Los Síndromes Esquizofrénicos

C. Las influencias culturales


Deben ser aprehendidas en dos niveles:
El papel jugado por la cultura en el determinismo de la esquizofrenia; eso que, en esta perspectiva, parece el menos comentado en los trabajos de psiquiatría transcultural, eso es la convergencia de todos los factores introducidos por los cambios sociales rápidos para facilitar el proceso esquizofrénico, tanto del punto de vista genético y dinámico como estructural. La obligación de renunciar a una cultura colectiva al provecho de una cultura individual, el reemplazo impuesto del exterior y un tiempo muy breve de valores tradicionales por otros sistemas de referencias morales, familiares, sociales, podrían elevar el riesgo de descompensación esquizofrénico en las etnias que tradicionalmente funcionaban apoyándose sobre la pertenencia colectiva del individuo.
– Las inflexiones semiológicas en función de bases culturales son indiscutibles. Si los síntomas fundamentales (retraída del mundo exterior, disociación, mala modulación afectiva, ideas delirantes) son en todos lados las mismas, unas modificaciones en el desarrollo y la forma de la enfermedad son aportadas por unos diferentes modelos culturales: citamos las preocupaciones delirantes místicas en los países de tradición cristiana, la importancia de los trastornos psicomotores en la India, en África, en América del Sur, la frecuencia del suicidio en Japón y en las culturas occidentales una modificación progresiva del aspecto clínico de la enfermedad (disminución de unas formas deficitarias al beneficio de formas productivas, intermitentes y ricas en síntomas delirantes, tímicas o ansiosas).
– Por los partidarios del movimiento anti-psiquiátrica de inspiración inglesa, los síntomas esquizofrénicos expresan la reacción del sujeto joven a todo un seguimiento de opresiones y de represiones perpetradas por la sociedad y mediatizada por la familia. En esa perspectiva, el esquizofrénico es la víctima de alguna forma expiatoria, de contradicciones y de conflictos proyectados sobre él por la sociedad, la cual para ser confirmada en su normalidad, crea la locura. Una tal aproximación por excesiva que sea a menudo tiene al menos el interés de subrayar el estatus que la sociedad reserva a la locura, estatus siempre determinante por una conducta terapéutica.
D. Las bases somáticas y biológicas
Múltiples investigaciones han tentado de encontrar un estigma biológico especifico, una anomalía suficientemente característica de la afección para que pueda permitir diferenciar al esquizofrénico del neurótico o del hombre normal. Esas investigaciones a menudo elaboradas a partir de modelos teóricos, han actualmente llegado solamente a resultados fragmentarios, a menudo contradictorios, y en todo caso jamás con resultados específicos. El problema de las interrelaciones permanentes genética-bioquímica-fisiológica-psicodinámica se encuentra sin cesar reintroducida, algunas anomalías constatadas, siendo probablemente unos efectos secundarios de la enfermedad.
De las aproximaciones biológicas más recientes de la esquizofrenia, retendremos las siguientes:
– los estudios bioquímicos se han, en la mayor parte, orientados hacia la investigación de una anomalía bioquímica que produciría un metabolito tóxico susceptible de perturbar la actividad mental. En esa perspectiva, Osmond sugiere en 1952, que una desmetilación de unas catecolaminas produciría unos metabolitos cuya estructura química, parecida a aquélla de la mezcalina, tendría una acción alucinógena. La detección cromatográfica en los orines de unos esquizofrénicos, de D.M.P.E.A., dando un pink spot no es especifica y fue invalidada después por Keti, por Delay y col. La individualización por Heath (1954) de proteínas séricas anormales en los esquizofrénicos no fue confirmada después.
La hipótesis de una alteración del sistema dopaminérgico cerebral, lo cual provocaría la formación de 6- hidroxidopamina tóxica, susceptible de hacer degenerar el sistema catecolaminérgico, propuesto por Stein y Wise es muy persistente criticado. En el estado actual de las investigaciones ninguna propuesta puede ser retenida como para aclarar los trastornos observados en todos los esquizofrénicos.
los estudios farmacológicos se basan sobre los aspectos excitantes entre esquizofrenia y fármaco-psicosis (en particular las psicosis inducidas por los agentes psicodislépticos: L.S.D. 25, mezcalina, alucinógenos teniendo un lazo de estructura con los monoaminas cerebrales). Las perturbaciones neuro-fisiológicas y bioquímicas constatadas después de la administración de alucinógenos podrían ser aquellas de algunas esquizofrenias.
– los estudios de análisis espectral estadístico del electro encefalograma dejaría suponer que la especificidad funcional del hemisferio dominante quien dispone en comparación al hemisferio dominado quien propone seria implicado en la evolución de la psicosis esquizofrénica (Boisier-Etevenon).
– los estudios del ciclo vigilia-sueño, igualmente fundados sobre unas grabaciones electro-encefalográfico tienden a comprobar la existencia de desorganizaciones profundas del estado de vigilia, del sueño con ondas lentas, y del sueño paradoxal en los esquizofrénicos.
las correlaciones entre la esquizofrenia y el biotipo físico; son muy poco discutidas y desde Kretshmer (1921), está admitido que existe una correlación positiva entre la esquizofrenia y el tipo morfológico leptosomo: silueta longinilea , esbelta, teniendo un desarrollo muscular débil, unas reacciones neuro-vegetativas lentas y prolongadas. Ese biotipo que se opone al biotipo pícnico (la psicosis maníaco-depresiva) correspondería al tipo psicológico esquizotímico marcado por la tendencia a la introversión. De esto deriva una manera de ser más patológica: la esquizoidea. Algún número de esquizofrénicos tienen efectivamente una personalidad esquizoidea, antes de la aparición de unos síntomas mórbidos. Pero, si el esquizofrénico es caracterizado por una hipersensibilidad retenida, una frialdad excesiva y una tendencia a aislarse del mundo exterior, el esquizofrénico está disociado en su espíritu: la cortada está dentro de él.
– existe una correlación negativa entre el esquizofrénico y las afecciones alérgicas: está demostrado por diversas encuestas establecidas en el medio de asilos y confirmada por algunos estudios experimentales que prueba una perturbación de la reactividad inmunológica en los esquizofrénicos: ésta es secundariamente modificada por las terapéuticas neurolépticas.