entendían el pensamiento sistémico como un atajo hacia la comprensión de fenómenos complejos. Carlos E. Sluzki, el psiquiatra argentino cuya actividad conectó la terapia sistémica y la terapia familiar con el ámbito clínico argentino alrededor de 1965, escribía en el primer número de Sistemas Familiares: “Una familia no es un sistema. Una familia es lo que una familia es. Podemos pensar a una familia desde una perspectiva sistémica o desde una óptica sistémica, utilizando un modelo sistémico. De este modo, se puede decir, eventualmente, “La familia si la pensamos como un sistema, etcétera…”.[iv]

Caos

A poco de andar, los terapeutas familiares descubrieron una realidad de Perogrullo: “Cada familia es un caos” y también un antiguo proverbio chino, de origen tan antiguo como misterioso: “El leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. El aforismo refiere a que en un proceso, aun en una familia, una pequeña perturbación inicial, mediante una amplificación sistemática, podrá llegar a generar un efecto considerablemente grande a corto o mediano plazo.

Fue años más tarde, en una fecha más precisa y menos misteriosa, que Edward Norton Lorenz, un matemático avezado y meteorólogo de profesión, comunicó en 1972 a una audiencia de la American Association for the Advancement of Science (AAAS), en el MIT, una pregunta (esta sí misteriosa): ¿Does the flap of a butterfly’s wings in Brazil set off a tornado in Texas? (¿El aleteo de una mariposa en Brasil puede hacer aparecer un tornado en Texas?). Luego, sin dar una respuesta afirmativa ni negativa, Lorenz describió una experiencia que mostraría una vez más cómo muchos descubrimientos científicos son más fruto del azar, en condiciones de búsqueda de algo, que de precisos desarrollos lógicos. En 1987 James Gleick[v] describía así esa experiencia:

“En una determinada ocasión quiso volver a echar un vistazo a una simulación que ya había hecho, llevándola más lejos en el tiempo. En vez de comenzar desde el principio y esperar a que el ordenador llegara al intervalo que le interesaba, introdujo en el teclado los valores que ya tenía apuntados en el papel. Dejó la máquina trabajando y se fue a tomar un café. Después de una hora, la máquina había simulado dos meses de predicción atmosférica, y sucedió lo inesperado: Existían valores de los días que había simulado anteriormente que no coincidían con los que había calculado esta vez… De repente comprendió la verdad… El ordenador almacenaba seis decimales: 0,506127. En la impresión, para ahorrar espacio, aparecían únicamente tres: 0,506… Lorenz había introducido la expresión más corta, redondeada, convencido de que la diferencia -una milésima parte- era de poca importancia. En el sistema de ecuaciones de Lorenz, los errores ínfimos tenían efectos catastróficos”.

Se podría decir que esa experiencia señaló la fecha de nacimiento de la Teoría del Caos: una descripción de cómo variaciones pequeñas en las condiciones iniciales de la trayectoria de un sistema pueden llegar a implicar grandes diferencias en sus trayectorias futuras. Esto imposibilitaría hacer predicciones en procesos que pueden incorporar variaciones aleatorias desconocidas para el observador.

La Teoría del Caos, constituida en un subtema de la Teoría General de los Sistemas, se adentraba así en un campo surgido a partir de la revolución de conocimiento posterior a la Segunda Guerra Mundial en prácticamente todos los campos del ámbito científico. Era una importante transformación conceptual y metodológica relacionada estrechamente al estudio de los llamados fenómenos no-lineales.

James Yorke[vi], un premiado profesor de Matemáticas y Física de la Universidad de Maryland, le puso ese nombre. Para él la Teoría del Caos, más que una teoría, es un paradigma que supuso en su momento una revolución científica; al reflejar que muchos sistemas hasta ahora considerados deterministas y previsibles, tienen severos límites en dicha previsibilidad o predictibilidad, es decir, que no eran tan útiles como se creía a la hora de predecir eventos futuros. Esto es importante para muchas cosas que incluyen desde la meteorología hasta la psicología clínica, ya que uno de los fundamentos de la ciencia consiste en la capacidad de eliminar incertidumbre sobre lo que pasará.

