Los Síndromes Esquizofrénicos

E. Las bases psicodinámicas


El papel de la familia en la génesis de la esquizofrenia fue tomado en cuenta muy temprano ya que el modelo de desarrollo de la personalidad propuesta por la metapsicología freudiana ofrecía una perspectiva operatoria privilegiada de acercamiento y de comprensión de la regresión esquizofrénica: esa no debe ser comprendida como un fenómeno homogéneo, de un regreso a un estadio de narcisismo primario, pero como una trayectoria retrograda compleja acarreando con ella unas secuelas edipianas y pre-edipianas, puesta al descubierto por el proceso disociativo.
El medio familiar es el lugar mismo en donde muy precozmente se articulan las primeras relaciones interpersonales (relación de objeto), basadas sobre una situación de total dependencia y una intensa necesidad de seguridad. La individualización progresiva de la personalidad o personación (Racamier) se desarrolla según el proceso siguiente, en el transcurso del primer año: el infante toma conciencia del interés y del amor que sus padres le demuestra, no por ser obligados a serlo sino por que ellos lo desean, surge para el niño un sentimiento intenso de valoración como objeto de amor. Ese clima de satisfacción, de seguridad afectiva permite la introyección del mundo exterior, es decir la formación del Yo por la asimilación de actitudes, de sentimientos, de símbolos verbales emanando de la madre. Si la actitud parentela y en particular maternal es inadecuada, el universo relacional del niño se encontrara falseado desde el origen por la importancia de las frustraciones, carencias con posibles perversiones afectivas.
Los padres de esquizofrénicos serían incapaces de proponer una relación afectiva estable y coherente a su hijo, en particular en un momento en donde esa relación es fundamental para asegurar la armonía de la formación de la personalidad. Unas numerosas y sistemáticas investigaciones han sido hechas sobre el medio familiar del esquizofrénico. Retendremos los puntos siguientes (excluyendo los casos bastantes frecuentes de anomalías mentales patentes de uno de los miembros de la pareja):
– Los padres son a menudo bien adaptados a los imperativos sociales existentes y tiene una constante preocupación de exteriorizar su hiperconformismo: sus contactos extra-familiares son a menudo muy reducidos.
– El papel de padres parece frecuentemente mal asumido: El padre es a menudo ausente o dimisionario y pasivo: cuando muestra autoridad, esa se inspira de un dogmatismo rígido.
– La madre parece a menudo tener actitudes más sutiles, teniendo unos comportamientos de hiperprotección ansiosa y dominadora a unas actitudes paradoxales de rechazo y de indiferencia. Algunas veces ella muestra frente a su hijo unas actitudes de seducción y a su hija unas reacciones de agresividad y de autoridad abusiva.
– La pareja de padres tiene la apariencia de estabilidad (se encuentra pocos divorcios en los padres de esquizofrénicos) pero esa cohesión esconde una relaciones afectivas ambiguas, en las cuales se mezclan la hostilidad, el miedo y el desprecio: la oposición es a menudo latente, más muda que verbalizada o actuada.
Una interesante teoría de la comunicación madre-hijo esquizofrénico fue propuesta por H. Weakland bajo el nombre de la hipótesis double-bind: la madre de manera repetitiva, enuncia a su hijo unos mensajes vectores de informaciones contradictorias donde una es al mismo tiempo la negación de la otra, y de los cuales el niño no puede responder que de manera inadecuada, negándose uno de los señales del mensaje (un ejemplo clásico es el siguiente; “Eres un monstruo, y solamente Mamá te puede amar”). En una perspectiva un poco diferente Wynne ha precisado la calidad de unas transacciones familiares a partir de la colección y del análisis de protocolos, de pruebas proyectivas (Rorschach – T.A.T.) pasados por los miembros de numerosas familias.
La idea fundamental es que los padres de esquizofrénicos son incapaces de una modulación emocional y afectiva satisfactoria; no dominan sus afectos, oscilando en sus relaciones con otros, con objetos, con eventos, desde la indiferencia sorprendente hasta la implicación excesiva. El grupo familiar funciona en consecuencia sobre un modo defensivo particular, descrito bajo los términos de seudo-mutualidady de seudo-hostilidad que vectoriza una, la otra tiene la intención de neutralizar bajo la apariencia de la armonía y de el entendimiento, unas pulsiones cargadas de odio y de deseo de destrucción. Ese estilo de transacciones familiares contribuiría en provocar el aislamiento del niño, su retracción, luego su cortada del mundo exterior.
Antes de tener esas perturbaciones familiares por determinantes en la eclosión de la psicosis, hay que tomar en cuenta por una parte de unas reacciones afectivas negativas suscitadas a menudo, a priori, con los médicos y los psiquiatras por los padres de esquizofrénicos, sobretodo la madre y por otra parte, del impacto luego de unos profundos reajustes provocados en el entorno familiar del paciente por efracción, en el mismo, del proceso esquizofrénico.
Del conjunto de esas consideraciones es necesario, en el estado actual de nuestros conocimientos, discutir para rechazarlos, todas las concepciones exclusivas sobre la etiología y la patógena de la esquizofrenia: tiene como principal inconveniente su dimensión reductora que una enfermedad responda a una sola causa. Nada hasta ese día ha venido a demostrar que por un atajo simple, un disfuncionamiento metabólico provoca, en continuidad lineal, el síndrome de disociación esquizofrénico. Al opuesto, los conceptos psicogenéticos puros, los cuales postulan el efecto esquizofrenógeno de una célula familiar o de un sociedad alienante, no son tampoco convincentes, que el proyecto inconsciente de que algunos padres sean destructores, unas observaciones lo comprueban, pero las constelaciones familiares y sociales patógenas son bastante banales y se reencuentran entre los ascendentes de individuos no esquizofrénicos, como la hermandad de enfermos.
Así una posición ecléctica es hoy la única posibilidad que acredita una concepción plurifactorial circular considerada “como un síndrome que tiene una autonomía clínica y una dinámica evolutiva propia, al origen de la cual pueden jugar diferentes factores: biológicos, hereditarios, psicogenéticos englobando los avatares del desarrollo de la personalidad premórbida y las anomalías de las relaciones con el medio en el cual se desarrollo y vive el futuro enfermo” (J. Guyotat).