4. DISCUSIÓN
En el campo de la Psicología del desarrollo se han realizado
numerosos estudios sobre el proceso de construcción del conocimiento
social. (Delval, J.; 1989; Enesco, I., Delval, J.; Linaza;
1989; Enesco,I; 1995). El enfoque cognitivo-estructural subraya
el trabajo de construcción que tiene que realizar el sujeto y
conecta su desarrollo social con el desarrollo intelectual en su
conjunto.
Es necesario precisar que las concepciones de los niños sobre
la pobreza y la riqueza refieren a una elaboración conceptual
específica ya que los niños, en tanto agentes sociale, son teóricos
sociales prácticos, al participar de la producción de significados
sociales. (Castorina, A.; 1997). También desde la perspectiva
constructivista, un estudio con niños mexicanos y españoles
aborda, entre otros problemas, las nociones de rico y
pobre: sus resultados muestran que no hay diferencias significativas
entre los sujetos mexicanos y españoles ni en el tipo
de rasgos que utilizan para describir a ricos y pobres, ni en las
pautas evolutivas que siguen dichos rasgos. Sin embargo, el
estudio revela diferencias entre mexicanos y españoles en
cuanto a la percepción de rasgos característicos de su propia
realidad social. (Navarro; A.; Peñaranda, A. 1998). En otro estudio
sobre las ideas infantiles sobre la movilidad socioeconómica
entre niños mexicanos y españoles, se destaca el hallazgo
de diferencias en el mayor o menor peso otorgado a distintos
factores y en algunos contenidos valorativos: así, el azar y
los medios ilícitos fueron mencionados con mayor frecuencia
como formas generales de obtención de la riqueza por los sujetos
españoles, y en ningún caso por los mexicanos (Navarro,
A.; Enesco, I. 1998). Las conclusiones de los estudios citados
destacan el peso determinante de los contextos en la construcción
del conocimiento social.
Desde el campo de investigación de las representaciones sociales,
Emler, Ohana y Dickinson (2003) proponen que la construcción
del conocimiento social es una empresa conjunta que
involucra a los niños y las sociedades en que viven; y que,
según el grupo social, se darán diferencias no sólo en el ritmo
de elaboración sino también en sus contenidos. Para Duveen
y Lloyd las representaciones sociales son el «entorno pensante»
para el niño, quien como actor social reconstruye las representaciones
sociales de su comunidad y elabora identidades
sociales concretas.
Nuestros interrogantes iniciales partieron del interés en cómo
el «ser rico» o «ser pobre» participaba en la construcción de la
identidad social de los niños. La complejidad del fenómeno
nos conduce a la búsqueda de herramientas conceptuales y
nuevas estrategias para aproximarnos a la comprensión de
este proceso.