Una buena, más allá de lo que indica la Teoría del Caos y el efecto mariposa, es que el ser humano ha sido capaz de adaptarse a cada desafío a lo largo de nuestra evolución. Y la moraleja de esa historia es que, pensando en términos de sistemas, podemos y debemos estar preparados para esos súbitos imprevistos y para el efecto que el azar tiene sobre nuestras vidas.

¿Qué es el caos? Todos lo intuimos puesto que la vida de todos es bastante caótica. El caos significa que un pequeño cambio, en un momento crucial, puede provocar un enorme cambio en una vida en particular; sucede tanto en ciertos circuitos eléctricos como en una gran variedad de asuntos. El caos significa que pequeños cambios producen grandes cambios. Ha habido varias películas acerca del caos donde, por ejemplo, el cierre repentino de una puerta del tren subterráneo que evita el ingreso de alguien, luego muestra cómo evoluciona el resto de la vida de ese alguien. Más adelante, la película repite parte de la escena, pero esta vez la persona logra entrar al vagón, lo que produce un cambio radical en las consecuencias de su vida. Otra pequeña película, más documental, llamada La Avispa, muestra a una persona conduciendo su auto y una avispa zumbando sobre su cabeza; el conductor intenta matar a la avispa pero falla en su intento, lo que provoca que la avispa le pique, trayendo como consecuencia el choque de su auto. Este hecho, se constituye en el inicio de una espiral descendente en su vida. Del mismo modo que en la anterior película, se repite la escena pero ahora el conductor acierta y mata a la avispa y su vida transcurre normalmente y todo el futuro estará bien. Dependiendo de si matas o no a la avispa, tu vida podría transcurrir de manera muy diferente, de eso se trata el caos. Pero también trata de que lo imprevisto revela las “fallas o los aciertos de las condiciones iniciales, la trayectoria y la capacidad de adaptación del sistema”

Un típico sistema complejo es la Tierra, describible por varios sistemas: el campo gravitatorio, el campo magnético, el flujo térmico, la geodinámica, los ecosistemas, las conductas humanas, el papel de la conciencia en la evolución, las formas que adoptan las culturas, etcétera.

Los sistemas complejos oscilan continuamente entre el orden y el caos, son indeterminados. Lejos del equilibrio, la materia se comporta de forma diferente a las regiones cercanas al equilibrio. Las trayectorias son no lineales, fluctúan, se generan bifurcaciones y se autoorganizan en estados nuevos, es el dominio de las estructuras disipativas las que se encuentran en el origen de los estudios de sistemas complejos.

¿Qué es una estructura disipativa? Es ese momento en que las cosas se definen en una dirección u otra del cambio hacia un nuevo orden. Por ejemplo: Dos se estaban bañando en su casa y a gusto. De pronto se conocen. Se enamoran. Aparece un punto de bifurcación. Seguir así o hacer hogar. Surge una nueva organización: hacen hogar. Ahora también se bañan pero al bañarse aparece un pelo no propio en el jabón y la toalla posada en la silla del living. La discusión vuelve la relación termodinámicamente inestable, surge un orden por fluctuación: -¿Seguimos? La cismo génesis sobre el evento se vuelve escalada. Se llega a un punto de bifurcación: mantener la pareja en el orden del pelo y la toalla en su lugar, o una nueva auto organización: la separación y otro orden para el bañarse. Las explicaciones, la terapia de pareja, como las vacunas, vendrán después.

Sea una cuestión de termodinámica, de pareja, del tráfico de automóviles en una gran ciudad, de un hormiguero, o una familia; la conducta de la materia, un pelo en el jabón, un conductor desatinado, una hormiga que encuentra alimento al azar, un miembro de la familia que decide hacer algo diferente por su cuenta, cualquier cambio puede alterar definitivamente la trayectoria en esos sistemas, fluctuar, generar un caos para luego acceder a un orden nuevo diferente. Esto hace que al incluir el tiempo y al estar presentes todos los posibles (infinitos) elementos de un sistema, los diagnósticos y las anticipaciones de modelos selectivos y lineales se derrumban, las cosas se sabrán en el mejor de los casos, a posteriori[vii].

Los científicos entonces reducimos la complejidad, creamos modelos, preferentemente de pocos elementos, pocas relaciones y lineales; y eso, en general, nos permite acertar más, avanzando de refutación en refutación, en una trayectoria de ensayo y error que intenta dominar el caos.