Psicopatología y Semiología Psiquiátrica: Psicopatología del pensamiento (Trastornos en el control del pensamiento)

D. TRASTORNOS EN EL CONTROL DEL PENSAMIENTO
Obsesiones: Son vivencias imperativas que el paciente no puede controlar ni liberarse, las cuales considera absurdas, o al menos como dominantes y persistentes de un modo injustificado.
Pueden surgir obsesiones en las esferas correspondientes al pensamiento, en los impulsos a actuar y en los impulsos a evitar.
En cuanto al contenido, las obsesiones no son necesariamente absurdas, pero lo que sí resulta absurdo, es su persistencia y penetrancia, así como su tendencia a una repetición constante y uniforme.
El paciente las vive como interferencias obstructivas en el curso natural de su pensar, pero tal interferencia es una instancia desde sí mismo, sin perder la propiedad vivencial, y con una activa lucha por liberarse de ellas.
Las obsesiones se clasifican en:
a) Pensamientos obsesivos: en este grupo se incluyen las ideas obsesivas (por ej.: la cuestión de si su mujer lo quiere por interés o por verdadero afecto), las ocurrencias obsesivas (por ej.: de que todas las cosas que se toman están contaminadas de aceite humano, extraído de cadáveres), los recuerdos obsesivos (por ej.: si no hubiera hecho tal cosa…), cavilaciones obsesivas (por ej.: ¿por qué está ahí esa montaña?).
b) Impulsos obsesivos o compulsiones: son impulsos a realizar determinados actos, que son vividos con el carácter de imperativos, de los cuales el paciente no se controla ni se puede liberar, aunque no sea arrastrado forzosamente al acto. Son impulsos absurdos para el paciente, habitualmente por las características del acto, como también por su persistencia incontrolable. Ejemplos de éstos son las obsesiones de comprobación; ir repetidamente a comprobar si está apagada la luz o el gas, o si la puerta está cerrada. Impulsos a decir ridiculeces, palabras obscenas, etc., en una iglesia, o en reuniones serias. Impulsos a contar o a calcular. Impulsos a clavar un cuchillo a su propio hijo, o a tirarlo por la ventana, a arrojarse uno mismo al primer auto que pase, a tirarse desde un balcón, a suicidarse. En estos casos el impulso casi nunca llega a realizarse, pero inquietan y alteran intensamente al paciente en su lucha contra ellos.
c) Temores obsesivos o fobias: temores que se imponen frente a determinadas situaciones u objetos, aun cuando no son lógicamente justificables ni proporcionales. Cumplen con todas las características de los fenómenos obsesivos descritos.
Los temores obsesivos o fobias se designan con nombres especiales de origen griego, según el objeto o la situación a la que se refieren:
* Acarofobia: temor obsesivo a los parásitos de la piel.
* Agorafobia: temor obsesivo a los lugares abiertos, calles, plazas, etc.
* Acmofobia: temor obsesivo a los objetos puntiagudos, a herirse o herir a otros.
* Acrofobia: temor obsesivo a las alturas.
* Algiofobia: temor obsesivo al dolor.
* Acuafobia: temor obsesivo a las extensiones de agua, a las corrientes de agua.
* Bacteriofobia: temor obsesivo a los gérmenes patógenos.
* Claustrofobia: temor obsesivo a los espacios cerrados.
* Eritrofobia: temor obsesivo a ruborizarse.
* Hematofobia: temor obsesivo a la sangre.
* Hidrofobia: temor obsesivo al agua.
* Lalofobia: temor obsesivo a hablar.
* Misofobia: temor obsesivo al contacto, a contaminarse, ensuciarse.
* Necrofobia: temor obsesivo a los cuerpos muertos y sus componentes.
* Nictofobia: temor obsesivo a la noche, a la obscuridad.
* Patofobia: temor obsesivo a muchas cosas y situaciones.
* Pecatofobia: temor obsesivo a pecar.
* Tafofobia: temor obsesivo a aburrirse en vida.
* Tanatofobia: temor obsesivo a la muerte.
* Xenofobia: temor obsesivo a los extraños.
* Fobofobia: temor obsesivo a tener miedo.
* Zoofobia: temor obsesivo a los animales.
El listado anterior no podría ser exhaustivo, puesto que alude exclusivamente al aspecto del contenido de los temores obsesivos, los que siempre son susceptibles de ser modificados por la cultura.
d) Actos obsesivos: son acciones de índole obsesiva que el paciente considera absurdas, realizadas la mayoría de las veces a base de impulsos o temores obsesivos.
Por ejemplo, el impulso obsesivo de comprobar si la llave del agua está cerrada, lo lleva al acto de cerrarla una vez tras otra. O la bacterofobia a un lavado continúo de las manos.
Ejemplo:
Una paciente obsesiva necesita esconder, tijeras, cuchillos, y cualquier objeto punzante y contundente por temor a usarlo en contra de sus familiares.
e) Ritos obsesivos: son acciones de índole obsesiva, que el paciente las considera absurdas, realizadas la mayoría de las veces a base de impulsos o temores obsesivos, en que la ejecución del acto tiene las características de un rito. Es llevado a cabo en forma exactamente predeterminada, con cierta frecuencia de repetición y es vivido con un carácter mágico que anularía o defendería de lo temido.
Frente a los impulsos obsesivos de comprobación de si apagó la luz, el sujeto actúa todo un rito antes de apagarla o si no el impulso obsesivo lo hostigará. Frente a la misofobia el paciente desarrolla un ritual en el baño, que lo protege de la contaminación.
Ejemplo:
Un paciente obsesivo después de cerrar la llave del gas, permanece hasta una hora haciendo los movimientos que le confirmen los topes externos de la llave, amén que tiene que asegurarse el uso alternativo de ambas, menos en cada uno de los actos comprobatorios. Pasa hasta una hora entregado a este ritual, lo que se repite noche a noche.
f) Ideas fijas: es una idea que aflora a la mente en forma reiterada, en general, bajo la forma de una representación o idea persistente de una situación que provocó en el sujeto una intensa repercusión afectiva, que es lo que le trasmite su carácter iterativo. Habitualmente pierde intensidad y fuerza con el paso del tiempo.
Ejemplo:
Un paciente separado de su mujer por segunda vez, durante mucho tiempo reproduce un diálogo telefónico con un hermano que tiene en el extranjero, que le dice: «ten cuidado, no dejes mucho sola a tu mujer, porque cuando estuvo aquí en Canadá, parece que tuvo un enredo amoroso con un corredor de propiedades».
Pseudo-obsesiones: Son vivencias imperativas que el paciente no puede controlar ni impedir, pero, sin embargo, no las vive con el carácter de absurdo propio de la obsesión verdadera, y no las siente tan agodistónicas, por lo cual las asume pasivamente y no lucha por controlarlas ni liberarse de ellas.
Ejemplos:
Un paciente mientras leía, tenía representaciones obsesivas de que el texto se le llenaba de escupos. Sin embargo, vive con su problema durante dos años, y no consulta por iniciativa propia. Cuando es llevado por su madre por otros problemas, el síntoma aparece en la segunda entrevista como algo casual. También se dan los ritos pseudoesivos. Una paciente esquizofrénica señala: «cuando hacen gestos para decir que mi papá está muerto, yo me toco la nariz y así no es chao lo que dicen de mi papá.
Estamos aquí frente a un área crítica del análisis psicopatológico: discriminar el fenómeno obsesivo del pseudoobsesivo. Con frecuencia no bastan los criterios de egodistonía y egosintonía, el análisis judicativo de absurdo o natural por parte del paciente, su lucha activa o su entrega pasiva y que a menudo aplicados estrictamente son señalados como inductores de error por la evolución clínica. Creemos que por su carácter crítico precisamente, estamos ante un hecho psicopatológico que necesita un análisis de contexto, de interrelación sintomática y de evolución diacrónica.

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